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Campus América analiza las fuentes de financiación de la investigación universitaria

miércoles 18 de octubre de 2017 - 11:00 GMT+0000

“El desarrollo científico de las sociedades es cosa de dos, de lo público y de lo privado”, esta fue la conclusión de la mesa de trabajo del panel titulado El desarrollo científico y tecnológico en la agenda de cooperación, que tuvo esta semana en el Campus América de la Universidad de La Laguna. La frase, de Rafael Robaina, rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, resumió las ponencias de los participantes en dicho panel, en el que los participantes analizaron la situación  económica y productiva de los equipos de investigación en las Universidades actuales.

La vinculación entre lo público y lo privado, a la que aludía Robaina, se fundamenta en una premisa en la que también coincidieron los cuatro ponentes: las universidades, y sus motores de investigación, deben ser un instrumento de transformación social, por lo que las industrias deben confiar, apostar y compartir estos resultados de la investigación, como ya ocurre en muchos países.

Además del rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, participaron en esta mesa de debate José Antonio López Cerezo, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Oviedo y coordinador de la red temática CTS del programa de Ciencias de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación la Ciencia y la Cultura (OEI); Luis Brotón, profesor del Instituto Iberoamericano de Posgrado; y Francisco Almeida, vicerrector de Investigación de la Universidad de La Laguna y rector sustituto de la misma.

López Cerezo, en su condición de miembro de la OEI explicó que la ciencia en Iberoamérica ha dado un gran salto cualitativo en los últimos 15 años, pero a su vez, aludió a cierta paradoja, afirmando que los objetivos de desarrollo de la misma parece, simultáneamente, alejarse más rápidamente. Y achacó este retraso al déficit continuo de financiación, a infraestructuras a menudo inestables y a una común “falta de políticas de ciencia y tecnología”. Por ello, abogó nuevamente, por la creación de redes de universidades que hagan crecer y fortalecer este sistema de ciencia y tecnología. Pero no sólo esto, López Cerezo fue más atrás y apostó por motivar “la sensibilización desde la escuela, los periodistas, los políticos, la sociedad en general sobre la importancia de contar con instituciones que investiguen”.

Por su parte, Luis Brotón afirmó que hasta el momento “no se han generado suficientes recursos de I+D”, y que será fundamental hacerlo, ya que no se trata de asuntos únicamente universitarios. “Dentro de las investigaciones debe aparecer siempre el componente social”, y además volvió al concepto que ya había adelantado López Cerezo en el que se explica que es necesario “trabajar en la educación primaria y secundaria, crear una conciencia educativa que esté relacionada con la investigación a través de didácticas previas, colaborativas, basadas en proyectos, que se desarrollen en equipos de trabajo”, que sean similares a cómo se trabaja en la ciencia para que no resulte un salto inabarcable el paso de la educación a la investigación, y esta no resulte una gran desconocida para el resto de la sociedad.

Para concluir el debate, el rector sustituto de la Universidad de La Laguna, Francisco Almeida, afirmó tajantemente que está más que demostrado que “el aumento de i+D en un país se relaciona directamente con la consecución  de riqueza del mismo”, y que esta es la única vía para el “crecimiento inteligente, sostenible, integrador” de los países. Los objetivos, pues, siempre deben pasar por mejorar “la educación, la investigación y la integración social” para conseguir esa red que vincule academia y sociedad de manera efectiva.


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