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Noticias del volcán de la montaña de Chahorra
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Noticias
Del volcan de la montaña de Chahorra
adquiridas en la noche del 17 y mañana del 18
de junio de este año de 1798.
En blanco
El Pico del Teyde tiene por la parte que mira al SO
una montaña que sale de su misma(1) basa, y que es de las mas
elevadas que hay en sus cercanias. La llaman de Chahorra (2)
y de sus entrañas nace el actual volcan (3).
Algo mas baxo de su cima, hace un repecho que es la boca
principal por donde arroja llamas, piedras, enteramente roxas
y otras materias, el todo envuelto en humo negro y espeso.
La segunda boca está por devaxo de la primera, que se
su
pone ser un respiradero que tiene, ó para dar mejor idea, una
hor
nilla de la caldera que echa el mismo material. La
tercera esta mucho mas baxa, y al pie de otro lomo, y tiene
la apariencia de una fragua, no distinguiendose á cierta
distancia mas que una continua llama, y las tres lenguas
ó arroyos de lava que luego se reunen, forman rio, y se
extienden por cerca de una legua en varias direcciones.
Hay una quarta boca que apenas echa alguna llama
(aunque á veces bastante humo) y que desde luego debe haber
arrojado las mismas materias á los principios, mas esta no
se distingue tan facilmente, y en la misma noche se divisó
de un paraje y de otro nó.
Los vomitos de tan monstruoso vientre estan
acompaña
dos de un terrible estruendo, que segun su mas ó menor
violencia ha llegado á estremecer los montes y riscos inme
(1)La conocen igualmente con el nombre de Colorada, Vermeja, Vensés ó Vengue y Pico
Viejo.
(2) Empezo el dia 9 de junio aunque hay quien pretenda que la primera
erup
sion fue la noche del 8.
diatos quando se hicieron estas observaciones no era ya el
estre
pito tan sumamente fuerte como á los principios de la erupsion,
sin embargo que de la una de la noche á las tres era tan repetido
y desaforado el bramido de las vocas, que el monte parecia
que
rer abrirse enteramente, tanto que el eco en los contornos aterrorizaba.
El volcan causa tres especies de ruidos el uno se asimila
á el del trueno, y aun al ervor del agua en una caldera, bien
que proporcionado á semejante tamaño; el segundo es igual á
a una descarga de artilleria limpia y seca; y el tercero
imita perfectamente el silvido y fracaso de la bomba que oidos guerreros
no desconoceran. Se notó que las mas veces se oia el
estruen
do mucho antes de ver la llama y demás vomito de la
mon
taña siendo esta circunstancia motivo para suponer que ya su
vien
tre tenia cierta concavidad y hondura. Las bocas superiores
no echan lava tan liquida como la tercera: de esta mana
sin ruido y baxa empujandose sin atropellarse ni correr una
por sobre otra. Los brazos que se desprenden del cuerpo mayor
pierden poco á poco su fuerza, sin dexar de ganar terreno;
estos montones forman otros asi como una pared de piedra
se
ca que se va desmoronando y cayendo: bien que concervan por
mucho tiempo el fuego interior, tanto que habiéndose arrojado
una piedra acia el medio de uno de los distantes del
brazo principal, se desprendio un peñasco y abrió un seno
ardiente.
Asombra ver el terreno que insensiblemente va cubriendo la
lava: hay puestos en que ya tiene 6 á 8 varas de alto. Para
experiencia de su curso se hizo una señal en uno de los
es
tremos, y dos á tres horas despues ya habia avanzado
qua
tro varas poco mas ó menos, y lo que es mas particular, sin
que por esto disminuyese el monton.
Se puede asimismo calcular la violencia del fuego
por la circunstancia siguiente: en uno de estos extremos
y que por lo mismo parecia natural hubiese perdido mucha
parte de su calor, se metio la punta de un garrote de
made
ra bastante firme, y los dos segundos estaba ya incendiada.
De no sentir algunos el olor de azufre en aquellas
inmediaciones, concluyeron que no entraba este combustible en
el numero de los materiales del volcan; pero ademas de
ser esto dificultoso de creer, y de que dicho olór era á veces bien
sencible, es de notar que habiendo uno de los exploradores
alza
do del suelo un pedazo de lava y quemandose un dedo, se
re
conocieron en el señales evidentes de aquel ingrediente, lo
qual da por pie qualquiera objecion de la especie, ademas de que
sabemos que posteriormente se han sacado piedras y polvo del
azufre del contorno mismo de una de las bocas. Las
pie
dras que arrojan las dos grandes deben ser de buen tamaño
quando se alcanzan á ver desde muy lexos, y aun parece
increible la elevacion á que suben; a las 9 ½ de la noche, se
observó, con relox en mano, y á muy corta distancia de la
tercera boca, el tiempo que desde su mas alto punto de elevacion
hasta perderlas de vista en su caida, gastaban las mas
fa
ciles de distinguir y de tres con que se hizo la experiencia, dos
cayeron en 10 segundos cada una y la otra en 15.
La erupcion es generalmente perpendicular, pero á veces
parece mas bien oblicua la de la segunda boca. En quanto á
la arena que cae alrededor de la montaña, y de que está el ayre
impregnado es de suponer que la arroja el volcan juntamente con
las otras materias, ó que se forma de la colision de estas
mis
mas al momento de la erupsion, ó mas bien que el humo
y demas vapores que se condensan en la atmofera, se
disuel
ven despues en el polvo menudo, ó arena semejante á
veces al grano de polvora, de que hay como digo, un granizo
continuo alrededor de la montaña, siendo de notar que
no solo lleva el viento diariamente este polvo ó arena á ocho
y diez leguas de allí, sino que lo ha llevado frequentemente
hasta las yslas inmediatas del Hierro y de La Gomera
y aun hasta Canaria.
Despues de examinado el volcan, han cesado los
sus
tos que causó en sus principios respecto á la direccion que
tomaria, pues aunque tiene alrededor terreno bastante
en que echar su incendio, está todo el cerrado de riscos
es
carpados que además de servir de trinchera á los
luga
res inmediatos, aumentan y ahondan el seno que recibe
la laba, y dan tregua á todo temór mientras no se
llena y rebosa todo aquel centro. Dado este caso, Guía
parece el pueblo mas expuesto á sus estragos; pero aun
quando se extendiese son tantos los barrancos, quiebras
eminencias, en fin tropiesos de esta naturaleza que
encontraria en su curso, que quasi se puede presumir
lo atajarían.
Es cierto que en un suelo tan volcanico como es toda
aquella parte de la isla (pues alrededor del Pico se
hallan á cada paso vestigios de semejantes fuegos) y
fue
ra muy dable que se abriese alguna otra boca; pero ademas
de no tener por ahora indicios por donde poder formar
tan azarosa conjetura, es de suponer (y debemos esperar)
que en ese caso se abriria en aquel recinto, el que tanto por su
desnudez y soledad como por lo arido y horrendo de su
si
tuacion parece la naturaleza haber destinado para
lecho de tan tristes partos.
Chahorra está al S.O. de la isla y los riscos en sus
cerca
nia son los Corrales, el Tiro del Guancho y Guaxara, y por
entre estos dos ultimos hay una vereda que conduce á Chasna.
Desde el primero de los Corrales (pues hay tres sitios con
este nombre) estaba la punta del Teyde al N.E. ¼ a E.
Las (*) variaciones que se notaron en el termometro son las
siguientes
En Icod el Alto á las 8 de la mañana… 62 grados
En la fuente de la Vega á la 1ª del dia… 64.
En uno de los Corrales (nuestra estancia) enfrente
del volcan a las 8 de la noche… 59.
A 15 ó 20 varas poco mas ó menos de la corriente
de la lava à las 9 ¼ de la noche… 54 ½
En nuestra estancia a las 2 de la madrugada… 52 ½
Idem… a las 5 ½ de la mañana… 61
Idem. á las 7… 68
* El termómetro era el de Farenheit; digolo para que
los inteligentes comparen los grados con los del
termome
tro de Réaumuz
Por cabal que sea la pintura de este fenomeno, es
imposible formar juicio de lo que es en realidad.
Re
montese la idea, enciendase la imaginacion, y nunca
dará con los efectos que causa la vista de semejante
espec
taculo, principalmente de noche. La obscuridad juntamente
con el silencio y soledad de aquel parage dispone el
espiritu á las sensaciones diversas que causan los bra-
midos desaforados de las vocas, anuncio del tremendo
par
to; el eco que retumba en el valle; el vomito de la llama
y de las peñas encendidas; aquel humo tan negro y
espan
toso; la caida magestuosa de las piedras ardientes que van
rodando é iluminando el repecho de donde salen; el rio
de lava cuyas tres lenguas no mudan de color; la
repeticion de esta misma escena tanto que se cuentan
hasta seis ó mas explociones por minuto; en una
palabra, todo esto produce en el espectador diversos y
muy particulares efectos se conmueve y espanta, se
asombra y horroriza y por fin se descorazona, quando
se considera incapáz de precaver y atajar tan
funes
tos y terribles estragos.
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