Agustín de Betancourt: ingeniero, científico, artista

Primera estancia en Francia (1784-1791)

Agustín de Betancourt llega a París en 1784 para ampliar estudios en «L’École des Ponts et Chaussées», que le serviría de modelo para fundar la Escuela de Caminos y Canales en España. De inmediato es consciente de haber llegado a otro mundo donde la ciencia se ejerce con rigor y excelencia, y alterna con científicos que influirán decisivamente en su futura orientación, como el director de la Escuela, Jean Rodolphe Perronet, el barón de Prony y M. Monge, fundador de la Geometría Descriptiva. Aunque existen muchas lagunas sobre su vida en la capital francesa, se sabe que conoció a sabios relevantes como Lagrange, Laplace, Carnot y posiblemente a Lavoisier (al que cita en una de sus memorias) quien en 1783, un año antes de su llegada, había publicado el primer libro de Química propiamente dicho, su célebre Traité elémentaire de Chimie

En esta primera estancia parisina, Agustín de Betancourt conoció a dos personas con las que mantuvo estrecho contacto durante años: el relojero e inventor suizo Abraham-Louis Breguet y el matemático mexicano José María de Lanz y Zaldívar.

Los contactos y el ambiente en L’École convencen a Betancourt para reorientar sus estudios hacia el prometedor mundo de las máquinas y la hidráulica, y regresa a Madrid en agosto de 1785 para plantearlo a su protector, el conde de Floridablanca. A partir de entonces y de regreso a Francia se dedica a la confección y diseño de máquinas así como a la recopilación de planos, memorias y maquetas relativas a la maquinaria y construcción de puentes, caminos y canales que servirían para crear en Madrid el Real Gabinete de Máquinas, una hermosa colección hoy desaparecida.

Hacía algunos años que había tenido lugar una revolución técnica en Inglaterra que había estimulado el estudio del maquinismo en Francia, y en la que Betancourt jugó un importante papel al reinventar la moderna máquina de vapor y extenderla por el viejo continente; en paralelo, estalla en julio de 1789 la Revolución francesa, de la que fue espectador y simpatizante.

Un sabio entre dos Revoluciones