ATRAPADOS EN AZUL: FASCISTIZACIÓN, REPRESIÓN Y SUPERVIVENCIA

miércoles 15 de enero de 2020 - 13:52 CET

La victoria en la Guerra Civil rompió violentamente con el breve período democrático republicano y, paralelamente, permitió la institucionalización de una dictadura que se sustentó en el uso de la violencia y la restricción de las libertades, así como en el mantenimiento del orden y las tradiciones.

El franquismo se caracterizó en sus primeros años por su fascistización, es decir, por la incorporación de una serie de elementos ideológicos y políticos que lo asimilaban a los regímenes fascistas. Esto se manifestó especialmente en el ámbito político con la creación de un partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que contó a su vez con estructuras organizativas para las mujeres y los jóvenes.

La Sección Femenina y el Auxilio Social fueron cauces para el encuadramiento y la reeducación de las mujeres canarias, para una inserción en la vida pública a través del modelo tradicional de feminidad, es decir, una mujer caritativa, obediente y maternal. También se asumieron elementos del fascismo en el ámbito laboral y se puso en marcha un eficaz aparato de propaganda. No obstante, con el paso de los años, hubo variaciones al amparo de los cambios en la política internacional.

Los símbolos del Nuevo Estado se hicieron presentes en las calles y plazas de las islas y en los medios de comunicación. Al yugo y las flechas y a la reivindicación del pasado imperial, se unió la exaltación del Generalísimo Franco. La base del discurso era la defensa de la unidad de España, la justicia social, el orden, los valores católicos, así como el recuerdo permanente de la victoria en la Guerra Civil que había permitido devolver la paz a la patria. Una victoria que comenzó a forjarse el día en que Franco salió de Canarias, la punta de lanza para la Nueva España.

La posguerra en Canarias estuvo marcada por las duras condiciones de vida y la penosa situación económica del archipiélago. El racionamiento de productos de primera necesidad formó parte del día a día, a la par que se extendió el estraperlo y el cambullón. Fueron los años del período autárquico, que en Canarias estuvo marcado por la creación del Mando Económico (1941-1946) en un contexto de conflicto mundial.

Aquella situación obligó a muchas personas a emigrar a América, fundamentalmente a Venezuela, recurriendo en los primeros años de la dictadura a embarques clandestinos. Miles de canarios abandonaron las islas ante las dificultades económicas, pero también como válvula de escape debido a su pasado político.

Las detenciones y la vigilancia policial se mantuvieron y se actuó con dureza contra cualquier intento de reconstruir las organizaciones políticas de izquierda, fundamentalmente contra el Partido Comunista. Fueron años de miedo y, sobre todo, de hambre, en los que la supervivencia se convirtió en un acto de resistencia.