Felipe Orgaz, asesor de la Subdirección General de Investigación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, ofreció el jueves 15 de abril una lección magistral en la Facultad de Farmacia en la que valoraba el papel de la innovación tecnológica en la actividad empresarial. Frente a concepciones del pasado que consideraban que la ventaja empresarial provenía de la posición que se ocupara en el mercado, actualmente lo determinante son los propios recursos de cada empresa. De ahí las necesidad de contar con tecnología de vanguardia y personal cualificado.
El ponente participó con esta conferencia en el taller del Programa para la formación de dinamizadores para la preparación de proyectos de I+D en el sector empresarial, organizado por la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la Universidad de La Laguna (OTRI). Este curso se desarrollará hasta el 23 de abril y en él se formará a 60 graduados universitarios que posteriormente se incorporarán a empresas canarias para ayudarlas a desarrollar un proyecto de innovación tecnológica.
Orgaz opinó que la I+D es un recurso de las empresas que debe favorecer la rentabilidad y la gestión, algo que no siempre se ha visto así. Recordó que en contabilidad la investigación y desarrollo se anota como un gasto, mientras que si se tuviera una concepción que ponderase los valores añadidos que obtiene la empresa con determinadas acciones, se la consideraría una inversión.
Ahondando en este razonamiento, el experto recordó que hay muchos ejemplos de empresas cuyos recursos tangibles son limitados pero poseen un gran valor de mercado gracias a su potencial de innovación. El paradigma de este tipo de corporación sería Microsoft.
El ponente se detuvo a remarcar la importancia que cobra la estrategia en el marco empresarial, por considerarla un medio que facilita la toma de decisiones acertadas y una herramienta de coordinación y comunicación muy útil en corporaciones de gran tamaño. Por ello, Orgaz incidió en la importancia que tienen los planes estratégicos en las actividades empresariales contemporáneas. Elaborarlos exige reflexión y análisis del entorno socio- político, cultural, económico y del sector en el que se desenvuelve la compañía.
Un punto fundamental en el plan estratégico es definir claramente los objetivos que se persiguen. Históricamente, siempre se ha considerado que la obtención de rentabilidad económica era lo primordial. Orgaz plantea que la empresa moderna debe ser multidimensional en sus metas y tratar de satisfacer a numerosos agentes: no sólo al empresario y al cliente, sino a los trabajadores, accionistas, proveedores, grupos de interés y la sociedad en general.

