El director de cine Jesús Franco protagonizó hoy una rueda de prensa celebrada en el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones Internacionales de la Universidad de La Laguna, en la que se presentaron las diferentes intervenciones que hará el realizador los próximos días. El cineasta consideró la ocasión «sorprendente», aunque se mostró satisfecho con ella: «He venido a Canarias y rodado en las islas 80 veces o más, y es la primera vez que soy recibido oficialmente».
El director ha sido invitado por el Aula de Cine del vicerrectorado, en colaboración con la Filmoteca Canaria. Los responsables de ambas instituciones, Jairo López y María González Calimano, respectivamente, estuvieron en la mesa, al igual que el propio vicerrector anfitrión, Cándido Román. Franco ofrecerá una conferencia hoy, jueves 28 de abril a las 20:30 horas en el cine Víctor, y mañana participará en una mesa redonda sobre su obra a las 17 horas en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Económicas (campus de Guajara).
El director del Aula de Cine explicó el interés doble que existía por traer al director. Por un lado, al haber sido ayudante de dirección en la versión del Quijote rodada por Orson Welles, su presencia podía integrarse en los actos de celebración del cuatricentenario de la novela que, bajo la marca ínsula Quixote, organiza la universidad. Por otro, el cineclub universitario proyectó el año pasado una película del director que resultó ser la más vista del ciclo en que fue exhibida. «Eso nos hizo ver que es un director por el que hay interés».
Franco explicó que en Tenerife siempre tuvo muchos problemas para obtener permisos de rodaje, por lo que ha visitado más a menudo Gran Canaria. «En ninguna de las veces he pedido ayudas económicas al cabildo o similar. Si he venido aquí es porque me gusta, no porque me hayan pagado para ello. Soy un director modesto pero coherente. El cine debe ser libre, y deja de serlo si está subvencionado, porque desde ese momento hay que cumplir con quien paga».
De su crítica tampoco se salvaron los productores privados. «Suelen ser por norma general bastante incultos, y sólo les importa el dinero, les da igual la calidad». Aún así, los prefiere antes que las subvenciones. «No soy partidario del sistema americano, pero debemos reconocer que ellos tienen la industria puntera del mundo porque han sabido buscar el público. Para mí no tiene sentido ganar tres premios si luego nadie ve la película».
Franco ofreció a grandes rasgos su visión de lo que es el cine, más cercana al espectáculo que al arte. «Es un entretenimiento, no nos engañemos. Que lo comparen con Cervantes y Balzac es una tontería; el cine es un show, no tiene la importancia que puede tener un cuadro de Velázquez. Pero también es una maravilla».
Sobre lo cosmopolita de su producción, señaló que cuando trabaja con productores extranjeros, intenta que la película pueda ser, al menos, una coproducción española. «Pero es muy difícil: para otorgar la nacionalidad de una película en Alemania, basta rellenar un papelito. Aquí es un lío impresionante, que supongo que es una inercia burocrática heredada del franquismo».
Preguntado por la salud del cine español, indicó que es mala: «El sistema de las subvenciones es pernicioso porque se quiere amortizar sólo con ellas y se hacen películas que no gustan al publico. La prueba es que los años inmediatamente posteriores a la dictadura se hacían 200 películas, y una década después, sólo 30. La industria murió». Criticó igualmente a los creadores que se dejan arrastrar por el dinero fácil. «Bigas Luna, por ejemplo, hizo tres primeras películas maravillosas y luego se volvió un director pudibundo. Conozco quince o veinte casos de personas que podrían estar haciendo cine maravilloso, pero que se han dejado aplastar por el dinero lo cual reconozco que es una buena manera de dejarse aplastar».
