Un grupo de investigación de la Universidad de La Laguna ha presentado esta semana sus últimos resultados en el campo de las pilas de combustible de óxidos sólidos. El interés de la comunidad internacional ha sido tal que los resultados se exponen en una «conferencia invitada» dentro del Congreso Internacional «2006 MRS Fall Meeting», organizado por la sociedad de científicos en el área de nuevos materiales. Este evento, que este año se celebra en Boston (Massachussets), es el más importante del mundo en el área de los materiales y nanomateriales, con más de 5000 congresistas.
Las pilas de combustible se basan en las distintas reacciones químicas del hidrógeno para generar corriente eléctrica. Aunque el fenóneno es conocido, ha sido un equipo de científicos del departamento de Química Inorgánica de la ULL el que, por primera vez en Canarias, ha logrado ensamblar diversos componentes y obtener una potencia de 600 miliwatios por centímetro cuadrado, en una pila cuyos componentes químicos también han sido sintetizados por ellos. Se alcanzan corrientes superiores a un amperio, lo que demuestra que el dispositivo es efectivo, con un alto rendimiento.
Por todo ello, entre los científicos cada día está más presente la idea de que el hidrógeno es el combustible de la sociedad del siglo XXI y será el principal vector energético del futuro. El hidrógeno que es el elemento químico más abundante de la naturaleza y está presente, por ejemplo, en el agua del mar cuya cantidad a estos efectos es prácticamente infinita.
La opinión pública esta especialmente sensibilizada con los problemas medioambientales derivados del calentamiento global, pero también con la limitación de las reservas mundiales de petróleo y los altos precios del crudo, debido, sobre todo, a los conflictos políticos internacionales y a las actividades industriales de los países emergentes, tal como Brasil, Rusia, China o India.
Las pilas de combustible son, según gran parte de la comunidad científica, una de las pocas alternativas viables, a excepción de la energía nuclear, para obtener energía eléctrica en cantidades importantes. Son, además, muy compatibles con el medio ambiente porque no generan residuos de óxidos de nitrógeno o de azufre, que sí expulsan los motores de combustión que emplean derivados del petróleo, y son uno de los mayores contribuyentes a la contaminación planetaria. Por ello, y sobre todo tras la subida espectacular de los productos derivados del petróleo, las pilas de combustible, cuya tecnología aún está en fase muy experimental, se han convertido en una materia prioritaria de investigación en los mejores laboratorios del mundo.
En la conferencia que los investigadores de la ULL impartirán en Boston, expondrán sus últimos resultados vinculados a la búsqueda de nuevos materiales avanzados con propiedades mejoradas y nuevos métodos de procesado final de estos materiales.
El grupo de investigación, denominado «Materiales Cerámicos y Pilas de Combustible de Canarias», fue creado en el año 2000 por el Profesor Pedro Núñez, quien ha trabajado en el Instituto Tecnológico de Massachussets (EEUU), considerado como uno de los más prestigiosos del mundo, y en el Laboratorio de Química del Estado Sólido de la Universidad de Burdeos I (Francia). El grupo también lo conforman un contratado Ramón y Cajal (Juan Carlos Ruiz Morales), dos doctores contratados (Domingo Pérez Coll y David Marrero López) y dos doctorandos (Juan Peña y Malika Amsif). El equipo, que es lider en toda España en su campo, tiene numerosas colaboraciones con grupos nacionales e internacionales.
Uno de los resultados más novedosos de este equipo, con gran proyección tecnológica, ha sido combinar sus nuevos dispositivos para pilas de combustible con la nanotecnología. Se ha diseñado una estrategia que permite que el material del que están compuestas estas pilas tenga una porosidad uniforme con un tamaño de doscientas veces más pequeño que el grosor de un cabello humano y que, por tanto, se obtenga mayor eficiencia. Los nanomateriales son claramente los materiales del futuro, con aplicaciones desde la biomedicina a la cosmética, pasando por los dispositivos de estado sólido.
El propio Núñez afirma que actualmente se posee «el conocimiento tecnológico -el «know-how» como lo llaman en inglés- suficiente para abarcar desde la preparación de los compuestos químicos que forman los diversos componentes de las pilas (ánodo, electrolito y cátodo), hasta el montaje, ensamblado y testeo de pilas de combustible de óxidos sólidos. Se han alcanzado en el laboratorio potencias del orden los 0,6 watios, que es equiparable a los resultados publicados más actuales».
Acerca d ela financiación d eeste proyecto, Nuñes explica que or razones legales los investigadores sólo pueden tener vigente un proyecto de investigación nacional y otro autonómico. «Actualmente, tenemos uno nacional financiado con 148.000 euros y otro canario por 23.000 euros», contando con que, además, uno de los doctores contratados del grupo esta financiado por la Consejería de Industria. En cualquier caso, a juicio de Núñez, «se requiere en Canarias un mayor esfuerzo institucional en el apoyo a grupos de excelencia en campos tales como las pilas de combustible, los materiales y los nanomateriales».
El grupo acaba de solicitar un Proyecto CENIT sobre desarrollo de Pilas de Combustible, dentro del Programa Nacional Ingenio 2010, donde participan una veintena de empresas, pymes y centros tecnológicos, siendo este grupo el único canario. Este proyecto se denomina DEIMOS y tiene un presupuesto de 30 millones de euros.
Además fue premiado recientemente con la medalla a la mejor comunicación en forma de Poster en el Congreso «Fuel Cell Forum» 2006, celebrado el pasado julio en Lucerna (Suiza), el cual es el evento más importante en pilas de combustible de Europa y uno de los más importantes del mundo.
El asunto de la eficiencia, que se define como el porcentaje de combustible necesario para obtener exclusivamente energía frente al que tiene que desperdiciarse, es otra de las ventajas de estas pilas. Así, mientras un motor de combustión tradicional tiene sólo un 30% de eficiencia; es decir, que el 70% del combustible restante se desperdicia en procesos marginales, en el caso de las pilas de combustión diseñadas por estos investigadores la eficiencia podría llegar hasta el 60%.
Las pilas de combustibles poseen otras características que las convierte en idóneas sustitutas del petróleo: no producen los ruidos de los motores de combustión interna, y el hidrógeno tiene diversidad de fuentes de obtención, desde el agua del mar por electrolisis hasta del gas natural.
