Francisco Rodríguez Suárez, conocido como Quico, no puede estar más orgulloso. El pasado viernes 31 de marzo la Universidad de La Laguna le rindió un sincero homenaje en el que participaron todos los colectivos culturales de este centro académico. El que fuera durante 31 años técnico del Paraninfo, pudo disfrutar de las formaciones corales, grupos escénicos, grupos de folklore, aula de cine, tunas y personalidades del mundo de la cultura que en su día se gestaron y crecieron en el escenario del recinto que Quico tanto cuidó.
El acto se celebró en el Aula Magna del Aulario de Guajara, y en él estuvieron presentes, además del rector, ángel M. Gutiérrez, acompañado de algunos vicerrectores, cuatro ex rectores: José Carlos Alberto, Marisa Tejedor, Matías López y José Gómez Soliño. Esta iniciativa sirvió sin duda para reivindicar la vuelta al Paraninfo, desde cuyo cierre, hace ya seis años, estas formaciones se han visto obligadas a «trashumar» de un espacio a otro, tal y como quedó allí de manifiesto por cuantos tomaron la palabra.
Organizado por el profesor Ricardo Borges y apoyado por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales, el acto, con un aforo casi al completo, comenzó poco después de las ocho de la tarde con un breve recital de Ernesto Rodríguez Abad. Se trataba de un texto que llevaba por título el mismo que dio pie al homenaje, Paraninfo, escrito por el profesor organizador y con música de Juan Carlos Martín. Al piano estuvo Antonio Hernández y como timplista actuó Benito Cabrera. Desde este primer momento, el techo del Aulario de Guajara estaba iluminado con la imagen del fresco de Mariano de Cossió que alberga el propio Paraninfo.
La segunda actuación corrió a cargo de representantes de varias tunas de la Universidad de La Laguna (Informática, Derecho, Arquitectura Técnica, Ingeniería Agraria, Filología y Ciencias Empresariales), quienes decidieron investir a Quico como tuno honorífico. Estos estudiantes fueron los primeros en aprovechar la ocasión para reivindicar la reforma del Paraninfo, un mensaje que fue constantemente repetido toda la noche.
Un collage escénico -el primero de la noche-, formado por miembros de Troysteatro, abrió la tercera participación. Se trataba de un grupo de jóvenes que, desde distintas ubicaciones dentro del Aula Magna, criticaban abiertamente a los rectores de las universidades y denunciaban el inmovilismo de la institución.
Seguidamente actuó la Agrupación Folklórica Universitaria (AFU), con la presencia de sus cuatro últimos directores, quienes tuvieron palabras de elogio para Quico y reclamaron asimismo la reforma del espacio más emblemático de la universidad. Después de ellos tuvo lugar el segundo collage escénico, esta vez de mano de dos actores de Teatrofia que realizaron una pieza humorística de teatro mudo sobre el acto de fumar.
El Coro Polifónico actuó en sexto lugar, dirigido por Alfonso López Raymond, quien recordó la hospitalidad de Quico durante los ensayos, incluso en fines de semana, matizó. También hizo referencia al cierre de la sala, tras el cual todos los grupos han estado vagando de un sitio a otro, dijo, sin contar con un espacio con las condiciones acústicas tan brillantes como ofrecía el Paraninfo.
Alberto Omar entrevistó seguidamente a Eloy Díaz de la Barreda, el que fuera el precursor del teatro universitario en La Laguna y quien estrenó en esta sala Los intereses creados, de Jacinto Benavente. «Estoy profundamente emocionado no sólo por este homenaje a Quico», explicó Díaz de la Barreda, «sino porque esta noche se evidencia que el Paraninfo es el teatro de la universidad, y no sólo un lugar donde se celebraban los actos institucionales».
En octavo lugar le tocó el turno al Grupo Folklórico de la Facultad de Educación, dirigido por Manuel Lorenzo, que hizo una muestra de algunos bailes canarios interpretados por más de una cincuentena de alumnos. El Aula de Cine, por su parte, expuso la grabación de una entrevista realizada al homenajeado en la que recordaba los momentos más duros de su trabajo en la universidad durante tantos años, especialmente en la época franquista. Además de algunas anécdotas, relató también cómo aprendió a montar películas, a controlar el sonido y las luces de la sala, la presencia de los primeros grupos de teatro de estudiantes o las «buenas películas» del Aula de Cine.
La Coral Universitaria, creada en 1970, también estuvo presente en el acto, dirigida por Juan Ignacio Oliva, quien afirmó que «Quico era el Paraninfo, y ahora que él se ha jubilado, el Paraninfo está como está». Esta formación dio paso al último collage escénico de la noche, de manos de la Agrupación de Teatro de Filología, en este caso, una reflexión sobre el mundo del teatro.
La Camerata Lacunensis subió al escenario acto seguido, dirigida por Francisco José Herrero. Tras su actuación intervino el propio Ricardo Borges para anunciar el agradecimiento que otros colectivos quisieron hacerle a Quico. Es el caso de la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la universidad, el Servicio de Deportes, el Colectivo del Juego del Palo, la Orquesta Sinfónica de Tenerife, Radio Campus y el Centro de la Cultura Popular Canaria.
La penúltima actuación corrió a cargo de la Banda Sinfónica de la Universidad de La Laguna, dirigida por Mario González García, y como timplista actuó Benito Cabrera. Antes del Gaudeamus cantado por toda la sala con música de la Banda Sinfónica, el colofón final vino de la mano de la Coral Universitaria , el Coro Polifónico y la Camerata Lacunensis, quienes dieron música al tema Añoro, escrito por Ricardo Borges y musicado por Juan Carlos Martín, y cantado por las inolvidables voces de Cali Fernández y Cristina Calvo.

