El Aula Magna del Aulario de Guajara acogió hoy lunes 10 de diciembre el acto de celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, especialmente dedicado a la población inmigrante.
Alrededor de 250 alumnos de todos los niveles educativos, procedentes de una treintena de colegios e institutos de la isla, se dieron cita en el campus de Guajara para debatir sobre la situación de los inmigrantes. Se da la circunstancia que a esta iniciativa universitaria también acudió el conjunto de menores inmigrantes que residen en el centro de acogida de La Esperanza.
El acto, organizado por los Vicerrectorados de Alumnado y de Universidad y Sociedad de la Universidad de La Laguna y la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, comenzó con un minuto de silencio por la reciente muerte de una inmigrante en aguas canarias. Poco después varios alumnos de la Facultad de Educación daban la bienvenida a los estudiantes que por primera vez se acercaban a la universidad, y a quienes se les explicó que en la ULL no sólo se forma académicamente a los alumnos, sino que también se persigue un desarrollo integral como personas de todos los universitarios.
El acto continuó con un visionado de un reportaje de Cruz Roja en el que varios inmigrantes cuentan su experiencia desde distintos ámbitos. Algunos son alumnos de posgrado de la Universidad de La Laguna, otros llegaron en cayuco y están en algún centro de acogida, y otros han conseguido un puesto de trabajo, que simultanean con sus estudios y su colaboración desinteresada con alguna ONG.
La vicerrectora de Alumnado, Juana María Rodríguez, expresó su deseo de que La Laguna sea «una universidad solidaria, abierta y defensora de los derechos y libertades que dignifican al ser humano». Por su parte, los directores generales de Ordenación Educativa y de Universidades abogaron por el papel activo de la universidad no sólo en la transmisión y generación de conocimientos, sino también en la defensa de los valores democráticos.
El rector, Eduardo Doménech, añadió que «la ambición, la codicia, las ansias de poder, el autoritarismo y tantas otras características que envilecen a las personas, han puesto en cuestión la valía de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero precisamente porque somos de espíritu frágil, debemos tener referentes que nos ayuden a mejorar como seres humanos, y esta declaración es, sin duda, uno de ellos».
En opinión de Doménech, «es importante que desde las instituciones educativas se promueva la difusión y la reivindicación de esta declaración, especialmente entre los más jóvenes, ya que ellos son el futuro y es nuestra responsabilidad ofrecerles la mejor formación posible. Y la formación, no lo olvidemos, no debe centrarse exclusivamente en los conocimientos, sino que también debe abordar los principios y las actitudes. Porque a veces se nos olvida que no sólo formamos a estudiantes o a profesionales: sobre todo debemos formar personas».
Tras su intervención, y después de un breve receso, el acto continuó con una mesa redonda de alumnos de primaria, secundaria y universidad, en torno a la inmigración y la educación y, finalmente, un acto simbólico que mostraba la unión de la escuela ante los derechos humanos, y un concierto del grupo senegalés Babacar.
