La Opinión de Tenerife ha publicado hoy, jueves 29 de noviembre de 2007, una serie de informaciones en las que, tras analizar un informe de autoevaluación de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, se permite calificar a dicho centro como machista, y se ceba contra la figura del vicedecano Emilio Sanz. El Rectorado de la ULL lamenta que ese calificativo se refiera tanto para el centro docente como a la persona del profesor citado, y cree que responde a un trabajo periodístico poco objetivo.
El artículo señala una serie de datos que no son ciertos. Por ejemplo, que el informe en cuestión se colgó en la página web de la Facultad de Medicina y fue retirado precipitadamente en cuanto empezó a trascender el contenido machista del mismo, según pudo comprobar La Opinión de Tenerife. La institución asegura que ese informe, a fecha de hoy, sigue colgado en su lugar original, en la dirección http://www.medicina.ull.es/aulavirtual/file.php/1/ANECA/EVALUACION_INSTITUCIONAL_MEDICINA_FINAL_v1.pdf y no ha sufrido modificación alguna.
En todo momento, el texto se refiere a fuentes de la facultad, sin identificarlas en ningún momento. La ULL lamenta la utilización de esta clase de informadores anónimos, y denosta la parcialidad de este trabajo periodístico, ya que en todo momento se ha limitado a transmitir las opiniones de esas fuentes no identificadas, pero no han recogido declaraciones de la otra parte, en este caso el profesor Sanz. La institución cree que el periódico La Opinión de Tenerife no ha cumplido diligentemente con su obligación de contrastar la información con todas las partes implicadas.
La institución también lamenta el tono que adopta el informe. En efecto, el documento afirma en el apartado de problemas sustanciales que desde el punto de vista de alumnado, hay una falta de paridad evidente (85% de mujeres). La Universidad de La Laguna no amparará en ningún caso actitudes ni comentarios que atenten contra la igualdad de género o supongan cualquier otro tipo de discriminación.
Pero inferir de este desafortunado comentario que Sanz no quiere alumnas en la Facultad de Medicina resulta una interpretación sesgada. Se aprecia en el texto un especial interés por difamar al profesor Sanz, haciéndolo protagonista del titular. Pero si bien podría entenderse este protagonismo al ser coordinador del informe, resulta fuera de lugar aludir a su posible adscripción religiosa para reafirmar el hipotético sexismo de su actitud.
