Skip to main content

Una jornada nacional reflexiona en la ULL sobre los desafíos de las universidades para mejorar su gestión

viernes 27 de junio de 2014 - 14:43 GMT+0000

La Universidad de La Laguna ha acogido hoy, viernes 27 de junio, la VIII Jornada de Excelencia en la Gestión Universitaria, un encuentro en el que han participado representantes de varias instituciones académicas de  todo el país para reflexionar acerca de los procesos de evaluación y mejora que experimentan en la actualidad los centros académicos en toda Europa. El encuentro pone especial énfasis en las certificaciones y evaluaciones desarrolladas por agentes externos, como la norma ISO o los sellos EFQM.
 

El foro se ha desarrollado en el salón de actos de la Sección de Ciencias de la Información de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación, y ha sido organizada por el Foro de Universidades del Club Excelencia en Gestión y la propia ULL.

En el acto de apertura, el rector de la institución anfitriona, Eduardo Doménech, se refirió a la demanda de servicios de calidad que la ciudadanía hace a las instituciones públicas como la ULL, lo cual ha llevado a instaurar políticas de calidad que lleguen a todos los ámbitos de la organización: la docencia, la investigación, el servicio a los usuarios, la apertura a la sociedad, la empleabilidad o el activismo solidario.

Seguidamente, el vicerrector de Calidad Institucional e Innovación Educativa de la ULL, Hipólito Marrero, y la directora de la Unidad de Evaluación y Mejora de la Calidad de la ULL, Rosa Isla, disertaron acerca de la detección de las necesidades de aprendizaje y buenas prácticas en las universidades españolas.

Otro ponente fue Jorge Delgado, vicerrector de Planificación Estratégica y Gestión de la Calidad de Universidad de Jaén, que disertó acerca de los diferentes procesos de certificación de la calidad. A su juicio, en ellos se da un “juego perverso” en el que la institución analizada trata de ocultar como sea todas sus debilidades para “no quedar mal”, cuando, de hecho, debería hacer lo contrario: detectarlas para realizar planes de mejora.

Para Delgado, es importante comprender que en las políticas de calidad no es bueno caer en el “cortar y pegar”, puesto que las universidades son muy diferentes entre sí y se desenvuelven en contextos dispares, por lo que aquello que es válido para una podría no serlo para otra. Además, señaló la importancia de operar siguiendo una metodología ordenada: “No me sirven los buenos resultados si no sé por qué se han producido”.

Todas estas cuestiones se debatieron en una mesa redonda posterior, en la que, además de Delgado, participaron Esther Balboa, jefa de Unidad de Calidad y Planificación Estratégica de (ANECA), y Carlos Guitián, director de la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa (ACCUEE).

Se analizó la idoneidad de realizar evaluaciones institucionales en lugar del modelo actual, que se centra en las titulaciones, puesto que es posible que una universidades estén globalmente bien pero un título en concreto no, además de que el coste económico y personal de la evaluación por cada título puede ser muy alto.

En la mesa de debate también se reflexionó acerca del peligro que podría suponer que se gestionara con las miras puestas únicamente en quedar bien posicionados en las evaluaciones, puesto que, si bien éstas son importantes, no consideran cuestiones como los programas para mayores o la cooperación para el desarrollo.

Guitián señaló que en la actualidad se puede considerar que las universidades canarias están haciendo bien su trabajo en lo referente a la acreditación y que, junto al área de sanidad, son de las instituciones más transparentes que hay en la comunidad autónoma, dada la evaluación continua a la que están sometidas.
 


Archivado en: Institución, ULL