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Innovación universitaria a pie de calle

lunes 10 de septiembre de 2018 - 12:04 GMT+0000

Vicente Zapata

El profesor del Departamento de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna Vicente Zapata lleva más de dos décadas impulsando varios proyectos comunitarios gracias a los cuales el trabajo coordinado de vecinos, instituciones públicas y privadas y la propia universidad ha servido para afrontar retos sociales de calado, como el empleo o la convivencia.

Este tipo de innovación social tiene un impacto directo e inmediato en el entorno cercano, pero, desgraciadamente, todavía no cuenta con una adecuada valoración en el mundo académico, aunque sí con otra clase de reconocimientos: en julio de 2018 se divulgaba la noticia de que la Red Impulsores del Cambio, una iniciativa internacional promovida por Canaragua, Fundación Acuorum, Ashoka y Aquae, entre otras organizaciones, había seleccionado a Zapata como uno de sus emprendedores sociales por proyectos como Barrios por el Empleo o Juntos En la Misma Dirección, entre otros.

¿Qué ha significado para usted esta distinción? ¿Y qué nos puede contar sobre Barrios por el Empleo?

Formar parte de la Red Impulsores del Cambio (RIC) ha sido toda una sorpresa y es un reconocimiento internacional a una labor colectiva, porque el trabajo que hacemos y la forma de llevarlo a cabo implica a muchísimas personas, tanto de la Universidad de La Laguna y su Fundación General como de otras organizaciones externas. Me lo he tomado como el premio a una labor coral de muchos años.

Han valorado que Barrios por el Empleo es un proyecto de raíz comunitaria donde la universidad ha estado presente desde el inicio en todas sus fases, han participado muchísimas personas y entidades, se ha ido consolidando y mejorando con el paso del tiempo, incorporando las novedades e innovaciones que se han ido generando a partir de múltiples aportaciones.

Además, el proyecto cumple con requisitos de la RIC como que se pueda replicar en el contexto internacional. En este caso, hablamos de desempleo, un grave problema que encontramos en todo el planeta; y la red apoya las soluciones alternativas, lo que ellos denominan “innovación disruptiva”, fórmulas nuevas, originales e ideadas para el conjunto social, que enfrenten esos problemas y se puedan extrapolar a otros lugares.

Vicente Zapata¿Qué aporta Barrios por el Empleo que no lo hagan otros programas de inserción laboral?

En primer lugar, su génesis comunitaria: no es un proyecto generado de arriba abajo, desde una administración pública, como ocurre habitualmente, sino que fue una comunidad local –en este caso en La Candelaria, La Cuesta, durante la primera década de este siglo– la que identificó el problema en sus altos índices de desempleo y se preguntó si desde el propio barrio era posible hacer algo más para paliarlo. Se organizó y reflexionó sobre esa realidad y se fueron encontrando una serie de elementos para armar un proyecto que, insisto, surgió desde la propia vecindad y sus profesionales de referencia, aunque inmediatamente se buscó la implicación de las instituciones, sobre todo del ayuntamiento lagunero y luego del Cabildo Insular.

El proyecto arranca como experimental y nunca ha perdido esa condición. La universidad está desde el principio, facilitando el proceso comunitario, organizando los avances y resultados que se van produciendo y las propuestas que se van formulando e, incluso, aportado algunos elementos que no estaban inicialmente y que fortalecen la propuesta.

También se valoró que Barrios por el Empleo intente generar una respuesta colectiva a un problema como el desempleo, que siempre se ha pensado que es individual. Obviamente, la persona debe afrontar individualmente dicha situación, pero debe ser consciente de que no está sola, la arropa su comunidad de referencia, sus vecinos, los recursos que existen en el barrio, las organizaciones, las administraciones públicas y hasta la propia universidad. Eso implica construir una respuesta en la que participa un conjunto de actores muy amplio, ofreciendo una perspectiva colectiva a un problema que se manifiesta de manera individual.

Una parte del trabajo lo hacemos con la persona a título particular y otra muy importante con grupos, tomando como referencia el barrio. El proyecto ha ido escalando en Tenerife hasta convertirse en una política pública y ha desarrollado veintiún nodos o localizaciones. Se da mucho protagonismo al marco local donde se desenvuelve la persona y en donde va a encontrar esa oportunidad que busca: trabajando con el sector empresarial, aprovechando los recursos que ya existían en ese lugar o aportando otros nuevos.

Otro elemento destacable es que el proyecto no está impulsado por una sola organización: se ha conseguido que varias de ellas, públicas y privadas, se agrupen y trabajen conjuntamente. En este caso, el Cabildo de Tenerife y su Fundación Canaria Insular para la Formación, el Empleo y el Desarrollo Empresaria (FIFEDE), Cáritas, Cruz Roja, Fundación Proyecto Don Bosco, la Universidad de La Laguna y su Fundación General, se ponen de acuerdo en un proyecto único con un objetivo compartido y unos indicadores comunes. Eso es realmente innovador y tiene carácter demostrativo.

En un tiempo en el que la innovación parece referirse a la tecnología, en este caso hablamos de innovación con las personas.

Es innovación social que también atañe a la mejora de las organizaciones, innovación dirigida al conjunto de la población y no solo a grupos minoritarios. Barrios por el Empleo está suponiendo un proceso de aprendizaje para las organizaciones presentes en el proyecto. Cada una ha aportado lo que hacía con su propio estilo y método, aunque hay una base compartida por todas, que es la esencia del proyecto original. La universidad está desempañando un papel clave, intentado identificar los nuevos aprendizajes, organizarlos y prepararlos para que sean aprovechados internamente para perfeccionar el proyecto, pero también externamente, como un elemento de innovación transferible. Por eso se ha fijado en nosotros la RIC, porque ha visto que la proyección al exterior es factible e incluso deseable.

¿Existe ya alguna iniciativa para llevar el proyecto al exterior?

La RIC nos va a ayudar a lo que llaman “escalar el proyecto”, aportando recursos económicos que gestionará la propia universidad a través de su Fundación General. Vendrán personas de otras partes del mundo a conocer Barrios por el Empelo, con el fin de replicarlo si encuentran elementos de interés; y nosotros vamos a ser invitados a otros lugares para acudir a eventos y compartir lo que hacemos.

Por ejemplo, a corto plazo está previsto que nos visite David Lubell, promotor en Estados Unidos de una iniciativa llamada ‘Welcoming America’, enfocada fundamentalmente a la acogida de personas migrantes y refugiadas. Vamos a intentar aportarle la visión de cómo la empleabilidad puede ser un factor que mejore la inclusión social de esas personas. Y nosotros vamos a conocer la estrategia que desde EE.UU. están generando algunas organizaciones con enorme proyección internacional, enfrentándose incluso con las políticas actuales del gobierno federal.

No es el mejor contexto…

No, y por eso ha sido seleccionado por la Red como emprendedor social: porque ha generado una estrategia de acogida de personas migrantes y refugiadas en un contexto general bastante desfavorable con respecto a las migraciones. Eso lo enlazamos con lo que también queremos hacer aquí: aproximar Barrios por el Empleo a otro de nuestros proyectos, Juntos En la Misma Dirección, puesto que también estamos trabajando en la esfera de la promoción de la convivencia social y la acogida comunitaria.

La RIC no se fija en un proyecto concreto, sino en la trayectoria de una persona y en cómo se genera esa innovación disruptiva a través de las iniciativas que impulsa y, a partir de ahí, le plantean un reto. En mi caso, me han planteado mejorar y escalar Barrios por el Empelo, porque, probablemente, en su catálogo de emprendedores la temática del empleo no estaba tan presente, sobre todo en su relación con las migraciones internacionales.

Vamos a intentar que Barrios por el Empleo y Juntos En la Misma Dirección se aproximen más, confluyan incluso desde el punto de vista técnico. Ya les he planteado a los equipos de ambos proyectos, que están encuadrados en la Unidad de Innovación Social de la Fundación General de la ULL, que éste va a ser un reto al que debemos ser capaces de responder colectivamente porque nos va a ayudar mucho a mejorar los proyectos en marcha. Y está, además, en la línea de la Universidad de La Laguna de internacionalizar su trabajo, en este caso, la investigación más aplicada y operativa.

Y es un ejemplo práctico de que la universidad sí está en contacto con la sociedad.

Desde hace muchos años intento rebatir ese argumento de que la universidad no está en contacto con la sociedad, puesto que, en muchos casos, he podido comprobar que la ciudadanía siente que nuestra universidad está bastante entroncada con la realidad. Obviamente, podríamos mejorar en este sentido tanto hacia el exterior como en el interior, estimulado ese tipo de transferencia inmediata y no solo la transferencia científica en investigación básica, en la que parece que también estamos progresando.

Pero la percepción que hay fuera, en general, no es que estemos de espaldas a la sociedad, como se dice habitualmente, sino que la Universidad de La Laguna está cada vez más comprometida con su realidad y está generando aportaciones y compromisos múltiples con el territorio, junto a las personas, organizaciones sociales, empresas e instituciones. Tal vez necesitamos mayor comprensión y reconocimiento interno hacia este tipo de actividades.

Yo ando mucho fuera de los campus y es muy hermoso observar cómo las personas sienten que la universidad está presente, que les está acompañando, colaborando y ayudando, ya no solo de forma ocasional, sino de manera permanente, siguiendo incluso procesos de trabajo con perspectiva a medio y largo plazo: puede ser profesorado, un grupo de alumnado que esté desarrollando un trabajo académico en un territorio determinado, etc. El tópico de que nuestra universidad está alejada de la realidad a mí no me vale.

Imagino que una dificultad de estos proyectos es hacer que se entiendan personas dispares. Porque, por así decirlo, la academia, las asociaciones vecinales y las instituciones hablan idiomas diferentes.

Ahí el papel de la universidad está siendo fundamental, porque es un instrumento que tiene la capacidad de facilitar las cosas. Propicia procesos, los dinamiza y acompaña, genera conocimientos y métodos para mejorarlos. En suma, ayuda a catalizar las aportaciones del resto de actores para construir algo conjunto.

El papel de la universidad no es tanto decir lo que se debe hacer –en muchos casos, profesores y profesoras tenemos esa tentación– sino intentar que el conocimiento y la experiencia que ya existe en una comunidad, organización o administración pública, se ponga al servicio de un proyecto colectivo. La universidad lo puede hacer de manera adecuada porque es una institución aceptada por todos. Nuestra trayectoria y buena imagen nos confiere capacidad para dialogar con todos los agentes e, incluso, para mirar hacia el interior de nuestra propia casa con el fin de pedir ayuda a personas que pueden realizar aportaciones más especializadas.

Un ejemplo es el Proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural en Taco. La Universidad de La Laguna lo ha propiciado y, de los casi 40 ICI que hay en toda España, solo hay dos liderados por universidades: la Autónoma de Madrid y La Laguna. Hemos conseguido ser un agente articulador del resto de actores que se encuentra en ese territorio, para tratar de conducirlos hacia un proyecto colectivo que ha generado un proceso comunitario con resultados muy interesantes. Cada protagonista ha encontrado su lugar y cada uno hace su aportación respetando las de los demás, comprendiendo que todas son necesarias para seguir generando una nueva estrategia de trabajo en el territorio.

Esto lo ha propiciado la Universidad de La Laguna y es algo de lo que debemos sentirnos muy orgullosos: en ese campo estamos a la altura de cualquier centro similar de alcance internacional. Y esto no es que lo diga yo, es que, por ejemplo, hace unos meses tuvimos un encuentro internacional alentado por el Consejo de Europa en Tenerife, en el marco de la Red de Ciudades Interculturales y el programa Intercultural Cities, que supuso un reconocimiento y espaldarazo a todo esto.

En ese encuentro, muchísimas personas de diversas partes del mundo visitaron nuestras experiencias repartidas por la Isla y el Observatorio de la Inmigración de Tenerife (OBITen), otro de los proyectos en los que estoy involucrado, y que, por cierto, pronto va a cumplir 20 años, lo que lo convierte en uno de los más longevos de España y tal vez también de Europa. Reconocieron la labor realizada bajo la dirección del profesor Dirk Godenau y la coordinación de Julio Ramallo, mantenida en el tiempo gracias a una fructífera alianza entre la Universidad de La Laguna y el Cabildo de Tenerife.

En este sentido, me gustaría destacar el papel que han tenido algunas organizaciones públicas y privadas en la génesis y el desarrollo de los proyectos que acompañamos. En Barrios por el Empleo, Juntos En la misma dirección y OBITen ha sido fundamental el compromiso y la permanente contribución del Cabildo de Tenerife. Y en ICI Taco y otras actuaciones, lo ha sido la Obra Social “la Caixa” y algunos ayuntamientos. Hemos aprendido a desarrollar alianzas consistentes y duraderas, ricas en aprendizajes para todos, independientemente de las sensibilidades políticas que haya habido en cada momento, incluso dentro de la propia universidad, con una visión de futuro para invertir en estos proyectos que sabíamos que podían generar resultados positivos para muchas personas, colectivos y entidades en el largo plazo.

Todo esto, compatibilizado con las clases y la investigación. ¿Cuándo duerme Vicente Zapata?

A lo mejor no duermo todo lo que debería, pero duermo muy bien. Siempre he tenido el apoyo de la universidad y he podido compatibilizarlo bien con mis tareas académicas, cada vez más porque los equipos de trabajo son magníficos. Creo además que mi docencia universitaria se ha enriquecido enormemente gracias a estos proyectos. Quizá ha sido, en parte, un lastre para la vertiente científica, porque no he podido dedicarme tanto a tener la carrera de excelencia que se supone debe presentar un investigador. Pero he preferido dirigirme hacia una investigación un poco diferente y hacia una labor que también considero universitaria y genera muchas satisfacciones, además que recogen los fines estatutarios de la Universidad de La Laguna.

Por eso, ahora estoy entusiasmado con la participación en la RIC y la posibilidad de transferir estos trabajos y sus resultados externamente, porque probablemente me permitirá estar en foros y canales a los que antes no podía llegar. Y conmigo llevar la labor de otras muchas personas.

Lo que más me ha ayudado –y también me ha mejorado como persona– es poder estar en contacto directo y permanente con la realidad, estar fuera de la universidad estando al mismo tiempo dentro. Acudir en cualquier momento a un barrio junto a su vecindad, poder mantener encuentros con responsables políticos y disfrutar de sesiones de trabajo con profesionales y técnicos que, en muchos casos, fueron alumnos nuestros y ahora son colegas con los que dialogamos y a veces hasta discutimos. Porque muchos de los técnicos dedicados a estos proyectos son egresados de la Universidad de La Laguna, así que esta línea de trabajo también ha fomentado la inserción laboral de antiguos alumnos y alumnas de la institución.

Yo no entendería mi existencia sin este tipo de actividad, porque no solo forma parte consustancial de mi trayectoria en la universidad; casi diría que toda la vida he estado viviendo y trabajando en barrios con la ciudadanía. Y decidí hacerlo aquí desde el principio contado con la institución: nunca emprendo nada sin el paraguas de la Universidad de La Laguna, puesto que disponemos de un instrumento muy potente, la Fundación General, a través de la cual se han canalizado casi todas las actividades. Eso es una garantía, porque a mí me permite estar tranquilo y dormir bien, como antes señalaba, ya que todos los recursos se controlan y fiscalizan. Y, además, estos proyectos generan ingresos económicos que la universidad luego aplica en diferentes ámbitos, otra de sus contribuciones que no debemos olvidar.

Gabinete de Comunicación


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