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La ULL participa en un estudio sobre los accidentes sufridos por los dinosaurios saurópodos

miércoles 26 de abril de 2023 - 08:42 GMT+0000

Esquema de las dos vértebras estudiadas y su ubicación en el cuerpo del animal.

En las últimas décadas, el acceso a distintas tecnologías médicas, como las tomografías, están permitiendo a los paleontólogos realizar nuevas investigaciones sobre la paleobiología de los dinosaurios con las que poder responder numerosos interrogantes relacionados no sólo con su biología, sino también con su comportamiento. El estudio de las paleopatologías de organismos fósiles está permitiendo conocer aspectos de la vida de éstos, como pueden ser las interacciones sociales entre individuos de la misma especie, de diferentes especies o incluso con el mismo medio en el que vivían.

Recientemente, la investigadora del Departamento de Biología Animal, Edafología y Geología de la Universidad de La Laguna Penélope Cruzado-Caballero, junto al Leonardo Filippi (Museo Municipal Argentino Urquiza, Neuquén, Argentina), Javier González-Dionis (Conicet IPGP-CENPAT) e Ignacio Canudo (Aragosaurus-IUCA, Universidad de Zaragoza), estudiaron dos vértebras caudales aisladas (vértebras de la cola) pertenecientes a dinosaurios saurópodos titanosaurios. Estos restos óseos  fueron encontrados en las localidades de La Invernada y de Loma de los Jotes, cerca de la ciudad de Rincón de los Sauces (Neuquén, Argentina). Lo que llamó la atención fue que presentaban ciertas deformaciones y engrosamientos que no eran propios de la anatomía habitual de estas vértebras. Esto hizo pensar al equipo investigador en la posible presencia de algún tipo de patología que habrían sufrido los dinosaurios a los que pertenecían estos fósiles.

Para estudiar esas estructuras extrañas que presentaban las vértebras se les realizó una tomografía computerizada en la Clínica y Maternidad Eva Perón de Rincón de los Sauces (Neuquén, Argentina). Tras un análisis de la superficie de los fósiles y de las imágenes obtenidas con la tomografía, los paleontólogos descubrieron que una de las vértebras presentaba una patología que era dificil de apreciar, localizaba entre dos huesos: la parte ventral del cuerpo de la vértebra y un hueso llamado chevrón que articula con ésta.

Entre estos dos huesos, se observaba una masa amorfa de hueso que los cubría, la cual fue interpretada como una espondiloartropatía, que pudo haberse producido por diferentes causas. En este caso este tipo de artropatía (enfermedad de la articulación) no habría causado dolor ni reducción de la movilidad de la cola, al contrario de lo que debió ocurrir con la segunda vértebra que se estudió.

Esta es una vértebra de la parte media de la cola de otro dinosaurio, la cual presentaba en uno de sus laterales un crecimiento de hueso que se diferencia claramente del resto de la vértebra. Además, asociado a este crecimiento de hueso se observaba un orificio que ingresa dentro del hueso y que tiene la típica forma de lo que se conoce como cloaca. Este orificio es una estructura que se produce cuando hay una infección en el hueso, que produce pus y necesita ser expulsado del mismo. Este tipo de infecciones que afectan a los huesos son conocidas como osteomielitis. Debido a su localización y el desarrollo que presentaba la infección, se llegó a la conclusión de que podría haber causado cierta incomodidad y dolor al dinosaurio, e incluso habría podido llegar a restringir cierto grado de la movilidad de la parte posterior de la cola.

Junto con el trabajo “paleoveterinario” realizado, se hizo también un exhaustivo análisis de todo lo que se ha publicado a nivel mundial sobre las patologías registradas en las colas de los dinosaurios saurópodos, con el objetivo de ver si hay alguna que incida más que otra en este grupo de animales. Como resultado, se vio que la mayoría de los trabajos sobre saurópodos era en el grupo de los titanosaurios (69% del total) y que, en cuanto a la diversidad de patologías que afectaban a los saurópodos, destacaban la conocida como DISH (Hiperostosis esquelética difusa idiopática con 36% de los casos) o la ya nombrada espondiloartropatía (16% de los casos).

Como curiosidad, cabe comentar que se ha propuesto que estas patologías podrían estar relacionadas con el momento de la cópula, ya que podrían ser resultado de la reacción del hueso ante microfracturas por estrés resultado de una postura vertical del animal que apoyaría todo su peso en el suelo entre las patas traseras y la cola.

El estudio de los dinosaurios a través de sus huesos permite conocer, entre otras cosas, como eran, qué tamaño tenían y cuáles eran las relaciones de parentesco entre los diferentes grupos, y el conocimiento de sus patologías acercan al día a día de los dinosaurios haciendo que los veamos más vivos que nunca.


Archivado en: Biología Animal, Edafología y Geología, Destacado, Investigación, Portada ULL

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