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Una investigadora de la ULL analiza la eficacia de las plantas baleares de tratamiento de aguas residuales

miércoles 20 de marzo de 2024 - 10:01 GMT+0000

El turismo insular, aunque lucrativo, plantea importantes retos medioambientales y socioculturales debido a su presión sobre los recursos naturales y las infraestructuras. Los problemas incluyen el agotamiento del agua dulce, la degradación de los ecosistemas marinos y la alteración de la dinámica cultural. El cambio climático agrava estos retos, lo que afecta especialmente a los recursos hídricos.

Una investigación del grupo Ingenia (Ingeniería Geológica, Innovación y Aguas) de la Universidad de La Laguna, dirigido por Juan Carlos Santamarta, y liderada en este caso por la investigadora Joselín Rodríguez-Alcántara, se centra en la situación de las Islas Baleares como zona turística, y analiza los problemas de gestión del agua, cruciales para mitigar el impacto ambiental. No es la primera vez que el equipo de Santamarta estudia cuestiones hídricas del archipiélago mediterráneo, ya que existen trabajos precedentes con la Agencia Balear del Agua y Calidad Ambiental y con la propia universidad regional. También ha participado en la redacción del plan energético de transición energética vinculado al agua.

Este estudio se centra en el análisis de la calidad del agua en cinco depuradoras del archipiélago balear durante cinco años, con el objetivo de evaluar el cumplimiento de las normas de calidad del agua. Aunque el trabajo está limitado por el número de plantas analizadas, la vigilancia y la recopilación de datos continuas son esenciales para una gestión y una formulación de políticas eficaces que salvaguarden la calidad del agua y la salud ambiental en la región, comenta la investigadora.

Los resultados del estudio revelan el impacto significativo del turismo estacional en los volúmenes de tratamiento de agua, especialmente durante los meses de verano. Se observó un aumento notable en la cantidad de agua tratada durante estos períodos de turismo de temporada alta, con aumentos incluso duplicados o triplicados en algunos casos, como en las plantas de tratamiento de Llucmajor y Formentera. La pandemia de la Covid-19 en 2020 causó fluctuaciones adicionales en estos volúmenes.

A pesar de estas fluctuaciones estacionales, la mayoría de las plantas de tratamiento de aguas residuales (WWTPs) analizadas cumplieron con el requisito de no exceder el flujo de diseño durante más de dos meses consecutivos. Sin embargo, se registraron dos excepciones durante los meses pico de turismo en la planta Can Bossa en agosto de 2016 y en la planta Sant Lluís en agosto de 2019. Aunque estas desviaciones ocurrieron en meses específicos, un análisis anual indica un cumplimiento general con este indicador.

En términos de la adecuación del flujo recibido al flujo de diseño, todas las WWTPs revisadas cumplieron con los criterios de cumplimiento establecidos, ya que no se observaron incumplimientos anuales con el flujo de diseño durante el período de estudio. Sin embargo, se detectaron dos instancias en las que ciertas plantas de tratamiento de aguas residuales excedieron sus tasas de flujo de diseño, con desbordamientos registrados en Can Bossa en agosto de 2016 y en Sant Lluís en agosto de 2019.

El análisis de la demanda biológica de oxígeno (DBO) y la demanda química de oxígeno (DQO) en el agua tratada reveló ciertas inconsistencias durante el período de estudio. Se detectaron incumplimientos con respecto a los límites de concentración de BOD en 2016 en Platja d’en Bossa y en 2017 y 2018 en Santa Eulària des Riu. Sin embargo, no se encontraron incumplimientos en los porcentajes de reducción, lo que sugiere que las plantas estudiadas pudieron reducir de manera efectiva los niveles de DBO en el agua tratada.

En cuanto a la DQO, se observaron dos instancias de incumplimiento con respecto al límite de concentración en Santa Eulària des Riu en 2017 y 2018, y un incidente de incumplimiento en Platja d’en Bossa en 2016 con respecto al porcentaje de reducción. Estos resultados indican la necesidad de mejorar la calidad del agua entrante para reducir la carga orgánica en las instalaciones.

La concentración de sólidos suspendidos en el agua tratada también fue analizada, aunque no es un parámetro legalmente requerido. Se observaron más incumplimientos en los porcentajes de reducción de sólidos suspendidos en comparación con los límites de concentración, lo que sugiere desafíos en el logro de los objetivos de reducción.

La concentración de nitrógeno total en el agua tratada presentó varios incumplimientos con los límites de concentración durante el período de estudio, lo que plantea riesgos para los ecosistemas marinos. La falta de cumplimiento con los límites de fósforo total en el agua tratada sugiere la necesidad de mejoras sustanciales en la infraestructura de tratamiento.

En resumen, el estudio investigó la calidad del agua en varias depuradoras situadas en las Islas Baleares, evaluando los parámetros establecidos por la normativa nacional. A lo largo del periodo analizado, se observaron mejoras en todos los parámetros, lo que indica la eficacia de las medidas aplicadas en anteriores planes hidrológicos. Con todo, las fluctuaciones estacionales del turismo influyen significativamente en la generación de aguas residuales, produciéndose un notable aumento durante las temporadas altas.

Aunque los contaminantes se eliminan eficazmente, los valores de nitrógeno y fósforo total del efluente no cumplen las normas de calidad. Por lo general, se cumple la normativa, pero el turismo estacional afecta notablemente al agua tratada. Se recomienda así seguir investigando, incluido un análisis comparativo con datos de 2021 y 2022. Además, explica la investigadora y también ingeniera de minas y energía, es crucial explorar las fuentes y optimizar las opciones para reducir las cargas contaminantes de nitrógeno y fósforo.


Archivado en: Destacado, Investigación, Portada ULL