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Las misiones arqueológicas españolas en Egipto presentan los resultados de sus hallazgos

martes 12 de septiembre de 2006 - 00:00 GMT+0000

Los responsables de las misiones arqueológicas que España tiene en Egipto han presentado hoy martes 12 de septiembre los resultados de sus hallazgos científicos dentro del III Congreso Ibérico de Egiptología, que se desarrolla durante esta semana en la Universidad de La Laguna, con la colaboración del Instituto de Astrofísica de Canarias.

Se trata de un nutrido grupo de arqueólogos procedentes de distintas universidades y centros de investigación del territorio nacional que en estos momentos tienen abiertos proyectos en el país objeto de este encuentro científico.

Restos de 1.287 individuos y unos 4.617 objetos -entre ellos 150 ojos, 8 conjuntos de vasos canopos, más de 4.000 figuras ushebtis, 80 escarabeos y 1.300 amuletos- es el balance, hasta el momento, de una parte de las excavaciones españolas en Heracleópolis Magna (la actual Ehnasya el Medina), financiado por el Ministerio de Cultura. Estos resultados fueron presentados a lo largo de la mañana por Carmen Pérez Díe, conservadora jefe del departamento de Antigedades Egipcias y del Oriente Próximo del Museo Arqueológico Nacional de Madrid y directora del proyecto desde 1984.

Heracleópolis Magna, situada en el Egipto Medio, a 130 kilómetros de El Cairo, fue la capital de Egipto y residencia de los reyes durante el Primer Período Intermedio (dinastías IX-XI), en torno al 2.000 a.C. «En ella hemos encontrado, explica Pérez Die, una necrópolis de este período e inicios del Reino Medio (dinastías X y XI), con tumbas de altos dignatarios; una necrópolis del Tercer Período Intermedio (dinastías XXII-XXVI), con tumbas de los hijos de los reyes así como de gobernadores con mando civil, militar y religioso; y un templo del dios local Herishef, importante divinidad del panteón egipcio, cuyos datos pueden modificar o puntualizar aspectos de la interpretación religiosa establecida en la actualidad».

Por su parte, José Manuel Galán Allué, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, presentó los últimos resultados del Proyecto Djehuty, en Dra Abuel-Naga (Luxor), en concreto los patios de entrada a las tumbas de la zona. «La mayoría de las tumbas tebanas de la dinastía XVIII, apunta este investigador, fueron excavadas en la falda de una de las colinas rocosas que conforman la antigua necrópolis de la orilla occidental». Delante de la construcción subterránea, las tumbas tenían un espacio al aire libre definido por la fachada y por sendos muros laterales, en muchos casos también tallados en la roca de la colina. Este espacio descubierto tenía su importancia como parte del monumento funerario, pues era aquí donde se realizaban algunos de los rituales funerarios, como La apertura de la boca, y donde tenían lugar las celebraciones posteriores en honor a la memoria del difunto.

«Por distintas razones, advierte Galán, el exterior, el denominado patio o vestíbulo, ha sido poco documentado y estudiado comparado con el interior de las tumbas. Durante las cinco primeras campañas del Proyecto Djehuty en la colina de Dra Abu el-Naga, el trabajo arqueológico se ha centrado en el exterior, frente a la tumba de Djehuty (TT 11), alto dignatario de la reina Hatshepsut, y frente a la tumba de Hery (TT 12), de época de Amenhotep I. La excavación ha sacado a la luz sus respectivos patios de entrada, además del patio de una tumba ubicada entre las dos, identificada como -399-, y el de la tumba de un tal Baki, ambas también datadas en la primera mitad de la dinastía XVIII», una aportación sustancial al conocimiento de las tumbas tebanas de esta época.

Alejando Jiménez, de la Universidad de Jaén, dio cuenta de los nuevos grafitos descubiertos en Garb Asuán Sur, un área arqueológica en la que realizaron varias prospecciones en noviembre de 2005. «La zona escogida era una duna muy inclinada, de difícil acceso y que había sido ignorada hasta ahora por los investigadores», relató Jiménez. En este yacimiento encontraron diverso material en no muy buenas condiciones, debido a que la mayoría estaba insertada en roca arenisca. El equipo descubrió así varios petroglifos de la época predinástica, diversas representaciones sin identificar, inscripciones en tumbas y en piedra y unos diques de atraque de acceso a las tumbas.

Josep Cervelló Autuori, de la Universidad Autónoma de Barcelona, se centró en las prospecciones realizadas en un yacimiento situado en Saqqara sur en 1997. Después de su visita a la zona, el lugar fue brutalmente saqueado, y el proyecto de excavación tuvo que ser abandonado. Con todo, los resultados de la prospección resultaron interesantes para su publicación, y para ello solicitaron al Gobierno egipcio en 2005 el análisis del material recuperado, que consistió en 49 bloques de piedra caliza y cinco de granito, todos ellos con inscripciones. Así, descubrieron los nombres de tres personajes masculinos y uno femenino, de los que dos son particularmente interesantes. Uno representaba al jefe de auxiliares nubio y otro a uno de los jefes de los artesanos, título que ostentaban los grandes sacerdotes del templo de Path de Menfis.

En Osireion de Oxirrinco se descubrió en el año 2000, en un área alejada al oeste de la ciudad grecorromana de Oxirrinco, la actual El Bahnasa, una serie de estructuras subterráneas consagradas al dios Osiris. Bajo una elevación natural del terreno se ha podido iniciar la excavación de un recinto cultual presidido por una estatua colosal del dios y, adyacente a esta sala, un corredor-pasillo donde se enterraban los simulacros de Osiris que se realizaban con motivo del ritual de los misterios del mes de Khoiak.

La arqueóloga Maite Mascort Roca, de la Generalitat de Cataluña y uno de los miembros del equipo español que excava en Oxirrinco,presentará esta tarde, entre otras trabajos, los resultados de las dos últimas campañas, cuyos investigaciones se han centrado en la superestructura del monumento: el Osireion. «Se ha localizado el temenos, pudiendo, así, delimitar toda el área del recinto sagrado, y se ha excavado la entrada monumental por la que se accedía al interior de la catacumba, en un punto muy próximo a la sala donde se encuentra la estatua del dios Osiris. Delante de la entrada, una serie de estructuras nos revelan una zona donde se realizaban las ofrendas diarias a la divinidad». Y todo el conjunto, añade, «podemos fecharlo en época ptolemaica».


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