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Científicos de la Universidad de La Laguna muestran cómo se activan partes del cerebro en el aprendizaje de idiomas

lunes 11 de mayo de 2009 - 00:00 GMT+0000

Un equipo de investigación de la Universidad de La Laguna, dirigido por el investigador Ernesto Pereda, ha publicado recientemente un artículo en la revista científica Second Language Research, en el que muestra cómo se activan partes del cerebro en el aprendizaje de idiomas. Este trabajo confirma por tanto las observaciones que relacionan el hemisferio derecho con el procesamiento de segundas lenguas.

El trabajo es continuación de una serie de estudios realizados en colaboración con investigadores de Inglaterra (Departamento de Psicología de la Universidad de Londres) y Alemania (Universidad de Tubingen, Stutgart), en los que se analizó cómo  el cerebro procesa información sensorial en tareas de alto nivel, como la percepción artística, al tratarse de un lenguaje diferente al propio. Para ello utilizaron la información contenida en la actividad eléctrica de las neuronas de la corteza cerebral, que se registra mediante sensores colocados externamente sobre la cabeza.

Los investigadores analizaron en este caso la respuesta de una serie de estudiantes de la Universidad de Viena (cuyo lenguaje nativo es el alemán) al escuchar un texto en inglés. “Nuestra intención era comprobar una hipótesis llamada eficiencia cortical, según la cual, cuando uno aprende a realizar una tarea compleja, como procesar el lenguaje, montar en bicicleta, etc., esta tarea se vuelve automática porque en el proceso de aprendizaje se forman conexiones entre las áreas del cerebro implicadas que hacen que la información se transmita de manera efectiva y casi inconsciente entre ellas cuando se realiza la tarea”.

Se comprobó que, en efecto, aquellos estudiantes que tenían un alto nivel de inglés, y que habían pasado más de seis meses en un país de habla inglesa, procesaban la información en esa lengua de una manera muy similar a como procesaban su propia lengua (el alemán). Sin embargo, los estudiantes con bajo nivel de inglés tenían que utilizar de manera extensiva el hemisferio derecho, que generalmente no se usa para procesar la lengua materna.

Estas diferencias eran más evidentes en la parte de la señal cerebral que refleja el procesamiento más rápido de información (a velocidades de menos de una décima de segundo), lo que corrobora la hipótesis de que el aprendizaje y la automatización de tareas vuelve el procesamiento más eficaz, según señala Ernesto Pereda. “Ya habíamos encontrado algo parecido al comparar el procesamiento de la música, donde existen diferencias claras entre músicos y no músicos, o en la percepción pictórica, donde los pintores procesan un cuadro de manera más eficiente que alguien sin conocimientos artísticos. Los resultados nos ayudan a entender mejor cómo funciona y aprende el cerebro humano”.
 
Los registros se realizaron, como ya se señaló, en la Universidad de Viena, y el estudio estuvo financiado a través de diferentes proyectos de investigación de la Academia de Ciencias de la capital austriaca. La técnica utilizada para el estudio hace uso de herramientas avanzadas para el análisis de señales, unas herramientas que detectan la conexión entre áreas cerebrales a partir de la actividad electromagnética que estas áreas generan. El equipo del investigador de la ULL está empleando  las mismas herramientas actualmente, en colaboración con investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Complutense, para intentar detectar de manera temprana la degeneración neuronal que se produce en los primeros estadíos de la enfermedad de Alzheimer, con buenos resultados, aunque aún no publicados.

El Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna editará en breve un libro sobre estas herramientas de análisis, titulado "Análisis no lineal de datos biomédicos", en el que participan dos de los autores del trabajo, y donde, entre otras cosas, se comentan los resultados de estos estudios artísticos.

 Por otro lado, la  prestigiosa revista The Economist publicó el mes pasado un artículo sobre los resultados obtenidos por el colaborador de Ernesto Pereda en Londres, en los que aplicaba esta metodología para estudiar el procesamiento subconsciente de la resolución de problemas complejos. Es lo que se llama el efecto Eureka, en recuerdo de la conocida anécdota según la cual Arquímedes, al meterse en la bañera, de repente se dio cuenta de que un cuerpo al introducirse en un líquido desaloja una cantidad del mismo igual a su volumen (http://es.wikipedia.org/wiki/%C2%A1eureka!), algo sobre lo que había estado pensando sin éxito durante mucho tiempo.

“Lo que demostró mi colega es que ese procesamiento subconsciente, y la llegada de la consiguiente "idea feliz", de la que el propio sujeto no es consciente, se puede detectar externamente utilizando la misma técnica que en el estudio del lenguaje, porque se detecta desde varios segundos antes de la idea que las áreas cerebrales correspondientes funcionan cooperativamente  de forma efectiva cuando se va a tener la idea, a diferencia de aquellas situaciones en las que el problema no se puede resolver. El trabajo fue publicado este año en la prestigiosa revista Journal of Cognitive Neuroscience, que publica el MIT en colaboración con el Institute of Cognitive Neuroscience de los Estados Unidos.


Archivado en: Investigación, ULL