La revista científica Proceedings of the Nacional Academy of Sciences ha publicado un artículo de Gundela Meyer, profesora del departamento de Anatomía, Anatomía Patológica e Histología de la Universidad de La Laguna, en el que se relata una investigación sobre una versión o isoforma de la proteína p73 que, probada en ratones, ha demostrado poseer funciones antiapoptósicas, es decir, que evitan la muerte celular. La investigación ha sido coordinada por André M. Goffinet, de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
La científica señala que, gracias a estudios in vitro previos, se sabía que la ausencia de la isoforma DeltaNp73 de esta proteína tenía esa capacidad de evitar la muerte celular. Paro ahora se ha estudiado utilizando una serie de ratones transgénicos; a unos se les marcaron en verde fluorescente las neuronas que expresan la isoforma en cuestión para detectar su localización, y a otros se les inactivó esa versión de la proteína para mantener otra isoforma, la TAp73, que si posee funciones proapoptósicas (es decir, favorecen la muerte celular).
De este modo se han podido detectar varios centros cerebrales que expresan altos niveles de DeltaNp73, y observar qué sucede si se les inactiva esta isoforama. Así, las células de Cajal-Retzius mueren; el hipotálamo sufre importantes alteraciones; los plexos coroideos se atrofian y las vías sensoriales de las feromonas sufren graves interrupciones. Esto ha permitido determinar que DeltaNp73 es esencial para la supervivencia de determinados centros cerebrales.
Gundela Meyer cree que la proteína p73 puede estar implicada en patologías neurodegenerativas, por lo que el modelo de animales que ha utilizado puede ser útil para estudiar los mecanismos moleculares que intervienen en la supervivencia neuronal. La investigadora ha apuntado que algunos resultados preliminares indican que la isoforma DeltaNp73, además de las propiedades antiapoptósicas descritas, podría tener un papel en el cáncer, si bien esto está todavía en estudio.
