El Aula Magna del campus de Guajara de la Universidad de La Laguna acogió hoy lunes 24 de enero las I Jornadas Canarias sobre Evaluación del Desempeño en la Función Pública, una iniciativa que ha contado con un total de 600 inscritos y que está destinada a informar sobre cómo se medirá el trabajo de los empleados públicos de esta comunidad autónoma.
Organizadas por la Consejería de Presidencia, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias y el Departamento de Psicología Cognitiva, Social y Organizacional de la Universidad de La Laguna, en esta jornada se conocerá el protocolo de evaluación ideado por profesores de las dos universidades canarias, es decir, la herramienta a través de la cual se estudiará el desempeño de los funcionarios que, según el Estatuto Básico del Empleado Público, ha de basarse en los principios de transparencia, objetividad, imparcialidad y no discriminación.
En la inauguración de esta actividad, el consejero de Presidencia, Justicia y Seguridad, José Miguel Ruano, explicó que el Gobierno de Canarias abordó el cumplimiento del Estatuto mediante la rúbrica de un convenio a comienzos de 2009 con las dos universidades canarias para encomendarles la tarea de desarrollar el protocolo de evaluación, que fue desarrollado por profesores de los departamentos de Psicología Cognitiva, Social y Organizacional de la ULL y de Economía Aplicada de la ULPGC.
El consejero añadió además que esta evaluación mide la conducta profesional y el rendimiento o el logro de resultados, y que el propio Estatuto reconoce además dos elementos con una fuerte carga innovadora que identifican sus señas de identidad: la carrera horizontal y la evaluación del desempeño. En su opinión, “la evaluación debe convertirse en una actividad asumida por la organización administrativa que ha de definir los objetivos y estrategias”.
De hecho, Ruano puso énfasis en que la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) no puede seguir siendo un mero catálogo del conjunto de puestos de trabajo, sino que debe completarse con las funciones, competencias y destrezas que se le piden al empleado, además de la formación asociada al puesto, entre otros elementos.
El consejero abundó también en que la novedad del trabajo desempeñado por los profesores de la ULL y de la ULPGC radica en la aplicación de la metodología científica al desarrollo del protocolo de evaluación, “de tal forma que se convierta en un instrumento de trabajo válido y fiable”. Es destacable, indicó, la plena colaboración de las dos universidades en la elaboración de esta herramienta, que ya ha sido desarrollada y aplicada en la Viceconsejería de Turismo de manera experimental.
Finalizó su intervención con la pretensión de que las ponencias, que se desarrollarán durante todo el día de hoy en el campus universitario de Guajara, “contribuirán a generar confianza a los empleados públicos en la aplicación de unos sistemas objetivos, cuyo último fin ha de ser la mejora de la organización y de la prestación de los servicios a los ciudadanos”.
Cultura de la evaluación
Por su parte, el rector de la Universidad de La Laguna, Eduardo Doménech, dijo que ésta es la primera ocasión en que Gobierno y Universidad ponen en marcha unas jornadas para comunicar cómo es el protocolo, qué se evaluará y cómo, al tiempo que se conocerá la experiencia de otras comunidades como el País Vasco o el Principado de Asturias.
En el ámbito universitario, “en el que constantemente estamos siendo evaluados, tanto por nuestros alumnos como por agentes externos a la hora de concurrir a proyectos en convocatorias competitivas, hemos constatado que la cultura de la evaluación es enormemente positiva, por varios motivos”.
El primero es el simple y llano análisis de saber dónde estamos, señaló el rector. “La evaluación nos permite conocer nuestro punto de partida, el lugar en el que nos encontramos. Esto, que parece una obviedad, no lo es tanto, en cuanto que en pocas ocasiones tenemos tiempo para reflexionar cómo hacemos nuestro trabajo, en qué condiciones, cuáles son nuestros cometidos y si estamos cumpliendo con ellos”.
Doménech añadió que el segundo motivo es que la evaluación nos indica el camino de la mejora, al ponernos en relación con nuestro entorno y el contexto profesional en el que nos encontramos insertos. “Y, además, nos hace conocedores de los pasos que han de darse para conseguir la excelencia”.
En definitiva, explicó el rector, todo proceso de evaluación constituye un enorme reto, personal, profesional e institucional. “Nos enfrenta a nuestra situación y nos marca pasos hacia la mejora, que es el objetivo final. Así que no hay que tener ningún pudor frente a este tipo de procesos, que resultan siempre muy enriquecedores”.
Tanto el consejero como el rector agradecieron el trabajo desarrollado por el profesor titular Luis Díaz Vilela, del Departamento de Psicología Cognitiva, Social y Organizacional de la institución docente, coordinador de este proyecto. Doménech apuntó también el hecho de que el Gobierno de Canarias le haya solicitado a las dos universidades de la comunidad autónoma que sean motores del cambio y les haya pedido a través de un equipo multidisciplinar el desarrollo de una herramienta “que servirá, a todas luces, para mejorar la prestación del servicio público a la que estamos todos obligados”.
