De la cocina a los libros

Cambios en la dieta a lo largo de un cuarto de siglo

Jesús de las Heras Roger,
Beatriz Rodríguez Galdón,
Elena M. Rodríguez-Rodríguez 

El consumo de alimentos en los hogares de Canarias ha experimentado cambios notables en las últimas dos décadas, reflejando transformaciones en los hábitos de alimentación y la influencia de factores socioeconómicos. Analizando los datos disponibles en los paneles de consumo alimentario en hogares canarios se pueden identificar algunas tendencias clave que marcan la evolución de la dieta.

Variación en el consumo de alimentos proteicos de origen animal

Uno de los cambios más notables ha sido el aumento en el consumo de carnes y huevos, lo que indica una preferencia por fuentes de proteína animal accesibles y versátiles en la alimentación diaria aunque plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de estos patrones y el impacto de un elevado consumo de carne en la salud pública.

A diferencia de las carnes y los huevos, el consumo de leche ha disminuido drásticamente (casi un 60%). Esta tendencia puede explicarse por factores como el auge de las bebidas vegetales alternativas (soja, almendra, avena), la creciente preocupación por la intolerancia a la lactosa y un cambio en las preferencias de los consumidores hacia productos percibidos como más saludables. Otra tendencia relevante es la reducción en el consumo de pescados y mariscos, que ha disminuido en torno a un 10%. Esta bajada es preocupante, ya que el pescado es una fuente fundamental de ácidos grasos omega 3 y otros nutrientes clave. La disminución puede deberse al aumento de precios y a la percepción de que el pescado es más perecedero que otros alimentos.

 

Variación en el consumo de cereales y legumbres y de sus derivados

El consumo de alimentos como arroz y legumbres sigue siendo muy bajo en los hogares canarios, lo que indica un desplazamiento hacia otros productos menos nutritivos como los ultraprocesados de bollería, galletas y cereales de desayuno, que superan ampliamente el consumo recomendado en detrimento de otros alimentos básicos. El consumo de pan ha disminuido significativamente también en este período, aunque se encuentra próximo a las cantidades recomendadas. Sin embargo, se destaca la importancia de fomentar la ingesta de pan integral en lugar del pan blanco, ya que el primero aporta mayor cantidad de fibra y otros nutrientes beneficiosos.

 

Variación en el consumo de frutas y verduras

El consumo de papas ha sufrido una disminución drástica, reduciéndose a la mitad. Dado que la papa es un alimento tradicional en la dieta canaria y una fuente accesible de carbohidratos de calidad, esta reducción puede responder a cambios en los patrones alimentarios hacia otros tipos de carbohidratos no necesariamente más saludables. El consumo de frutos secos, frutas y hortalizas frescas ha aumentado, lo cual es un cambio positivo desde el punto de vista nutricional, no obstante, aún hay margen de mejora en la ingesta de estos productos esenciales para una alimentación equilibrada. Actualmente, las recomendaciones nutricionales en Canarias enfatizan la importancia de comer más a menudo hortalizas frescas. Este grupo de alimentos es clave para la prevención de enfermedades crónicas y la mejora de la calidad de la dieta.

 

Variación en el consumo de bebidas

Los datos analizados muestran una notable reducción en el consumo de zumos y néctares, lo cual es muy positivo desde el punto de vista nutricional. Muchos de estos productos contienen altos niveles de azúcares y carecen del contenido en fibra de las frutas enteras, por lo que su disminución en la dieta es un cambio favorable. La tendencia en el consumo de bebidas alcohólicas muestra que la cerveza ha aumentado en mayor medida que el vino. Este cambio podría estar influenciado por factores culturales, de precio y de disponibilidad. El consumo de bebidas refrescantes sigue siendo demasiado alto, lo que representa un problema de salud cuando estas bebidas son azucaradas.

 

Variación en el consumo de otros productos alimenticios

El consumo de aceite de oliva en los hogares ha disminuido de forma muy significativa, situándose en apenas 6 litros por persona y año, casi la mitad de lo recomendado, lo que puede estar vinculado a una mayor presencia de aceites alternativos para la elaboración de los platos. Uno de los cambios más positivos en la dieta canaria ha sido la reducción en el consumo de azúcar, aspecto muy beneficioso para la salud, ya que está asociado a una mejor calidad de vida. El consumo de chocolates y cacao se ha mantenido estable en el tiempo, mientras que el de café e infusiones ha disminuido. Aunque no hay una clara recomendación sobre estos productos, es interesante observar cómo han cambiado las preferencias de los consumidores. El consumo de salsas ha aumentado ligeramente, aunque las recomendaciones apuntan a que su ingesta debería mantenerse al mínimo ya que suelen contener elevados niveles de grasas y, en algunos casos, también de azúcares y sal. La preferencia por los platos preparados ha aumentado significativamente.

 

Reflexión final

Los datos analizados evidencian que la dieta en Canarias está en constante transformación, influenciada por factores como la globalización, las nuevas tendencias nutricionales y los cambios en la accesibilidad de los alimentos. La reducción del consumo de productos tradicionalmente esenciales, como leche, pescado y papas, plantea desafíos en términos de educación nutricional y de acceso a una alimentación equilibrada. Por otro lado, el aumento del consumo de carnes, huevos, cerveza y platos preparados indica un cambio en los hábitos de la población canaria, que merece ser estudiado en profundidad para comprender sus implicaciones a largo plazo.