La familia Lercaro representa a la más alta élite social de Canarias en el siglo XVI. Inscritos en el Libro de Oro de la República de Génova, se instalan en La Laguna y en La Orotava como consecuencia de su actividad comercial por el Atlántico. Su poder económico y social se vio fortalecido por la política de alianzas matrimoniales, que los vinculó a las principales casas de nobleza isleña.

La familia Lercaro procede del noble Rubaldo Lercaro, dux de Génova. La familia Justiniani proviene también de Génova, donde sus descendientes fueron dux de Génova, príncipes de la Iglesia, dux de Venecia, etc. Se enriquecieron con mayorazgos y establecieron fructuosos vínculos con gran número de casas de nobles, como los marqueses de Adeje, los marqueses de la Quinta Roja, Westerling, Ascanio, etc. Ambas familias, Lercaro y Justiniani se establecen en Canarias desde el primer siglo de la conquista y se unen en 1593.

Extinguidas las diversas ramas italianas, la de Canarias queda en posesión de los feudos, mayorazgos que constituían su patrimonio en Génova, Turín, Palermo y Viena, por lo que forma parte de la élite social, política y económica de las islas durante varios siglos.

El archivo familiar de los Lercaro-Justiniani fue adquirido en 1976 mediante compra que realizó el entonces Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de La Laguna. Posteriormente, fue trasladado al Fondo Antiguo del centro académico. Se trata de una documentación de gran relevancia para los estudios históricos y genealógicos de Canarias, con protocolos notariales, correspondencia y libros de cuentas. La documentación está en castellano, aunque contiene textos en italiano y en latín. En su mayoría son textos manuscritos, pero también hay impresos. Se ha digitalizado un total de 1.222 documentos.

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El archivo de Dacio V. Darias Padrón es de gran relevancia e interés para los estudios históricos y genealógicos de Canarias y, de forma particular, para los de las islas de El Hierro y La Gomera de los siglos XVII y XIX. Darias Padrón nació en El Hierro en 1880. Realizó estudios de Magisterio y de Intendencia Mercantil. Fue maestro elemental y superior de primera enseñanza, profesor del Seminario Diocesano de La Laguna y capitán de infantería, y es recordado como cronista oficial de El Hierro y de Valverde, pero, además, fue director del periódico Gaceta de Tenerife y subdelegado de enseñanza de El Hierro desde 1936.

El archivo digitalizado está formado por diferentes legajos que abarcan minutas de matrimonios celebrados en El Hierro [1625-1865], minutas de testamentos y cartas dotales del antiguo archivo notarial de El Hierro [1553-1844], el primer cuaderno de matrimonios de esa isla, tomados de los libros parroquiales [1625-1865], el primer cuaderno de testamentos y otros documentos [1554-1820] y un repertorio de asuntos históricos genealógicos y nobiliarios.

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Francisco Pedro Montes de Oca y García (1877-1964) nació en el Puerto de la Cruz. Fue cronista oficial de esa ciudad, archivero y bibliotecario municipal. De hecho, su archivo muy relevante, de forma particular, para el estudio de la historia y estudios genealógicos del Puerto de la Cruz y el norte de Tenerife.

En 1910, tomó a su cargo la tarea de emprender la organización del archivo municipal del Puerto de la Cruz, ordenando minuciosamente los deteriorados documentos. El fondo se compone de 1.149 documentos que se sitúan cronológicamente entre 1501 y 1943 (fechas más representadas 1750-1900). Se ha digitalizado en esta ocasión un total de 257 documentos.

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Rosendo García-Ramos y Bretillard (1835-1913) fue un científico, arqueólogo y genealogista que nació en Santa Cruz de Tenerife, ciudad de la que fue alcalde entre 1883 y 1884. Fue corresponsal titular del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, y socio de número del Gabinete Científico de Tenerife del que fue un miembro destacado y también su director en 1881.

Colaboró activamente en los principales periódicos y revistas del archipiélago, como en la Revista de Canarias (1878-1882); y en sus últimos tiempos en el popular diario La Prensa de Tenerife. El fondo digitalizado está formado por manuscritos, fundamentalmente de apuntes genealógicos y correspondencia correspondientes al siglo XIX. Es el más pequeño de los archivo. Se ha subido a Maresía un total de 204 digitalizaciones.

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