Boletín de Innovación

Tú alumno, yo profesor

Docentes de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de la ULL impulsan una metodología basada en la docencia colaborativa, que permite al alumnado obtener más responsabilidades sobre su propio aprendizaje. 

Información general 

Si como personal docente te ofrecieran la oportunidad de ser alumno por un día, ¿lo harías? ¿Y si el alumnado se convirtiera en profesor durante unas horas? Así es como se aplica el  llamado ‘aprendizaje colaborativo’ o ‘docencia colaborativa’. 

Las profesoras Sara González y María Peña, decidieron impulsar este proyecto de innovación, con el objetivo principal de conseguir incrementar la adquisición de competencias, la motivación y el interés del alumnado por las prácticas de la asignatura de Electrotecnia y Electrónica, incorporando a sus técnicas de enseñanza una metodología diferente. 

Este proyecto comenzó a aplicarse en estas asignaturas pertenecientes al Grado en Tecnologías Marinas, Grado en Náutica y Transporte Marítimo y Grado en Ingeniería Radioelectrónica Naval de la Universidad de La Laguna. 

¿Cómo funciona?

La docencia colaborativa consiste en involucrar al alumnado en la docencia, cambiando el rol para cederles, durante unas horas, el papel de profesores. De esta manera, el resto de sus compañeros recibe los conocimientos de ambas asignaturas por parte de un igual. 

En total se realizaron ocho prácticas de laboratorio, donde las dos primeras fueron impartidas de forma tradicional, y el resto de las sesiones, estuvieron a cargo de diferentes parejas estudiantes-tutores voluntarios. 

Para atraer al alumnado y hacerlo más participativo, Sara González decidió acordar con los estudiantes algunos cambios. Para aquellas personas comprometidas a realizar una práctica como tutores, se les sustituyó la entrega del informe final de esta, por la realización de un guión de la práctica que se debía entregar el día antes de su desarrollo. 

Para ese guión, el alumnado dispuso de libertad para seguir el orden que consideran adecuado, pero partiendo de una metodología que asegurara el aprendizaje de los conocimientos y habilidades por parte de sus compañeros. 

Previamente a la sesión, el alumnado debía reunirse con la profesora, en una tutoría personalizada de laboratorio, para realizar el montaje y la toma de datos de la práctica asignada. 

Aparatos de laboratorio, entre ellos, una protoboard, un osciloscopio y un multímetro

Por la experiencia registrada y los beneficios obtenidos en las prácticas, esta docente recomienda que, en la medida de lo posible, todo el grupo de estudiantes disfrute de este cambio de rol al menos una vez.  

En su caso, los grupo de prácticas contaron con 2 o 3 tutores, en un grupo de aproximadamente 16 personas. Según las palabras de Sara González “este método se puede utilizar para grupos grandes sin ningún problema. Tener un tutor por cada 10 alumnos de prácticas me parece suficiente para que el resultado sea positivo”.

El resultado indica que la incorporación de esta innovación metodológica en los tres grados (probado también en Ingeniería Industrial con resultados positivos), mejora tanto la motivación como el rendimiento de alumnos y alumnas, independientemente del tipo de titulación evaluada. 

En cuanto a la docencia, la aplicación de este método puede requerir de un leve incremento de trabajo por parte del profesorado. Esto se debe a que los docentes tienen que realizar de forma previa la práctica con los estudiantes-tutores para garantizar que estos también aprendan los contenidos y sepan trasladarlos a sus compañeros. 

La ventaja reside en que, si existen varias personas voluntarias para este cambio de actores, se pueden agrupar para que todas acudan a una misma tutoría y, de esta forma, suavizar la carga de trabajo del equipo docente. 

En general, la experiencia es sumamente positiva, pudiendo mejorarse aún más con la introducción de cuestionarios anónimos, al principio, mitad y final de las prácticas. De esta forma, el profesorado podrá evaluar si la metodología aplicada está siendo satisfactoria para el alumnado, conocer la manera en la que se trabaja en cada grupo y los aspectos que se podrían mejorar.

La experiencia vivida desde el otro lado

Heber Ferreira Insua, alumno del Grado en Ingeniería Radioelectrónica Naval y voluntario para tutorizar una de las prácticas, confirma que esta experiencia le ha ayudado en distintos aspectos de la asignatura. Comenta, además, que este método, a diferencia del tradicional, le ha facilitado el aprendizaje de conocimientos y herramientas. 

Por otro lado, esta metodología le ha permitido ponerse en la piel de los docentes: “Sentir y ver una clase desde otro punto de vista me ha hecho replantearme la labor tan importante que tienen nuestros profesores”, comenta. 

“Este sistema me parece ideal para el aprendizaje del alumnado, ya que nos enseña a ser proactivos, a investigar y a saber transmitirlo, y creo que les va muy bien a las asignaturas técnicas como son las ingenierías”, añade el alumno.

Beneficios 

Este proyecto innovador, aplicado en este caso en el laboratorio, tiene múltiples beneficios. Por un lado, se ha observado una mejora significativa de la motivación en los estudiantes que realizan la labor de tutor por un día, y en aquellos estudiantes que habitualmente se encuentran menos motivados. 

El interés por las asignaturas se ha incrementado tanto en la práctica concreta que tienen que realizar, como en la totalidad de la asignatura. Asimismo, se ha conseguido aumentar su sensación de utilidad, el empoderamiento personal y en algunos casos, se ha obtenido un mayor respeto por la labor docente, no solo en aquellos que realizan la labor de tutor, sino también en los que son orientados y ayudados por sus compañeros. 

Otro beneficio, esta vez de cara al profesorado, se basa en que durante las prácticas el trabajo se ve notablemente reducido, ya que se cuenta con el apoyo del alumnado que conoce a la perfección el contenido de la práctica y que pueden ser ellos mismos los encargados de atender las dudas del resto de sus compañeros.

Sara González Pérez es profesora  del Departamento de Ingeniería Industrial de la ULL. 

Es licenciada en Física Aplicada y ha participado en varios proyectos nacionales como investigadora. Asimismo, participa continuamente en actividades de divulgación científica.

María Peña Fabiani Bendicho es profesora del Departamento de Ingeniería Industrial de la ULL. 

Tiene experiencia en la implementación de nuevas tecnologías en estudios de Ingeniería e investigación en el campo de la innovación docente. Ha participado en numerosos proyectos internacionales y nacionales