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La enfermedad detrás de la mariposa: el Síndrome del X Frágil

8 de mayo de 2025

 

Se estima que existen entre 5.000 y 7.000 enfermedades raras, aquellas cuya prevalencia es inferior a 5 casos por cada 10.000 personas, según los criterios de la Unión Europea. Debido a su baja frecuencia, son enfermedades de las que se conoce poco y para las que, en muchas ocasiones, no existe tratamiento.

Una de estas enfermedades es el síndrome del X frágil, también conocido como el síndrome de Martin-Bell, la principal causa hereditaria de déficit cognitivo y desorden del espectro autista. Su nombre se debe a que está causada por una mutación en el cromosoma X que le confiere apariencia física de fragilidad en uno de sus extremos. Se estima que su prevalencia en la población es de 1 por cada 5.000 hombres y de 1 de cada 6.000 mujeres. Además, 1 de cada 1.200 hombres y 1 de cada 400 mujeres no presentarán síntomas, pero serán portadores de la enfermedad. La diferencia entre hombres y mujeres se debe al hecho de estar ligado al cromosoma X. Al presentar las mujeres dos copias de este cromosoma (XX), una copia mutada puede ser compensada por la otra, no pudiendo darse este caso en los hombres (XY). Este hecho también tiene relación con la gravedad de los síntomas; es decir, los hombres con síndrome de X frágil tienden a experimentar síntomas más graves que las mujeres.

La mutación que causa el X frágil se encuentra en el gen FMR1; consiste en el aumento del número de copias de 3 “letras” de nuestro genoma, CGG (Citosina-Guanina-Guanina). La población sana presenta hasta 50 copias de este triplete CGG, de 51 a 200 repeticiones se considera un estado de premutación, y cuando un paciente en su genoma porta más de 200 repeticiones CGG es diagnosticado de X frágil. Poseer 200 copias o más reprime la expresión de ese gen, impidiendo que se produzca la proteína correspondiente, denominada FMRP.

FMRP es una proteína que participa en la expresión de otras proteínas, especialmente de aquellas implicadas en la comunicación neuronal. Su papel es importante también en el desarrollo de las neuronas y su plasticidad y por tanto, en el aprendizaje y la memoria. Si no hay FMRP, tampoco estarán presentes estas proteínas, y el entramado neuronal del niño o niña no se desarrollará de forma adecuada. Por ese motivo, los síntomas están presentes desde que se nace y se van haciendo más evidentes a medida que crece.

Estos síntomas, sin embargo, son diversos debido a variaciones en el tamaño de la mutación y a su grado de manifestación, y se pueden agrupar en cuatro categorías. Disfunción cognitiva con retraso del lenguaje, déficits de aprendizaje e intelectual. Problemas sociales y de comportamiento con ansiedad, hiperactividad, déficit de atención, comportamientos repetitivos, desorden del espectro autista. Déficits  neurológicos con manifestación de convulsiones, patrones  anormales  de  sueño  e hipersensibilidad a estímulos sensoriales como la luz, el sonido y el tacto. Y por último, anomalías fisionómicas con orejas grandes, cara estrecha y alargada, frente y mentón prominente. Otras características físicas reseñables son macroorquidismo, prolapso de la válvula mitral, pies planos, articulaciones hiperextensibles y estrabismo.

El diagnóstico del síndrome de X frágil es fundamental para poder brindar a estos niños la ayuda que necesiten en función de los síntomas que presenten. Así, el Servicio Canario de Salud cuenta con Unidades de Atención Temprana, constituidas por diferentes profesionales, como terapeutas, logopedas y psicólogos, entre otros, con los que asegurar el mejor desarrollo e inclusión posible para estos niños y niñas. No obstante, el diagnóstico es fundamental para el acceso a estas unidades y aún plantea desafíos significativos. La técnica por excelencia para su detección, denominada Southern blot, presenta limitaciones, como la necesidad de una cantidad considerable de material genético (muestra del paciente con suficiente ADN), la exigencia de personal altamente capacitado y la prolongada duración del procedimiento, por lo que no se lleva a cabo en todos los hospitales.

En el Instituto de Tecnologías Biomédicas, Teresa Giráldez lidera un grupo de investigación que estudia las bases moleculares de las canalopatías humanas, relacionadas con enfermedades del sistema nervioso. Uno de esos modelos de enfermedades es el síndrome del X frágil. Dentro de este grupo de investigación, los autores lideran un proyecto financiado por la Fundación DISA que busca desarrollar un nuevo método para el diagnóstico del síndrome del X frágil. El objetivo que se persigue es desarrollar una técnica precisa, pero sencilla, que pueda aplicarse de forma rutinaria a todos los recién nacidos, de la misma forma que se hace con la prueba del talón, detectando enfermedades como la fenilcetonuria o la fibrosis quística, entre otras.

En definitiva, este proyecto busca dirigir los avances realizados en ciencia básica hacia una perspectiva más aplicada, enfocada al diagnóstico de la enfermedad que, aunque denominada “rara” por su frecuencia, no deja de ser de extrema importancia para las familias y personas que la padecen.

Los pacientes con el síndrome del X frágil son frágiles, hiperactivos y tienen muchas ganas de vivir y aletear como las mariposas, cuya forma además recuerda una X, por lo que es el símbolo que han elegido las asociaciones de pacientes para representar este síndrome en España y América Latina.

Autores: Belinda Rivero Pérez y David Bartolomé Martín


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas: Número 18 Artículo, Hipótesis, Universidad de La Laguna

https://doi.org/10.25145/j.revhip.18.11

ISSN 3045-7017

Doctora por la Universidad de La Laguna con la tesis Caracterización de aislados de staphylococcus aureus resistentes a meticilina adquiridos en la comunidad en la isla de tenerife 2012. Dirigida por Dr/a. Sebastián Méndez Álvarez.

Doctor por la Universidad Complutense de Madrid con la tesis Estudio de los genes implicados en la degradación del ácido fenilacético en pseudomonas sp. Y2 2006. Dirigida por Dr/a. Julian Perera.