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En el jardín de Ockham

El resurgir nostálgico de las Alertas OVNI

28 de julio de 2025 – 00:00 GMT+0000
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Parece que, como en los remakes de Hollywood, directamente desde la década de los ochenta, las alertas OVNI están de vuelta. En un momento donde el fenómeno ufológico parece haber perdido su brillo mediático, donde los grandes medios solo se hacen eco de ellos para desmitificar avistamientos, estas quedadas regresan para deleite de los más nostálgicos del misterio.

Pero, ¿qué es exactamente una alerta OVNI? Básicamente, es una reunión de personas —amigos, desconocidos, entusiastas— con el propósito común de observar posibles naves extraterrestres. Estas quedadas pueden ser locales, con gente congregada en un punto específico, o extenderse a través de programas de radio o radioaficionados, cubriendo áreas mucho más amplias, incluso países enteros. La dinámica es sencilla: mirar el cielo y reportar cualquier luz o fenómeno extraño que se observe en el firmamento. Mirar el cielo es siempre una buena actividad, aunque sea para buscar «hombrecitos verdes».

Sin embargo, esta actividad, aparentemente inofensiva, acarrea algunos problemas inherentes. En primer lugar, está el sesgo del observador. Los participantes en estas alertas anhelan ver algo; y, como bien sabemos, cuando alguien desea fervientemente ver algo, a menudo termina observándolo. El segundo problema surge al concentrar a un gran número de personas observando el cielo: los testimonios de observaciones inusuales se multiplican. Esto no se debe a que la noche sea «especial», como suelen sugerir los amantes del misterio, sino simplemente al incremento del número de observadores, la mayoría de ellos sin experiencia previa en discernir fenómenos astronómicos o atmosféricos de otros. Es decir, ¿qué crees que ocurre cuando pones a muchas personas a escudriñar el cielo con la ferviente esperanza de ver objetos misteriosos? pues que ven de todo.

A esta autora le parece que el resurgimiento de estas alertas llega para inyectar un soplo de aire fresco a los investigadores del misterio. Después de años de constatar que la mayoría de esos objetos son todo menos extraterrestres, parece que ha surgido una ola de nostalgia. Recordamos iniciativas similares organizadas por programas míticos como «Espacio en Blanco», «La Rosa de los Vientos» o «Milenio 3». Todas estas convocatorias terminaron de forma similar: miles de testimonios de luces que iban de un lado a otro, pero ninguna certeza concreta sobre el fenómeno ufológico.

«Espacio en Blanco» y la noche del Teide: Un hito y una lección

En junio de 1989, un evento sin precedentes transformó las cumbres del Teide en Tenerife en el epicentro de la ufología y, para algunos, de un auténtico disparate colectivo. Bajo la dirección de Miguel Blanco, el programa de Radio Nacional de España «Espacio en Blanco» logró la impresionante gesta de congregar a más de 40.000 personas en el Parque Nacional de las Cañadas del Teide para una alerta OVNI masiva.

«Espacio en Blanco», ya un referente de la información del misterio en España, se atrevió a lanzar una invitación de proporciones colosales, quizás sin calcular del todo los riesgos. La propuesta era una experiencia inmersiva: invitar a los oyentes a compartir una noche bajo el manto estrellado del Teide, un lugar conocido por su excelente observación astronómica y, según algunos, por ser propicio para avistamientos inexplicables.

La convocatoria desbordó todas las previsiones. Miles de vehículos colapsaron los accesos al Parque Nacional. Familias enteras, grupos de amigos y curiosos de todas las edades llegaron equipados con mantas, termos de café, algún que otro trago espirituoso y, sobre todo, una enorme dosis de expectación y «novelería» (curiosidad local). Como era de esperar, no se observó nada fuera de lo común; ni rastro de los OVNIs que algún vidente había anunciado que se materializarían en las cumbres de la isla. Lo único que quedó de aquella atrevida convocatoria en el corazón de un parque nacional fueron basura y plantas pisoteadas. Una experiencia que, a pesar de los intentos, afortunadamente no se ha vuelto a repetir con tal magnitud.

Como siempre recuerdo cuando hablo de estos temas, a mayor número de cámaras en el mundo menos número de casos extraños. ¿Dónde están aquellas míticas fotografías de platillos volantes? ¿Dónde están esos hombrecitos verdes que se paseaban por los campos de España? Ahora, que gracias a la tecnología podemos captar fenómenos muy excepcionales, ahora que las cámaras apuntan en todas direcciones, ahora, justo ahora los misterios se han vuelto tímidos. 

Así que, si este verano desea observar el cielo, hágalo. Hágalo en paz, sin alertas ni expectativas impuestas. Simplemente disfrute de la inmensidad del firmamento.

AUTOR Guillermina O. JJMS


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas:  Universidad de La Lagun

Guillermina O.
Investigadora