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Astronómicamente hablando, agosto no es el mejor momento para observar el cielo. Un astrónomo de verdad prefiere las largas, estables y frías noches de invierno. Sin embargo, para aquellos que solo quieran disfrutar del espectáculo gratuito del cielo, el verano es el mejor momento. En esta época estival solemos estar de vacaciones -que no están sobrevaloradas- disponemos de más tiempo de ocio y, sobre todo, las temperaturas son más agradables. Recuerda que si nuestra observación no es confortable, estaremos pensando más en regresar a casa que en disfrutar del firmamento.
La alta montaña no siempre es la mejor opción para disfrutar del cielo nocturno. Cualquier lugar oscuro y tranquilo nos servirá. Antes de coger el coche y hacer 50 km mira si tu balcón o azotea reúne las condiciones adecuadas, quizás te sorprenda.
¿Qué ver en agosto?
Agosto llega con su espectáculo celeste anual, donde la Luna se convierte en protagonista indiscutible del firmamento nocturno. Desde el inicio del mes, con una luna en cuarto creciente, hasta su imponente fase llena el 9 de agosto, podemos disfrutar de su evolución luminosa y su mágica influencia que tantos cuentos ha inspirado..
Pero agosto no solo nos brinda la majestuosidad lunar; también nos regala las Perseidas. ¿Es la mejor lluvia de estrellas del año? La respuesta es clara, no, pero sí la más famosa por producirse en una época donde muchas personas la pueden ver. La popular lluvia de estrellas alcanzará su pico máximo entre el 12 y 13 de agosto. Durante estos días la Tierra atravesará la nube de polvo que dejó atrás el paso del cometa 109P/Swift-Tuttle durante su último paso en 1992. Hasta el 2126 no volverá a pasar, y por lo tanto no tendremos recarga de material nuevo, parece que cada año la lluvia irá a menos. Además este año la luz de la luna llena podría dificultar la visibilidad de algunos meteoros, los observadores interesados podrán disfrutar del espectáculo en noches posteriores, aprovechando las primeras horas de oscuridad para contemplar hasta 100 meteoros por hora en condiciones ideales.
Además, los planetas danzan en el cielo con conjunciones que no debemos perdernos: desde la alineación de seis planetas antes del amanecer el 10 de agosto, hasta la cercanía entre Venus y Júpiter el 12 de agosto, ofreciendo un espectáculo único.
Y como broche final, el 21 de agosto, la Luna se acerca a Mercurio cerca del cúmulo del Pesebre y la estrella Pollux, ofreciendo un espectáculo fotográfico excepcional para aquellos que deseen capturar la magia del cosmos.
Así que este agosto, no olvides mirar hacia arriba y dejarte maravillar por el universo que nos rodea, donde cada noche revela un nuevo capítulo de belleza y misterio.
Autor: Juanjo Martín
Archivado en: Revista HipótesisEtiquetas: Número 18 Artículo, Hipótesis, Universidad de La Laguna
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