Skip to main content

  La marca de un viaje

Mención especial: mejor investigación

5 de julio de 2025

 

Desde finales de 2019, Canarias enfrenta una crisis humanitaria vinculada a la migración. Miles de personas, principalmente de países africanos, arriesgan sus vidas para alcanzar el archipiélago, dada su cercanía a la costa africana, lo que lo convierte en un punto clave en las rutas migratorias.  Está situación exige una respuesta firme para garantizar los derechos de los migrantes en situación de extrema vulnerabilidad. Cinco años después, la crisis migratoria sigue en auge. En 2024 llegaron más de 46.000 personas, de las cuales más de 24.000 lo hicieron a El Hierro. Solo en el primer trimestre de 2025, han llegado al archipiélago más de 9.000, más de la mitad a esta isla. 

La ruta canaria se ha convertido en uno de los principales accesos para migrantes africanos tras el cierre de otras vías. La mayoría proceden de Marruecos, Senegal, Malí o Gambia. Las embarcaciones parten desde el Sáhara Occidental, Mauritania, Senegal o Gambia, y la travesía, de varios días de navegación, suele desarrollarse en condiciones meteorológicas y marítimas adversas. 

Tras el récord de llegadas de 2023, El Hierro cuenta, por fin, con una estructura adaptada a los desembarcos: un hospital de campaña, baños, módulos para sentarse, o cámaras frigoríficas para cadáveres. Los inmigrantes ya no son atendidos en el suelo del muelle por los pocos voluntarios que acudían por su cuenta a la llamada de Cruz Roja. 

En 2023 también se montó un CATE (Centro de Atención Temporal a Extranjeros), un recinto policial al que ingresan adultos y unidades familiares, que pueden pasar hasta un máximo de 72 horas. Los menores no acompañados son llevados cuanto antes al centro de menores. Además, se cuenta con un “equipo de patera”, un equipo médico específico para atender a los que llegan. 

El viaje se realiza en condiciones de hacinamiento y sin chalecos salvavidas, exponiéndose al agua salada, al sol, al viento, a los cambios extremos de temperatura, y sin comida ni agua potable. Además, tener que orinar o defecar encima, la incomunicación, los conflictos dentro de la embarcación o las agresiones (incluidas las sexuales) hacen de este viaje una experiencia vital dantesca. 

Debido a estas condiciones surge el llamado “pie de patera”, una infección aguda de la piel que puede afectar a pies, piernas o manos y que se manifiesta en forma de dolor, impotencia funcional, edema y puede derivar en dolor moderado o intenso, lo que conlleva a un difícil control de medicación por vía oral, áreas de necrosis tisular o en un síndrome compartimental con afectación a los tejidos profundos. 

Además, el hacinamiento condiciona la inmovilidad durante el viaje, lo cual facilita el éxtasis venoso. La presencia de heridas en la piel y las deficientes condiciones de higiene favorecen la colonización y penetración de bacterias entre las que destacan algunas especies de cocos Gram positivos y algunas bacterias adaptadas a sobrevivir en presencia de gasolina y agua salada. 

Santiago Arteaga, enfermero del Servicio Canario de Salud y del “equipo patera” explica que “el pie de patera no es la afección más común, pero sí es la más frecuente dentro de las que más llaman la atención. Las personas migrantes suelen venir con lesiones más generales como foliculitis, síndrome vertiginoso, rabdomiolisis y lesiones en la piel”. 

Frente al aumento de llegadas y gracias al avance que ha dado la experiencia durante estos años se ha podido implantar un protocolo sanitario para la atención de migrantes, el cuál se divide en tres partes: 

  1. La atención en el mar: se trata de la localización, el rescate de embarcaciones con Salvamento Marítimo y/o Guardia Civil, y la comunicación sobre la situación de los náufragos a los equipos de emergencia
  2. Atención en pie de playa/muelle: se hace una valoración clínica y un triaje, se lleva a cabo la intervención humanitaria (higiene, abrigo, alimentación e hidratación) que corre a cargo de Cruz Roja, se hace la atención sanitaria de emergencia y si se necesita, derivación hospitalaria (según criterios de triaje del SCS).

El triaje consta de: 

  • Negro: fallecidos 
  • Rojos (prioridad inmediata): shock, distrés respiratorio, hipotermia severa, deshidratación severa… 
  • Amarillos (urgente): dificultad respiratoria, hipotermia, deshidratación moderada, vómitos persistentes, lesiones traumatológicas e infecciosas, embarazadas…
  • Verdes (demorable): dolores musculares, cefalea, mareos…
  1. Atención en el CATE: Tras el primer triaje a pie de playa, se hace una evaluación clínica completa en las primeras 12 horas por el personal del Equipo de Intervención de Migrantes, más conocido como “equipo patera”, salvo que se encuentren atendiendo a pie de playa a otra embarcación. Se hace una reevaluación, seguimiento y atención diaria según la demanda sanitaria de los migrantes. 

La evolución de la atención sanitaria a lo largo de estos cuatro años es sustancial. En un inicio solamente se contaba con el médico que se encontraba en el centro de salud del municipio de El Pinar y que se desplazaba cuando llegaba una patera dejando al descubierto la atención a la ciudadanía. A partir del mes de octubre de 2023, se implantó desde el Hospital Insular y el Servicio Canario de Salud, un dispositivo de patera que está constituido por un médico y un enfermero que atienden a pie de playa y en el CATE. Además, se ha instaurado una ambulancia sanitarizada en la que acude un Enfermero junto con un Técnico de Emergencias Sanitarias del Servicio Canario de Salud que también presta el servicio de triaje y evaluación del paciente in situ a pie de playa. “La atención ha evolucionado, no porque sea mejor, sino porque al tener más experiencia, la atención es más completa”, afirma Alexander Aguilar, médico del SCS y del “equipo patera”.

La crisis migratoria en Canarias, especialmente en la isla de El Hierro, pone de manifiesto una realidad compleja y profundamente humana. El archipiélago se ha consolidado como una de las principales puertas de entrada a Europa para miles de personas y estas travesías, marcadas por el riesgo, la precariedad y el sufrimiento, han dado lugar a situaciones de emergencia sanitaria a las que los servicios públicos y organizaciones humanitarias han tenido que adaptarse con rapidez y compromiso. Las afecciones como el “pie de patera” son solo una muestra de las duras condiciones físicas y emocionales que enfrentan estas personas. En el peor de los casos tenemos de ejemplo lo vivido el pasado 28 de mayo en el muelle de La Restinga, los accidentes pasan y los nervios pesan. El vuelco del cayuco dejó a una isla desolada con la muerte de 4 mujeres y 3 niñas menores de 13 años.

Autoras: Indira Carballo Padrón, Oriana García Gutiérrez, Lunimar José Silva Olivera. IES Garoé

 


Archivado en: Revista Hipótesis
Etiquetas: Artículo, Hipótesis, Universidad de La Laguna