La Facultad de Psicología acogió ayer jueves 23 de marzo un sentido homenaje al profesor Javier Corzo Varillas, fallecido repentinamente el pasado sábado 18 de marzo. Corzo debía participar ayer en el curso sobre Ciencia y Pesudociencias que anualmente organiza el Aula Cultural de Difusión de la Ciencia de la Universidad de La Laguna. Sus organizadores decidieron emitir la grabación de una entrevista realizada en Radio Campus en 2004, que versaba sobre el mismo tema que iba a exponer ahora a sus alumnos, los transgénicos.
Antes de dar paso a la grabación, intervino el rector, ángel M Gutiérrez, quien afirmó que las grandes instituciones no son las que tienen gran tamaño, sino las que saben reconocer y honrar el trabajo y la valía de sus miembros. «Hoy podemos decir que somos un poco más grandes», afirmó.
Definió al profesor de Bioquímica y Biología Molecular como «trabajador y honesto; persona cabal y justa», al tiempo que «fino polemista», ya que no rehuía los debates contra la irracionalidad y en pro de la difusión de un espíritu crítico.
El rector recordó cómo Corzo le ayudó a continuar en La Laguna la línea de investigación iniciada en Sevilla, y que la mitad de sus trabajos publicados llevaban también la firma de su amigo desaparecido. Destacó asimismo la «generosidad» con la que vivió su actividad universitaria, «robándole incluso a su familia más horas de la debidas», agregó. ángel M Gutiérrez relató que Javier Corzo murió uno de los días más felices de su vida: el día en que un doctorando leyó una tesis doctoral dirigida por él.
El profesor del mismo departamento y director de la Agencia Canaria de Evaluación de la Calidad y Acreditación Universitaria (ACECAU), Néstor Torres, dijo del homenajeado ser «un magnífico docente, en el aula y en el laboratorio, además de un dignísimo investigador». Recalcó su valentía al enfrentarse a prácticas científicas fuera de los estándares de la buena ciencia, lo que le valió «críticas y no pocas descalificaciones». Para Torres, el ejemplo de Corzo demuestra la importancia de la universidad y del servicio público que presta.
Por su parte, la decana de la Facultad de Biología, Pilar Badía, presente también en el acto, calificó al profesor fallecido como «una persona vital y de buen ánimo, que trataba en todo momento de echar una mano en lo que fuera necesario». La responsable del centro dijo de él ser un hombre coherente y defensor de sus principios. «Siempre se le recordará», aseveró.

