El II Congreso Internacional de Comunicación Social celebrado esta semana en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna acogió hoy, jueves 9 de diciembre una esa redonda moderada por Fermín Galindo, de la Universidad de Santiago, y Samuel Toledano, de la ULL, titulada “Liderazgo político y Comunicación” y en la que participaron ocho ponentes especializados en las campañas electorales y el uso de las nuevas tecnologías. Una de las conclusiones que han extraído es que la gestión de las nuevas herramientas de comunicación en las elecciones de 2012 será clave, aunque su uso por ahora no supone un aumento considerable en el número de votos.
Ramón Reig, investigador de la Universidad de Sevilla que ha analizado la victoria electoral de Rodríguez Zapatero en 2008, señaló que durante esa campaña los debates televisivos realizados “son una muestra de la victoria del marketing y de la derrota periodística, ya que los periodistas no intervinieron más que para controlar los tiempos de turno, algo que podría haber hecho cualquier otra persona”.
Reig además reflexiona sobre cómo una campaña cuyo objetivo es destruir al contrario no tienen tanta repercusión en voto, sino que por el contrario puede volverse en contra de quien la realiza. Para este investigador, una de las claves de la victoria de Rodríguez Zapatero fue “una campaña basada en anuncios emocionales, más que destructivos, además de todos los puntos sobre los que se basaba su programa electoral”.
Sobre esas elecciones también investigó María Arnal (Universidad Rey Juan Carlos), que explicó su trabajo “Liderazgo y nuevas tecnologías en las Elecciones Generales 2008”. Para la autora de esta ponencia, la campaña electoral de ese año supuso “un punto de inflexión, ya que las tecnologías que se utilizaron entonces siguen aún vigentes”.
Así como sucede en las elecciones en Inglaterra o en Estados Unidos, según indicó Arnal, “el PSOE basó su estrategia electoral en la potenciación de su candidato”. El moderador Samuel Toledano, cuyo trabajo está relacionado con la política en el país anglosajón, incidió en que “la tendencia es fomentar una idea presidencialista”.
Arnal explica que en la web “Mirada positiva”, creada por los socialistas para potenciar a Rodríguez Zapatero, facilitaba el conocimiento del programa electoral del partido a través de la creación de una cuenta personal por parte del usuario “Esto permitía que a cada persona se le mostrara los puntos del programa electoral que más se ajustaba a su perfil”. Según señala esta investigadora, “puede que para las próximas elecciones se potencien los ‘cibervoluntarios’ para que trabajen en las campañas”.
Pero las nuevas tecnologías en los comicios no sólo están relacionadas con formaciones políticas, sino también con instituciones. Es el caso de las pasadas elecciones a rector de la Universidad de Vigo. Ana Belén Fernández, investigadora de dicha institución académica, analiza en su trabajo cómo los candidatos a rector se esforzaron por llegar al alumnado a través de las redes sociales.
“La clave de la victoria de Salustino Mato se debió sobre todo a la creación de una web no institucional de apoyo a este candidato creada por alumnos, donde aparecían vídeos virales con tono irónico que tuvo repercusión incluso en televisiones nacionales” explica Fernández.
El otro candidato también hizo uso de Internet, menos conocido por los alumnos que Salustino Mato, inició su campaña un año antes con la creación de una web donde, además de explicar su programa, convocó concursos de videocreación. Fernández señala que “el incremento del voto en el sector del alumnado no aumentó mucho, pero se consiguió que los estudiantes conocieran a los candidatos y los comicios, que muchas veces no saben muy bien en qué consisten y ni cuándo son”.
Lo que aún no han logrado los políticos desde el punto de vista de los componentes de esta mesa de trabajo “es que el número de votos aumente y que ese aumento esté directamente relacionado con el uso de Internet, ya que, entre otras cosas, existen brechas culturales y sobre la utilización de nuevas tecnologías”.
Revistas científicas
Un día antes participó en este congreso el catedrático de la Universidad de Granada Evaristo Jiménez-Contreras, quien reivindicó la importancia de las revistas científicas, puesto que para él “son el eslabón esencial en el sistema de evaluación de la calidad investigadora”. El ponente consideró que “ya no se mira tanto el contenido de la investigación, sino dónde se ha publicado. De ahí la importancia de la revista”.
Existen dos modelos en la actualidad de bases de datos: los que se basan en la citación y los que se centran en los índices de usos. Éstos últimos se utilizan únicamente para las revistas digitales, donde se contabiliza el tiempo que el lector está en esa revista o cuántas descargas se hace sobre estudios.
La inclusión de este índice de uso ha provocado un debate, en el que Jiménez-Contreras se posiciona claramente a favor del índice basado en las citas. “Para que yo llegue a citar algo, ha habido un proceso de selección, porque me descargue artículos no significa que me los lea todos y de los que me lea llegue a citar alguno, por eso la cita tiene para mí más valor”, reflexionó. Sin embargo, el ponente no resta importancia a otras utilidades que tiene el índice de usos, puesto que puede servir para la gestión de una biblioteca.
En la actualidad se calcula el index-H o índice de autor, que “mide muy bien las carreras largas, es decir, de aquellas personas que llevan como mínimo diez años publicando, sin embargo para valorar una revista este índice no acabo de verlo, pero sí para valorar al autor”.
Según el ponente, que es miembro del grupo de investigación “Evaluación de la Ciencia y de la Comunicación Científica" de la Universidad de Granada, en España existe una contradicción en cuanto al factor de impacto: “A muchos no les gusta, pero España es el país que más lo utiliza, así encontramos en el primer puesto al CSIC y la tercera institución en el ranking mundial que lo utiliza es la Universidad de Valencia”.
El conferenciante señaló los puntos que debe tener una revista de calidad. “El proyecto debe ser claro, y el autor tiene que percibir que su trabajo va a ser valorado de forma seria, editado con pulcritud, ampliamente difundido y reconocido social y profesionalmente”. El lector, por su parte, quiere artículos originales, actuales, con calidades metodológicas, bien redactados y fáciles de leer.
Jiménez-Contreras aconsejó a los futuros y jóvenes investigadores que “elijan una buena línea de investigación, atractiva; aprendan a trabajar en equipo y publiquen en una buena revista y para saber cuál, para eso están los índices”.
