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Nuevo aire en la Universidad de La Laguna

viernes 07 de abril de 2017 - 12:05 GMT+0000

María del Mar del Pino Yanes es, con tan solo 32 años, la titular de uno de los cuatro nuevos contratos del programa Ramón y Cajal en la Universidad de La Laguna. Tras obtener su licenciatura en esta universidad y realizar su doctorado en el Hospital Nuestra Señora de Candelaria, realizó una estancia de dos años y medio en la Universidad de California, San Francisco, donde se ha especializado en genómica del asma y en el estudio de la relación de la ascendencia genética con el desarrollo de enfermedades. Allí trabajó con colegas formados en las mejores universidades del mundo. “En San Francisco me di cuenta de que mi formación no tiene nada que envidiar a la de ninguno de ellos”.

Vuelve a su universidad de origen con mucha ilusión, de la mano de este programa de excelencia en el que hay que acreditar una trayectoria investigadora muy competitiva. De hecho, cuenta que los solicitantes suelen presentarse en varias ocasiones hasta conseguir el contrato; en su caso se considera muy afortunada de haberlo conseguido a la primera.

María del Mar estudió Biología en la ULL, realizó su tesis doctoral sobre genética del asma en la unidad de investigación del Hospital Nuestra Señora de Candelaria, la defendió en esta universidad  y luego se trasladó a la Universidad de California, para seguir trabajando en la misma materia. Si bien en el hospital canario su investigación había centrado en analizar regiones concretas del genoma, en Estados Unidos amplió sus miras a toda la secuencia genómica. “La experiencia en Estados Unidos me sirvió para coger confianza en mí misma y darme cuenta de que la formación en una universidad canaria estaba al mismo nivel que la de mis colegas de Stanford o Harvard”, recuerda.

Solicitó una beca de la Fundación Canaria Doctor Manuel Morales, contactó con el grupo de investigación dedicado al asma, “que es muy puntero a nivel mundial”, asegura. Estando ya en el laboratorio estadounidense consiguió otra beca, en este caso de la Fundación Ramón Areces, para poder completar su periodo de postdoctorado. “Así que estuve financiada con fondos españoles todo el tiempo”, matiza la investigadora.

Red profesional a gran escala

Su estancia americana fue muy fructífera. “Publiqué dos artículos como primera autora y varios como coautora en las principales revistas del campo de la inmunología, alergia y ciencias multidisciplinares”. Pero lo más importante para ella fue que estableció colaboraciones con universidades de todo el mundo, ya que al trabajar con consorcios internacionales su red profesional se ha ampliado considerablemente.

“Al tener esos contactos puedo aprovecharlos aquí también y hacer ciencia a gran escala”. Ante la pregunta de por qué decidió volver, duda un poco, no sabe bien explicar por qué. “Aquí se vive bien. Un poco se lo debo a la gente que me formó aquí. Mi director de tesis, Carlos Flores, de la unidad de investigación de La Candelaria, fue muy importante para mí. Él también estuvo fuera, en la Universidad de Chicago y luego regresó. Gracias a ello pudo proporcionarme una excelente formación investigadora. En mi caso, toda la educación que he recibido se la debo a becas de estudio y de investigación españolas, así que si me hubiese quedado en el extranjero no podría devolver toda la inversión depositada en mí. Una vez que has estado fuera creo que es muy importante la vuelta, que compartas lo que has aprendido y contribuyas a seguir motivando a que la gente joven se interese por la ciencia y puedan formarse como científicos”.

Regresó en octubre de 2014, se incorporó en La Candelaria nuevamente y cuando le dieron el contrato del Ramón y Cajal se vino a la Universidad de La Laguna, en concreto al área de genética, con Mariano Hernández Ferrer y su equipo de investigadores.

“Voy a continuar con la genética del asma, y de hecho estoy participando en un proyecto europeo. Hasta ahora me había dedicado a estudiar si había factores genéticos que hiciesen que las personas fuesen más susceptibles a desarrollar asma. Ahora me centraré en ver si hay cambios en la secuencia del ADN que hagan que se responda de distinta manera a un tratamiento o a otro, en la idea de dirigir las terapias hacia grupos concretos de pacientes y de encontrar nuevas dianas terapéuticas”, explica María del Mar.

Se trata de un consorcio internacional en el que participa el Hospital Universitario Nuestra Señora de  Candelaria, junto con varias universidades del País Vasco,  Holanda, Eslovenia y Alemania. La parte de genómica del proyecto descansa en los investigadores de La Candelaria y La Laguna; mientras que el resto de componentes del consorcio se dedicarán a examinar la composición química del aire que exhalan los individuos asmáticos, la expresión de genes y la presencia de marcas en el genoma que difieran entre los pacientes que responden al tratamiento del asma con corticoides inhalados y los que no. Este proyecto tiene una duración de tres años, hasta mayo de 2019.

Además de este proyecto internacional, María del Mar está iniciando junto con Fabián Lorenzo Díaz un nuevo estudio sobre los factores de riesgo que predisponen a que los pacientes asmáticos sufran complicaciones de sus síntomas.

Este estudio, liderado por ambos investigadores del área de genética de la Universidad de La Laguna, está centrado en la población canaria y en él participarán los servicios de Alergia, Neumología y Microbiología del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, así como la Unidad de Investigación del mismo hospital.

“Estudiaremos tanto el genoma, como la composición microbiana de las vías aéreas y de la saliva de individuos que presentan asma grave y los compararemos con otros individuos en los que la enfermedad se manifiesta con síntomas más moderados. Combinando la experiencia que tenemos Fabián y yo en los campos de genómica bacteriana y genética humana, pretendemos encontrar marcadores que nos permitan conocer qué pacientes tienen un mayor riesgo a sufrir complicaciones del asma”.

“Me quiero establecer aquí, aunque estoy abierta a estancias en el extranjero, pero mi idea es crear mi grupo en esta universidad y formar gente”, concluye la investigadora.

 

 

 


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