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Aguilar apela a la transformación de la ULL y al valor de las personas en su toma de posesión como rectora

lunes 10 de junio de 2019 - 19:44 GMT+0000

La Universidad de La Laguna tiene desde hoy 10 de junio nueva rectora. La catedrática Rosa María Aguilar Chinea ha tomado posesión en un acto solemne celebrado en el Paraninfo de la institución académica y presidido por el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo. Ante la mirada atenta de políticos, militares y miembros de la sociedad civil, la nueva representante del centro académico recibió los atributos de mando de manos del rector saliente, Antonio Martinón, para luego dirigirse a la comunidad universitaria, apelando a la necesaria transformación de la Universidad de La Laguna y a la importancia de contar con la motivación de todos los sectores para perseguir el cambio.

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La nueva mandataria de la Universidad de La Laguna reclamó una institución “solvente y rebelde”, dado que en su opinión se necesita “un entorno de docencia, investigación y de gestión eficaz, participado y transparente”, al tiempo que resulta preciso “huir del conformismo y ambicionar la mejora y la innovación”. En los próximos años, esta institución debe afrontar numerosos retos para adaptarse a una sociedad nueva y cambiante, agregó. “El alumnado tiene que ocupar una posición central en el diseño de todos los objetivos y acciones; hemos de conseguir una gestión moderna y transparente, modélica en las formas y eficiente en sus resultados; y tanto el personal de administración y servicios como el docente e investigador tienen que sentir el respaldo de la institución”.

“Tenemos que adaptarnos a la nueva realidad de los estudiantes, dejar atrás un modelo de aprendizaje basado en la mera acumulación de conocimientos y fomentar instrumentos de enseñanza, aprendizaje y evaluación que aseguren el éxito del alumnado”. En su opinión, hay que esforzarse por conocer mejor a los alumnos, fomentar una escucha activa que recoja sus opiniones. “Solo conociendo lo que esperan de la universidad podremos ofrecerles lo que necesitan”.

Otro foco de atención destacado por la rectora en su discurso de toma de posesión fue la modernización de las titulaciones y la mejora de las infraestructuras. No obstante, precisó, esta mejora de la enseñanza no puede quedar desligada de las condiciones materiales en las que se desarrolla la actividad docente. “Varias de nuestras infraestructuras requieren renovaciones o arreglos para ajustarse a los mínimos indispensables”.

Es necesario un modelo de gestión moderno y transparente, “que convierta a nuestra universidad en un centro académico proactivo”, sostuvo. La implantación de este modelo requerirá un proceso de “reingeniería constante que encuentre a los problemas, viejos y nuevos, las soluciones adecuadas”.

La rectora enfatizó en este punto que no hay transformación posible sin la implicación de las personas, especialmente del personal de administración y servicios. “Nuestra institución tiene que comprometerse con ellos y tiene que hacerlos partícipes de nuestros objetivos estratégicos. Tenemos que desarrollar un plan integral de recursos humanos, y articular no solo la redefinición y modernización de la relación de puestos de trabajo, sino también unas perspectivas de promoción profesional estimulantes. Hemos que posibilitar su progreso personal reconociendo su experiencia, sus conocimientos y su compromiso con la institución”.

En cuanto al personal docente e investigador, Aguilar indicó que el exceso de burocracia dificulta sobremanera su trabajo, cuestión en la que también piensa trabajar. “La investigación exige nuestro firme respaldo. Nuestros investigadores e investigadoras no necesitan ‘control’, sino un apoyo claro y decidido. Esperamos del personal investigador, así como de nuestros institutos de investigación, el mayor de los esfuerzos”, apuntó.

Renovación de la plantilla y talento

El mayor reto en este ámbito es la renovación de la plantilla. “En los próximos diez años se jubilará el 55% de nuestro profesorado, de nuestro mejor capital humano. Tenemos que transformar el problema en una oportunidad para conseguir una renovación planificada de la plantilla que favorezca el avance en la investigación, la docencia y la transferencia”, explicó la ya rectora de la Universidad de La Laguna.

En este proceso de renovación también es fundamental retener el talento joven, añadió Aguilar, quien dijo conocer bien la realidad de este colectivo: “Cada vez se dedica menos presupuesto a su contratación y muchos de ellos han estado cobrando menos del salario mínimo interprofesional. Incluso los últimos cambios normativos que mejoran sus condiciones, no se han aplicado todavía. Hemos de eliminar la precariedad y favorecer su promoción”.

Para la rectora resulta “imprescindible” mejorar tanto los contratos predoctorales y postdoctorales, como todos los programas destinados a la internacionalización. “Debemos conseguir una posición de liderazgo, contribuyendo al desarrollo regional. El desarrollo tiene que ser, también, desarrollo en sostenibilidad, igualdad y justicia social, en la cultura de la paz, inclusión y lucha contra la violencia de género”.

Aguilar también tuvo palabras para enfatizar el valor de lo público, y afirmó que solo la universidad pública puede nivelar las diferencias sociales y ofrecer una verdadera igualdad de oportunidades a todo el alumnado. “Yo misma, junto con muchos de los profesores, soy un ejemplo de ello”, dijo. “En esta tarea le pedimos al Gobierno que acompañe a las dos universidades”.

“Ha llegado el momento de concienciarnos de que sin una inversión adecuada en educación y en investigación, no se producirán los avances científicos, económicos y culturales que necesitamos”, explicó la rectora. “No olvidemos que gran parte del desarrollo regional depende de la inversión que se realiza en I+D. Sin una financiación estable, sin contratos de investigación dignos, sin una universidad pública sólida, no será posible avanzar en Canarias”.

Rosa María Aguilar definió la universidad que persigue: “Centrada en el alumnado, que sea referencia en investigación, con vocación de servicio público, respetuosa con todas las sensibilidades y con una gestión transparente. Es posible y nuestro propósito es demostrarlo”. Apelando a su condición de ingeniera, Aguilar dijo que afrontará esta tarea con el mismo espíritu de trabajo con el que Agustín de Betancourt lo hizo en su tiempo. “El ingeniero tinerfeño se esforzó por conseguir innovaciones tecnológicas que mejoraron la vida de la sociedad de su época. Con esta ambición, salió del pequeño pueblo que era entonces el Puerto de la Cruz, viajó por medio mundo, aprendió idiomas, observó los avances científicos y los aplicó a sus proyectos”, relató.

“Y gracias a este espíritu de esfuerzo e inconformismo se convirtió en uno de los mejores ingenieros de la Europa de la segunda mitad del siglo XVIII y del comienzo del siglo XIX. Emulemos la trayectoria de este canario ejemplar. Imitemos su actitud de superación, su atención a los aciertos de sus colegas y su capacidad para encontrar soluciones nuevas (…). Los cambios que requiere nuestra institución deben erigirse sobre los valores que Betancourt defendía: el interés común, el trabajo constante y la ambición de mejora. Solo a través de ellos podremos llevar a cabo la transformación que necesita la Universidad de La Laguna y que necesita Canarias”.

Consenso y respeto a las universidades

El presidente del Gobierno de Canarias señaló al final de la sesión que, tras superar un periodo de crisis muy severo que impactó en la vida cotidiana de las personas y en las instituciones, se ha mantenido en los últimos cuatro años una colaboración intensa con las universidades canarias “para construir una relación ordenada y sistemática, provechosa y mutuamente beneficiosa”. El presidente agregó que se ha avanzado en la implantación de un modelo estable de financiación y se han incrementado la inversión en I+D+i a través de proyectos. “Nuestras universidades públicas siguen creciendo, madurando y escalando posiciones como sistemas dinámicos de divulgación de conocimientos y aptitudes”.

El respeto y el consenso han sido las claves de la colaboración institucional, señaló Clavijo. En este punto, el presidente agradeció la actitud del rector saliente y su equipo, Antonio Martinón, por su “generosa receptividad, atención incansable, sincera voluntad de cooperación, siempre desde la defensa de la institución universitaria”.

En su intervención, el presidente apuntó que estas instituciones “no son maquinarias burocráticas que expenden títulos académicos, sino que hacen ciencia y desarrollan tecnología. Son una fuente de cultura cívica, de pensamiento crítico y de análisis estratégico”. Afirmó que deben contribuir a mejorar el tejido empresarial local y han de facilitan un puente hacia el conocimiento global a través de los vínculos universitarios con centros de otras comunidades u otros Estados.

Fernando Clavijo sostuvo finalmente que la rectora Rosa Aguilar cuenta con un “sólido prestigio académico y un amplio respaldo de la comunidad universitaria” para sacar adelante un proyecto de reforma ampliamente consensuada. “Con mi compromiso de colaboración, señora rectora, también va un sincero deseo de buena suerte, porque el éxito de la Universidad de La Laguna, el éxito de las universidades públicas canarias, será el éxito de nuestro país”, concluyó.


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