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Un estudio de la ULL evidencia los beneficios del ejercicio físico en pacientes con cáncer de cabeza y cuello

miércoles 21 de junio de 2023 - 07:58 GMT+0000

El ejercicio físico como parte de la rehabilitación es beneficioso para los pacientes en tratamiento por cáncer de cabeza y cuello. Según Isidro Martín Pérez, miembro del equipo de investigación de la Universidad de La Laguna y autor principal del estudio, el cáncer y sus tratamientos pueden afectar negativamente la funcionalidad del paciente. Sin embargo, mediante el ejercicio, es posible prevenir esta disminución de la funcionalidad, asegura. El estudio también sugiere que “puede ser una herramienta valiosa junto con la terapia convencional, ayudando en su proceso de recuperación”.

El trabajo, publicado recientemente en Scientific Reports, revista del grupo Nature, ofrece una mirada en profundidad a los efectos de la rehabilitación basada en actividad física en pacientes con cáncer de cabeza y cuello que han sido sometidos a quimioterapia, radioterapia y/o cirugía. El estudio analiza cómo este tipo de rehabilitación puede mejorar no solo la funcionalidad sino también la calidad de vida general. De hecho, los resultados demostraron que los pacientes que participaron en un programa de ejercicios mejoraron su funcionalidad en comparación con los que no lo hicieron.

Después de ser sometidos a radioquimioterapia, los pacientes que participaron en rutinas de ejercicios experimentaron una reducción del dolor general en comparación con el grupo control. Una de las explicaciones más viables es que los ejercicios de resistencia desencadenan hipoalgesia endógena, al activar los barorreceptores, que son responsables de los cambios en la presión arterial que, a su vez, activan la vía central de inhibición del dolor. Además, estos mismos ejercicios elevan el umbral del dolor muscular. Los ejercicios de movilidad y estiramiento de las articulaciones también activan los centros de la vía inhibitoria descendente dependiente de opioides, así como no opioides.

Además, las personas que se sometieron a radioquimioterapia y realizaron ejercicio de resistencia mostraron un aumento de la fuerza muscular en las extremidades inferiores. Esta modalidad de ejercicio también evitaría la sarcopenia, una disminución de la masa muscular y la función que puede conducir a una reducción del rendimiento físico. La sarcopenia es una afección común entre los pacientes con cáncer de cabeza y cuello y puede empeorar con la desnutrición y la pérdida de peso debido al tratamiento. El mantenimiento de la masa y función muscular es de suma importancia en estos pacientes, por lo que el ejercicio físico sería fundamental.

Además, se observó que el nivel de fatiga, un efecto secundario común del cáncer y su tratamiento, se redujo significativamente en las personas que hacían ejercicio. Esta reducción se puede atribuir a la activación de citocinas que promueven la neuroinflamación, así como a la modificación del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, que induce fatiga al liberar cortisol. Se descubrió que los ejercicios de resistencia mejoran los umbrales de lactato, lo que a su vez promueve el metabolismo anaeróbico, un proceso que comúnmente se ve afectado por la radioterapia y el cáncer.

Después de someterse a una cirugía de disección de cuello, los pacientes que hicieron ejercicio experimentaron una disminución del dolor general en comparación con los del grupo de control. Además, el ejercicio ayuda a aliviar el dolor de hombro a medio plazo. La explicación más plausible de estos beneficios es la reducción de los niveles séricos de cortisol, que se ha relacionado con la aparición de dolor miofascial en este subgrupo particular.

Hay varios factores adicionales que pueden desempeñar un papel en los resultados beneficiosos del ejercicio. Uno sería la mejora de la representación cortical somatosensorial del movimiento, explica Martín Pérez. Además, como se ha comentado, el ejercicio puede estimular la activación del sistema de inhibición analgésico endógeno y ayudar a aliviar los factores relacionados con el dolor, como el comportamiento de evitación del miedo.

En el estudio no se encontraron evidencias sólidas que respaldaran la utilización del ejercicio como medio para mejorar la calidad de vida del grupo de supervivientes de cáncer de cabeza y cuello que se sometieron a cirugía o quimiorradioterapia. Los autores reconocen que, aunque se ha encontrado que el ejercicio tiene beneficios, los resultados no son concluyentes. Hay una escasez de ensayos aleatorios, los períodos de seguimiento suelen ser breves y la calidad metodológica para la mayoría de los estudios es moderadamente sólida. Se necesita más investigación para obtener una comprensión más profunda de cómo el ejercicio físico puede ayudar en la recuperación de las personas.

Isidro Martín Pérez cursa el doctorado de Ciencias Médicas y Farmacéuticas; Sebastián Martín Pérez, compañero del mismo programa, actuó como autor de correspondencia. Además, prestó ayuda Nart Keituqwa, adjunto del Servicio de Oncología Radioterápica del HUC. Contribuyeron al estudio Fidel Rodríguez, profesor titular de Radiología de la ULL, y Raquel Pérez, profesora asociada de Fisioterapia, así como Germán Barrachina, Diego de Zárate y Carolina Rodríguez


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