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De la galería de arte al aula

lunes 29 de mayo de 2023 - 12:25 GMT+0000

Yolanda Peralta

Vamos a hacer una prueba: sin mirar en Google, ¿serían capaces de nombrar algunas mujeres artistas? Vale, muy buenas respuestas. Pero ahora un poco más difícil: ¿Se les ocurren otras que no sean Frida Kahlo, Artemisia Gentileschi y Camille Claudel? Ajá: parece que les hemos pillado.

Lo cierto es que es muy complicado responder, incluso si se poseen estudios sobre historia del arte, porque al igual que sucede en prácticamente todos los ámbitos de la ciencia, la cultura y la sociedad, la presencia femenina ha sido históricamente obviada o menospreciada por la bibliografía, dando la impresión de que no ha habido intervención femenina en muchos campos, o que ésta ha carecido de interés.

Yolanda Peralta Sierra es profesora del Departamento de Historia del Arte y Filosofía de la Universidad de La Laguna y, desde hace dos décadas, ha consagrado gran parte de su labor investigadora a la recuperación de esas creadoras, especialmente en Canarias, que han caído en el olvido y el anonimato, para intentar que, poca poco, el canon historiográfico sea más inclusivo y completo. “Siempre le hago una pequeña broma al alumnado y le digo que le deberían devolver la mitad del dinero de la matrícula, porque solo le están hablando de la mitad de las aportaciones culturales de la humanidad”, dice al respecto.

Tras décadas de reivindicación, parece que en los últimos años existe un movimiento cultural en favor de la recuperación de las aportaciones femeninas a la cultura, algo que Peralta ya aprecia en los trabajos fin de grado y de máster que le proponen sus estudiantes, cada vez más interesados en estas cuestiones. Sin embargo, no hace tanto la situación era muy diferente, algo que la propia investigadora experimentó cuando realizó su tesis doctoral, titulada “Mujer y arte en canarias. Mujeres creadoras e iconografías femeninas”.

Explica que, salvo una pequeña ayuda económica a cargo del Cabildo de Tenerife, que le permitió investigar un par de meses en bibliotecas, hemerotecas y centros de documentación de Madrid, no tuvo ninguna beca para realizar la tesis, por lo que tardó ocho años en culminarla al tener que compaginar su realización con trabajos de todo tipo. “Cuando la defendí en la Universidad de La Laguna en 2006, intenté publicarla, después de tanto trabajo… y esos temas no interesaban. Y en el campo de la historia del arte, menos. Y en el contexto de Canarias, mucho menos todavía. Quizá en historia, en sociología, en literatura, pero en historia del arte, en las universidades canarias, había muy poca cosa: se había publicado algún artículo muy contado, pero nada más”.

“Llegué a dudar de si mi trabajo interesaba o no”, confiesa Peralta al volver la vista atrás. El panorama cambió cuando la escritora y editora Elena Morales, que en 2012 trabajaba en Ediciones Idea, le propuso convertir el anexo de la tesis, que era un compendio de trescientos perfiles biográficos de mujeres artistas canarias de todos los siglos, en un diccionario que, finalmente, sería publicado en 2014. “Finalmente se hizo una tirada mínima y ya está descatalogado, pero yo estoy contentísima porque vio la luz”.

Yolanda Peralta¿Dónde están las mujeres?

La investigadora explica que su trabajo de recuperación de las artistas llegó a partir de un trabajo previo que, inicialmente, nada tenía que ver con cuestiones de género. “Siempre me ha interesado lo desconocido, lo que se considera de segunda, lo infravalorado y lo marginal.”. Eso le llevó a investigar la caricatura de vanguardia, de la cual había un grupo de creadores muy interesante a mediados  del siglo XX. Esa investigación le llevó, a su vez, a interesarse por los años 60 de la misma centuria, cuando aparecen en Canarias grupos de vanguardia como Nuestro Arte, en Tenerife, y Espacio, en Gran Canaria.

“En ese momento compruebo que hay mujeres formando parte de esos grupos y entonces me pregunto: ‘¿Dónde están las mujeres artistas? A mí no me han hablado de ninguna, más allá de Frida Kahlo y de Artemisia Gentileschi, y ya sabemos por qué, por el morbo que forma parte de sus vidas’. Me pregunté qué pasaba antes de Lola Massieu, Pino Ojeda, Maribel Nazco y María Belén Morales. ¿Quiénes estaban?”

Esa inquietud propició su tesis doctoral, que supuso un trabajo complejo porque cuanto más atrás iba en el tiempo, menos referencias en artículos y libros existían. “De hecho, las fuentes principales consistieron en trabajo de archivo y de hemeroteca, porque en la bibliografía no había. Tuve que acudir a publicaciones a nivel nacional, como las de Estrella de Diego, y a fuentes orales, entrevistando a las pocas artistas que quedaban vivas”.

También rememora las dificultades que entrañaba el trabajo de archivo tradicional, cuando aún no existían las actuales bases de datos telemáticas. “Antes tenías que ir a las hemerotecas y pasaban meses y meses antes de encontrar una notica. O me iba al Archivo Diocesano a revisar las partidas de defunción y nacimiento y, de repente, te aparecía la defunción de ‘Nicolasa la pintora’, del siglo XVIII. Y ya está. No encontrabas nada más”.

Tras la tesis, Peralta no ha abandonado esa línea de investigación: “Para mí es un compromiso. La obra de las artistas del pasado no está localizada, y ese es uno de los principales problemas: ellas han desarrollado sus obras generalmente -y esto es algo común en todos los siglos- en el ámbito doméstico. No han tenido oportunidades para exhibirlas, y han quedado en las familias, en colecciones privadas, y no sabemos lo que hay. Creo que una de las tareas más difíciles que hay que afrontar es localizar esas obras y catalogarlas, porque no se les ha dado la importancia que merecen”.

Por eso, entre proyecto y proyecto, ella sigue pendiente de cualquier dato que surja de las creadoras que conoce, especialmente las que están activas, para ir completando su perfil biográfico. “Hay artistas sobre las que llevo investigando  desde finales de la década de los 90”.

Otro proyecto, menos académico pero al que da mucha importancia, es el blog Puntadas subversivas, con el cual trata de combatir el supuesto elitismo y frivolidad del arte abordando desde lo artístico problemáticas sociales que afectan a las mujeres como, por ejemplo, el uso de la violación como arma de guerra o la prostitución. “Son temas que me rondan la cabeza y que esbozo y comparto en la red”.

Yolanda PeraltaPerspectiva de género

La reivindicación del protagonismo femenino en la sociedad y la cultura es una tarea más compleja de lo que parece, pues, como explica Peralta, no basta con investigar y escribir sobre las mujeres en diferentes ámbitos: hay que hacerlo de una manera adecuada, que contextualice sus trayectorias en un marco de referencia justo. Y ahí es donde entra la perspectiva de género.

“El problema es que seguimos repitiendo patrones. Por ejemplo: la historia del arte se ha ido configurando a partir de grandes maestros -muchos considerados genios- con discípulos y grandes obras en pintura, escultura y arquitectura. Si aplicas esos parámetros a las mujeres artistas, siempre van a quedar fuera del canon artístico, porque ni siquiera existe la palabra ‘genia’; porque no han tenido las mismas oportunidades -si Picasso hubiera sido Picassa, no habría podido desarrollarse profesionalmente-; porque no podían acceder a las enseñanzas artísticas regladas ni podían exhibir sus obras; y la falta de materiales hace que trabajen el dibujo, la ilustración, el collage, la cerámica, que muchos consideran ‘de segunda’. Entonces, si sigues aplicando los mismos parámetros de la historia del arte canónica y tradicional, no estás aplicando la perspectiva de género”.

La historiadora explica que esta perspectiva de género es una herramienta y una categoría analítica que permite, en cualquier campo, analizar las relaciones entre hombres y mujeres teniendo como marco las desigualdades. Es necesario situar a la artista en su contexto e, incluso, apreciar factores como, por ejemplo, que la difusión de la obra de los hombres ha sido mayor que la de las mujeres. “Que investigues sobre mujeres en cualquier campo no implica que lo hagas con perspectiva de género”.

En el ámbito académico, esta desigualdad queda patente en dos situaciones: la primera, ya comentada, es que los propios currículos y temarios carecen de una presencia femenina más allá de lo testimonial, de tal forma que las artistas no forman parte del canon. La segunda es que las bibliografías que se recomiendan al alumnado todavía siguen estando conformadas por autores mayoritariamente masculinos y no se están incorporando a todas las historiadoras, críticas y teóricas del arte que, como es el caso de la propia Peralta, llevan produciendo aportaciones relevantes desde hace décadas.

En la actualidad, la investigadora desarrolla esta línea de trabajo investigando artistas de las décadas previas a la Guerra Civil, con casos tan interesantes como Maruja Soto, que fue la primera mujer que se dedicó al humorismo gráfico en Canarias en la década de los 30, con tiras cómicas y dibujos en el periódico La Provincia, así como todas las artistas vinculadas a la Escuela Luján Pérez en Gran Canaria. También está trabajando sobre el comportamiento de las mujeres artistas en el mercado del arte a nivel internacional, estableciendo comparativas sobre las cotizaciones de autoras tan importantes como Frida Kahlo respecto a artistas masculinos.

Yolanda PeraltaComienzos en la galería

El mercado del arte y el comisariado de exposiciones son, justamente, otros de los ámbitos de especialidad de Peralta, a los que dedicó muchos años antes de incorporarse a tiempo completo a la Universidad de La Laguna. Desde que finalizó los cursos de doctorado en 1996 tuvo claro que quería dedicarse a la docencia universitaria, pero tuvo que desarrollarse profesionalmente fuera de la academia ante la falta de oportunidades. “Hasta el 2003 no se convocó una plaza para el Departamento de Historia del Arte, y fue una sustitución que hice por un año. Y hasta 2014 no volvieron a convocar otra plaza, que fue cuando entré en la universidad como profesora asociada”.

En el ínterin, dio clases en Enseñanza Secundaria, estuvo vinculada cuatro años al Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP) y acabó abriendo una galería de arte en La Laguna llamada murNó. “Esto vino porque en 2003 creé una empresa de asesoramiento a coleccionistas, inventario de colecciones, tasación y valoración de obras de arte, con especialización en peritación judicial. Al buscar una oficina, encontré un espacio grande y surgió la idea de poner en marcha una galería, que estuvo funcionado de 2004 a 2007”.

Ese año obtuvo mediante oposición la plaza como conservadora jefa de Departamento de Exposiciones Temporales de Tenerife Espacio de las Artes (TEA), donde trabajó desde marzo de 2008, hasta 2018. “En medio de todo eso, en 2014 convocan una plaza de asociada en el departamento y es cuando me incorporé a la Universidad de La Laguna, compaginándolo con mi trabajo en TEA y docencia en la UNED.

Peralta reivindica la presencia en la universidad de profesorado con una trayectoria profesional previa que pueden aportar un valor añadido al alumnado que reciba sus clases, si bien cree que la institución no sabe apreciarlo adecuadamente: “Siempre estamos hablando de la transferencia del conocimiento académico a la sociedad, y cuando esto se produce en el otro sentido, siempre he tenido la impresión de que no se ha valorado lo suficiente. Para mí ha sido muy gratificante poder llevar todo mi aprendizaje en el campo profesional a las aulas porque, por ejemplo, en el Máster de Teoría e Historia del Arte y Gestión Cultural imparto una asignatura que se llama ‘Teoría del valor en las colecciones museológicas’, sobre tasación y mercado del arte, y hablo desde la experiencia y la práctica profesional, y eso yo lo agradezco y creo que el alumnado también”.

Yolanda PeraltaMercado del arte

Hablando sobre su labor como galerista, le planteo si no era algo arriesgado, teniendo en cuenta el tamaño del mercado del arte en las islas. “Hay quien dice que no existe este mercado en Canarias. Es verdad que no está desarrollado y consolidado como en otras comunidades, pero existir, existe. Hay galerías que están haciendo un gran trabajo desde hace décadas, como Artizar, Saro León o Leyendecker; hay coleccionismo y coleccionistas, quizá no son tan visibles como en otros lugares, pero hay gente que colecciona, aunque desconocemos lo que hay en esas colecciones”.

Más allá de su componente comercial, la profesora también quiere resaltar la labor cultural que realizan las galerías de arte: “Son exposiciones gratuitas que puedes visitar, nadie te obliga a comprar. Creo que en Canarias todavía está poco valorado su importante papel: primero, generando un coleccionismo, dando a conocer artistas, y también completando la labor de difusión cultural y artística que se pueda hacer desde museos y centros de arte”.

Es, además, un perfil profesional al que pueden aspirar muchas personas graduadas de titulaciones artísticas aunque, en opinión de Peralta, hacen falta determinadas cualidades personales más allá de los conocimientos teóricos y técnicos: “Debes ser una persona comunicativa, que le gusten las relaciones sociales y el contacto con la gente, porque una parte importante del trabajo de las galerías es asesorar, explicar, dar a conocer a artistas”.

En cuanto a su labor en una institución pública como TEA, califica como “inolvidable” su periodo allí, porque cuando se incorporó en marzo de 2008, el centro todavía no estaba abierto. “Empezamos a trabajar en las exposiciones inaugurales y el edificio se abrió en octubre de ese año. Implicarte de esa manera y formar parte de un equipo de profesionales que está poniendo en marcha un proyecto como es un centro de arte contemporáneo en Tenerife nos hacía sentir privilegiadas y privilegiados”. Esa experiencia “fue una escuela, un máster”, porque le enseñó habilidades como trabajar en equipo; y le brindó la oportunidad de desarrollar proyectos de todo tipo con artistas locales, nacionales e internacionales.

También le permitió conocer un tipo de institución que, en la actualidad parece algo denostada porque se sigue pensando en los museos como esos almacenes de obras de arte del siglo XIX, y ello ha generado un descenso de público. En opinión de Peralta, desde hace una década estos centros están haciendo una labor más abierta y menos elitista. “Creo que deben ofrecer una programación lo suficientemente diversa y abierta para que tenga cabida todo tipo de públicos. No te va a interesar todo, pero te puede interesar algo”. También ha ayudado que, en los últimos tiempos, la cultura popular se está incorporando a sus programaciones con exposiciones sobre música, cómic, cartelería o videojuegos. “Me gusta pensar que esa diferencia entre alta y baja cultura se diluye y que ya se hace un trabajo mucho más transversal”.

Gabinete de Comunicación


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