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Una investigación liderada por la ULL destaca que el silencio mental mejora interconexiones nerviosas del cerebro

miércoles 03 de abril de 2024 - 12:39 GMT+0000

Una nueva investigación sobre la influencia del estado de silencio mental en la anatomía del cerebro humano se acaba de publicar en la revista Plos One. El artículo lleva por título “Mejora en la conectividad estructural de la materia blanca entre la amígdala y el cingulado anterior en meditadores de Sahaja Yoga”. La investigación ha sido coliderada por el profesor Sergio Elías Hernández de la Universidad de La Laguna, y Alfonso Barros, de la Universidad Jaume I de Castellón, en colaboración con la Universidad King’s College de Londres y la de Maastricht en Holanda, y de hecho llevan catorce años de estudio de los beneficios del estado de silencio mental para el cerebro humano.

En los años 90 del siglo pasado se acuñó el término Inteligencia Emocional en referencia a la capacidad de percibir e interactuar adecuadamente con nuestras emociones y las emociones de las personas de nuestro entorno. Hay mucha bibliografía científica que muestra el papel fundamental de la interacción con nuestras emociones en la salud, las interacciones sociales y los éxitos o fracasos en la vida familiar, social y profesional.

La Meditación Sahaja Yoga (MSY) es una práctica en la que los meditadores o meditadoras alcanzan regularmente la denominada consciencia sin pensamientos o silencio mental, estado denominado Nirvichara en el yoga clásico. El silencio mental es un estado de meditación en el que se tienen muy pocos o ningún pensamiento, estando con la atención en el momento presente en el aquí y ahora lo cual mejora la eficiencia y facilita la percepción e interacción con las emociones.

“Dicho de otra forma”, explica el investigador de la Universidad de La Laguna, “cuando estamos enredados en los pensamientos, estos dificultan y distraen la percepción de lo que ocurre en cada instante, entorpece la percepción objetiva de las emociones, y algunos pensamientos pueden reforzar emociones negativas que a la larga pueden generar estrés, ansiedad o depresión”.

El estudio se realizó en el escáner de resonancia magnética de la Universidad de La Laguna, donde los investigadores registraron la anatomía cerebral de materia blanca de 20 voluntarios meditadores, expertos en la Meditación Sahaja Yoga, y 20 voluntarios no meditadores. Ambos grupos estaban formados por voluntarios sanos y eran equivalentes en edad, proporción de hombres y mujeres, nivel estudio, etnia, etc.

Para entender mejor este estudio, hay que mencionar que según su aspecto el tejido cerebral se clasifica en materia blanca, formada por las fibras nerviosas mielinizadas que conectan áreas separadas; materia gris, compuesta por los cuerpos neuronales y el líquido cefalorraquídeo o sustancia acuosa, que llena los huecos interiores y sirve de protección y transporte de sustancias.

La investigación se centró en el estudio de la anatomía de la materia blanca cerebral que conecta áreas muy relevantes para el autocontrol de las emociones y la atención, localizadas tanto en el hemisferio derecho como en el hemisferio izquierdo incluyendo la amígdala, el cingulado anterior y la ínsula anterior.

Los resultados mostraron que había cinco tractos con mayor número de fibras en los meditadores, a saber: la conexión entre las dos amígdalas izquierda y derecha, la conexión entre las dos ínsulas anteriores izquierda y derecha, las conexiones de cada amígdala con el cingulado anterior izquierdo y la conexión de la ínsula anterior derecha con el cingulado anterior izquierdo.

El estudio concluye que la práctica a largo plazo de la Meditación Sahaja Yoga se asocia con el fortalecimiento de las conexiones interhemisféricas entre las regiones límbicas y las que existen entre las regiones cerebrales cingulo-amigdalar y cingulo-insular relacionadas con procesos atencionales y emocionales que se denominan de autocontrol de arriba abajo (Top-down control). Estas interconexiones parecen estar relacionadas con los efectos a largo plazo del silencio mental desarrollado con esta meditación.

Este estudio complementa los trabajos de materia gris hechos por estos científicos publicados en la misma revista Plos One en 2016 y 2020, en los que los investigadores mostraron que los meditadores MSY tenían en torno a 7% de más materia gris en todo el cerebro, y que esta diferencia era más acentuada, y siempre mayor en meditadores, en el lóbulo temporal derecho, área asociada con las emociones. Es importante remarcar aquí que la materia gris y blanca disminuyen con la edad y con muchos problemas psíquicos como la ansiedad, el estrés o la depresión.

Autores del estudio: Sergio Elías Hernández 1* , Óscar Pérez-Díaz 1 , Daylín Góngora 2 , José L. González-Mora 1 , Katya Rubia 3 , Alfonso Barrós-Loscertales 4

1 Instituto Universitario de Neurociencia, Universidad de La Laguna.
2 Center of Neuroeconomics, Faculty of Psychology and Neuroscience, Maastricht University, The Netherlands.
3 Institute of Psychiatry, Psychology and Neuroscience, King’s College London, London, United Kingdom.
4 Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología, Universitat Jaume I, Castellón.


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