La primera diputada y senadora trans en España, Carla Antonelli, sigue siendo todo un referente no solo para las personas del colectivo trans, sino para todo aquel que luche por preservar su verdadera identidad. Nacida hace más de 60 años en Güímar, en plena dictadura franquista, buscó su lugar en el mundo, salió del pueblo tinerfeño, marchó primero a Gran Canaria y luego a Madrid para convertirse en la mujer que hoy es: segura, de fuertes convicciones, incansable. La Universidad de La Laguna ha tenido la fortuna de contar con ella estos días, dentro de su programa ‘Para la libertad’, con el que conmemora los cincuenta años de la muerte de Franco y la llegada de la democracia a nuestro país.
Carla Antonelli mantuvo una amplia entrevista este fin de semana en el Paraninfo con dos alumnas de Filología, Atteneri Dorta Trujillo y Ainara Rodríguez Luis, ante un público expectante y muy entregado, no en vano fue ovacionada durante este coloquio en múltiples ocasiones.
Icono de los derechos del colectivo LGTBIQ+, tras un largo recorrido lleno de dificultades, hoy mira la vida satisfecha de haberlo logrado: “Que me quiten lo bailado”, dijo, si bien reconoció muchas caídas y tropiezos de todo tipo: desde los familiares, con hermanos que dejaron de hablarle para siempre y un padre del que no se pudo despedir, hasta una aceptación social llena de sinsabores.
“Yo nací en la dictadura, y esa censura férrea era lo normal, hasta que te das cuenta que debía dejar de serlo”. Preguntada por las alumnas acerca de la construcción de su propia identidad en un país que no tenía identidad colectiva, Antonelli señaló que se movía con un pie en la clandestinidad y otro fuera de ella. “Sobrevives como puedes; fueron muchas bajadas a los infiernos, pero al final sales adelante, porque lo importante es vivir tu verdadera vida”, expuso.
No tuvo referentes, era imposible tenerlos en aquella época, así que se marchó a Gran Canaria, donde empezó a actuar en salas de fiestas. En aquel entonces la homosexualidad estaba muy perseguida, y cuando dejó de estarlo siguió estando señalada, por alterar el orden público y las buenas costumbres. “Pese a caminar en la ilegalidad, no todo eran penurias; intentas disfrutar, aunque te lleves hostias por todos lados, hasta que un día te levantas y decides dejar de vivir de rodillas”.
Para la que fuera también actriz, no se trata de una cuestión de egoísmo, “sino de aprender a quererte para no vampirizar tu propia estructura”, dijo. Los derechos se han ganado a pulso, y los
condenados por homosexualidad y otras tropelías cumplieron sus condenas completas, recordó. “Con la llegada de la ultraderecha nos hemos convertido en un peligro para la humanidad, pero no nos engañemos”, advirtió: “esto es una cortina de humo para tapar otras políticas demoledoras contra la sanidad y la educación pública, por ejemplo, sin que se note”.
En la más que entretenida conversación en el Paraninfo, la política desgranó varias anécdotas y momentos de su vida que dan cuenta del acoso y derribo al colectivo que representa en cualquier orden de la vida. “Nunca pensé que sería senadora, pero tampoco que aparecería en ‘Cuarto Milenio’ bajo el escandaloso titular de ‘Transexuales bajo sospecha’. ¿Quiénes están bajo sospecha?, ¿los inmigrantes, los de derechas, los de izquierdas?, ¿los trabajadores, los parados, quiénes?, se preguntó. La pedagogía, la información y la presencia -”porque no nos vamos a ir”, repuso- son la mejor herramienta para combatir estas actuaciones tan sesgadas sobre la vida de las personas.

Antonelli, antes del inicio del coloquio con Isabel Castells, Isabel León y el rector Francisco García.
“Nos fuimos de nuestros pueblos pensando que no volveríamos nunca más. Yo de hecho regresé a Güímar muchísimos años después, con la ventanas cerradas y en silencio, para que nadie me viese. Y ahora resulta que he sido pregonera de mi pueblo y han rotulado una calle con mi nombre”. La política mencionó que la primera vez que su madre la llamó Carla ya tenía más de 90 años y estaba en el último tramo de su existencia. “En esta vida hay que saber esperar, es muy importante persistir”.

