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La historia que conecta generaciones

jueves 02 de octubre de 2025 - 12:36 GMT+0000

Desde las aulas de la Universidad de La Laguna hasta los seminarios internacionales, Ángel Dámaso Luis León transforma la historia en una herramienta viva. Investigador y docente apasionado, conecta Canarias con América Latina, revelando cómo el pasado explica el presente y formando nuevas generaciones capaces de comprender el mundo con rigor y sensibilidad.

Repasamos su trayectoria académica, sus aportes al conocimiento sobre Canarias y América Latina, su experiencia docente en distintos niveles educativos y su proyección internacional. Desde sus reflexiones sobre la emigración canaria hasta su análisis de la realidad política de Venezuela, Ángel Dámaso nos invita a descubrir la historia como una herramienta para comprender la sociedad, conectar generaciones y fomentar el pensamiento crítico.

Es profesor del Departamento de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna y tutor en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Doctor en Historia por la institución académica y posgraduado en varias universidades españolas, ha centrado su carrera en la historia política reciente de Canarias e Iberoamérica y en la emigración canaria hacia América. Su pasión por la Historia nació de una curiosidad por las ciencias sociales: “Al final, la Historia me permitió comprender de manera global cómo funciona la sociedad, y no me equivoqué”, recuerda.

A lo largo de su trayectoria, ha publicado más de 40 trabajos entre libros, capítulos y artículos en revistas especializadas. Entre sus obras más recientes destacan Ecos revolucionarios en el Caribe: medio siglo de influencia cubana en la Venezuela contemporánea (1958-2013), El Movimiento de Acción Nacional: un partido de extrema derecha en los inicios de la democracia en Venezuela (1960-1974) y El Rey de la Octava Isla: Canarias ante Chávez y la Revolución Bolivariana (2021), así como la coordinación de El insularismo en Canarias: historia y análisis de un fenómeno político de la democracia en Canarias (1977-2020) (2021). 

Más allá de su labor académica, mantiene una mirada cercana y humana: vincula su investigación con la cultura, la memoria y la identidad de Canarias, y considera que estudiar la historia es también una manera de conectar generaciones y territorios. 

“Gran parte del aprendizaje es subconsciente. Estos estudios me dieron un cimiento sólido para dedicarme, después a la investigación y la docencia”, explica. La docencia ha sido siempre un pilar central en la carrera de este investigador, y su experiencia abarca distintos niveles educativos y modalidades de enseñanza. “Son dos mundos totalmente diferentes”, explica al comparar la enseñanza en secundaria con la universitaria. Mientras que en la secundaria el acercamiento al alumnado es más personal y cercano, con un grado de profundidad cualitativa mayor en la relación diaria, en la universidad el foco se sitúa más en la transmisión de conocimientos y contenidos especializados. 

La experiencia de Ángel Dámaso en la educación secundaria le permitió desarrollar habilidades clave en el trato con el alumnado y en inteligencia emocional, competencias que aplica también en la enseñanza universitaria. Como tutor en la UNED, adquirió una perspectiva enriquecedora sobre la educación de estudiantes adultos con trayectorias y necesidades diversas. 

Identidad compartida: Canarias y América Latina

El investigador destaca que “el papel de Canarias respecto a América Latina es un papel de interconexión necesaria. Somos herederos de una tradición migratoria, cultural y humana que durante cinco siglos no se construyó solo en un discurso de ida, sino también de vuelta”. 

Para Ángel Dámaso, nuestra identidad se ha forjado en gran medida gracias a los elementos que muchos canarios trajeron de América y a los vínculos que establecieron allí. “Esa huella está presente hoy en ámbitos tan diversos como la gastronomía, las expresiones cotidianas o los gustos musicales”.

Añade que “América Latina ha contribuido históricamente —y sigue haciéndolo— a la construcción cultural e identitaria de Canarias. Y ese vínculo humano y cultural constante se refleja también en la migración”. Y, ciertamente, Canarias se ha convertido en un lugar de acogida para comunidades que reconocen en las islas “no solo un espacio geográfico atractivo y con oportunidades económicas, sino también un referente simbólico cargado de valor.”

En la actualidad, subraya, conviven en Canarias comunidades colombianas, bolivianas, argentinas y, de manera muy destacada, las de Cuba y Venezuela, con las que mantenemos una relación histórica especialmente estrecha. Con Cuba, desde finales del siglo XIX y principios del XX, y con Venezuela hasta la actualidad, se ha tejido un puente humano y cultural muy difícil de romper. “En la situación política y económica tan compleja que atraviesa Venezuela, resulta natural que tanto los descendientes de aquellos canarios emigrados como otras personas vinculadas elijan Canarias como lugar para desarrollar su proyecto vital”.

La crisis venezolana y el insularismo

Dentro de este enfoque, uno de sus principales intereses es la emigración canaria hacia América Latina, un fenómeno presente durante cinco siglos que todavía marca la cultura y la identidad del archipiélago. Su trabajo se ha centrado especialmente en Venezuela, intentando llenar un vacío en la investigación: “Tenemos una deuda con la sociedad canaria. La mejor manera de devolverla es estudiar aquello que conforma hoy la realidad social, cultural, económica y política de Canarias a través de su diálogo con América Latina”, señala.

El investigador describe la crisis política en Venezuela como “un fenómeno de largo plazo, que se remonta a más de 25 años, marcado por la toma del poder por el chavismo, la desinstitucionalización del Estado y cambios profundos en la economía”. 

Luis León señala que la situación se ha agravado con “un régimen autoritario que limita libertades, genera aislamiento internacional y provoca un éxodo masivo de ciudadanos —unos 8 millones de personas fuera de un país de aproximadamente 30 millones—”. Según el investigador, la economía ha sufrido un deterioro grave, mitigado parcialmente en años recientes por las relaciones con Irán, Turquía, China y Rusia, pero “la crisis persiste sin indicios de resolución a corto plazo”.

Sobre la relación con Estados Unidos, Ángel Dámaso afirma que “se caracteriza por tensiones históricas y personales entre los liderazgos de ambos países, con un enfrentamiento discursivo constante y motivaciones políticas internas”. Explica que Venezuela busca “consolidar apoyo interno frente a un enemigo tradicional”, mientras que Estados Unidos considera “aspectos electorales y geoestratégicos, incluyendo la influencia de la diáspora y la posición de Venezuela en el Caribe”. También destaca que las diferencias se reflejan “en el plano económico, con empresas estadounidenses afectadas por políticas venezolanas, y en el aumento de actividades delictivas debido al debilitamiento del control estatal”.

Otro de sus aportes más destacados es la coordinación de la obra El insularismo en Canarias: historia y análisis de un fenómeno político de la democracia en Canarias (1977-2020). En esta obra colectiva, el investigador plantea una teorización del insularismo como expresión política de la realidad canaria, influida por la historia de las mentalidades políticas isleñas y por la organización de los partidos en el archipiélago. La publicación analiza la pulsión territorial que ha existido históricamente en las islas periféricas y cómo esta ha influido en la construcción de la autonomía y el autogobierno.

“Entender el insularismo no es solo ver el conflicto entre Tenerife y Gran Canaria; implica reconocer procesos históricos y políticos que se desarrollan en todas las islas, desde Fuerteventura hasta La Palma, donde ya se observaban pulsiones insularistas progresistas a principios del siglo XX”, explica. La obra ofrece, además, un análisis amplio del sistema de autogobierno canario y de cómo las negociaciones y discursos insulares han influido en su desarrollo durante las últimas décadas.

La recepción de esta publicación en el ámbito académico y social ha sido positiva, tanto por la aportación de la visión desde cada isla como por la propuesta de una teorización más amplia del fenómeno. Aunque algunas perspectivas difieren en cuanto a la interpretación teórica, la obra representa un avance significativo en el estudio del insularismo y la política territorial en Canarias.

Su labor investigadora no se limita a las aulas de la Universidad de La Laguna. “Hay dos ámbitos que considero clave: uno, la comunicación entre especialistas, que permite crear redes y que el conocimiento trascienda la universidad; y otro, la difusión hacia la sociedad, para devolver a la comunidad parte de lo que nos debemos como investigadores”, explica Dámaso.

Especializado en Venezuela y en el contexto del Caribe, ha dedicado más de una década a estudiar los procesos políticos y sociales de la región, desde el colapso del sistema de partidos hasta la construcción de nuevos regímenes, siempre con una mirada que vincula la historia del presente con la ciencia política. Esta investigación ha generado interés no solo entre académicos, sino también en medios de comunicación nacionales e internacionales, donde sus análisis aportan contexto y profundidad a la actualidad latinoamericana.

Las nuevas derechas y la visión de Cuba

El investigador afirma que “el papel de las nuevas derechas latinoamericanas no se puede desgajar del papel de las nuevas derechas ultra a nivel internacional. Es un fenómeno totalmente vinculado”.

El profesor explica que estos actores, hasta hace poco marginales, “han ganado muchísimo peso” y en países como Brasil o Argentina incluso han llegado al poder. Señala además que “la mayoría de estas derechas son extremadamente populistas y están muy vinculadas a la figura específica que surge en cada país, aunque muestran patrones comunes y diferencias muy potentes”.

Entre esos patrones, destaca “una tendencia hacia el autoritarismo, críticas a intermediarios e instituciones y un odio acérrimo hacia ciertos sectores de la sociedad civil, sobre todo opositores políticos”. Según el investigador, estos grupos “promueven un discurso rupturista y redentor que busca la refundación de las entidades nacionales desde la visión de un sector concreto de la población, dejando poco espacio para un discurso plural y diverso”. Todo esto, concluye, se desarrolla “desde una visión bastante conservadora o ultraconservadora de la sociedad.”

Sobre Cuba, Ángel Dámaso afirma que “el futuro de este país no tiene visos de cambiar” y que, aunque enfrenta un empobrecimiento reciente ligado al colapso de la economía venezolana y a la limitada intervención internacional, “esto no significa que vaya a producirse un cambio de régimen”. Señala que el régimen cubano está bastante institucionalizado, ha tenido varias transiciones y ha sobrevivido al fallecimiento de los líderes de la primera generación, por lo que “la generación que está ahora mismo institucionalizada está bastante asentada”. 

Por otro lado, destaca que la oposición en el país caribeño es gestionada de manera coercitiva, “a través de los servicios de inteligencia, la expulsión o encarcelamiento selectivo y discursos que enarbolan la resistencia del pueblo cubano”. En su opinión, estas dinámicas evidencian que “el régimen controla una parte importante de la dinámica del día a día del país” y que un cambio de gobierno no es probable a corto ni medio plazo.

Entre sus proyectos futuros, el historiador ahondará en el estudio de los grupos de extrema derecha en la Venezuela contemporánea y la migración desde las islas periféricas a América Latina. Para los jóvenes investigadores en humanidades, Ángel Dámaso subraya la importancia de abordar los desafíos sociales con rigor, de explicar la complejidad del mundo de manera clara y de transmitir pasión por el conocimiento. “Es una profesión hermosa y gratificante, donde cada clase, cada debate y cada proyecto de investigación son una oportunidad de aprender y de crecer junto al alumnado”, concluye.

Según sus propias palabras, la labor del historiador o historiadora no termina en la publicación académica: “Cada clase, cada debate y cada proyecto de investigación son una oportunidad de aprender y de crecer junto al alumnado”. Su enfoque combina rigor, pasión y cercanía, vinculando la historia política y social de Canarias y América Latina con la formación de nuevas generaciones de investigadores. 

Para el docente, la historia es una herramienta para conectar generaciones, entender contextos complejos y fomentar el pensamiento crítico, valores que considera esenciales para los jóvenes que desean dedicarse a la docencia y a la investigación en humanidades.

Gabinete de comunicación


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