La Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna acogió recientemente la presentación de una tesis doctoral que revoluciona la conservación de documentos históricos, proponiendo un protocolo integral de inspección que combina el análisis visual con la cuantificación digital y la detección temprana de la degradación química.
Este trabajo, producto de la investigación de la tesis doctoral de Ania Rodríguez-Maciel, aborda el problema de la degradación de las tintas denominadas metaloácidas, que son aquellas que contienen un alto componente de hierro y que, con el tiempo, deterioran el papel debido a procesos de oxidación y acidez. La investigación parte de la observación de que los protocolos de inspección actuales en las instituciones son mayoritariamente visuales y carecen de una cuantificación precisa del daño.
Para solventar esta limitación, la tesis propone el uso de software de imágenes digitales para realizar mediciones exactas de la degradación. Entre las principales novedades y aportaciones de la tesis se encuentra la cuantificación digital de la degradación física, utilizando el software ImageJ para medir la expansión de los halos alrededor de los trazos de tinta y el tamaño de las lagunas (agujeros) en el papel, obteniendo mediciones precisas del perímetro y el área de las pérdidas. Esta cuantificación facilita el seguimiento del avance de la degradación a lo largo del tiempo y la evaluación de la efectividad de los tratamientos de conservación. La investigación de la ya doctora Rodríguez-Marciel, también identificó patrones de pérdidas en los documentos, observando que, dependiendo del fondo, existen diferentes tipos de degradación en el papel.
Otra aportación de esta tesis, que contó con la dirección de Elisa María Díaz González y Romén Carrillo Fumero, es la recuperación de contenido en documentos deteriorados, donde el software ImageJ, a través de un plugin llamado DStretch, permite la descorrelación de filtros en los espacios de color de las imágenes digitales, intensificando ciertas zonas y matizando otras, posibilitando la recuperación de palabras y el descifrado de documentos con tintas muy corroídas, donde las líneas se han solapado o el texto es ilegible.
Ania Rodríguez
Aunque la corrosión no se puede revertir en el documento físico, esta herramienta permite conservar el contenido, que es fundamental para conservar la memoria histórica. Además, se utiliza la fotografía multibanda, utilizando radiación ultravioleta y reflectografía ultravioleta, para recuperar texto en tintas desvanecidas.
Finalmente, la tesis aborda la detección temprana de la degradación química a través de un modelo predictivo, buscando una cuantificación del daño químico mediante la cromatografía líquida de alta resolución, una técnica analítica que mide la composición fenólica de la tinta, específicamente los ácidos gálico y elágico. Investigaciones recientes indican que el ácido elágico es un producto de la corrosión del ácido gálico, por lo que un mayor nivel de este en la tinta señala el inicio de la degradación. El objetivo es identificar un marcador químico que permita actuar en el documento con tratamientos de inhibición antes de que la degradación sea visible, frenando así su descomposición y pérdida. Este aspecto se encuentra en fase de correcciones, pero ya presenta resultados prometedores.
Las tintas metaloácidas, compuestas por hierro, agallas de roble y sulfato de hierro, fueron ampliamente utilizadas desde principios de la Edad Media hasta el siglo XIX. Su composición, especialmente la presencia de hierro y la acidez, provoca dos mecanismos de degradación: la hidrólisis de la celulosa del papel y procesos oxidativos de la propia tinta. Esto conduce a un oscurecimiento de la tinta, la aparición de halos, el traspaso de tinta a otras páginas, grietas y, finalmente, la pérdida del papel.
La tesis, que contó cómo tribunal a José Madrid, Alba Fuentes y Carlos Rodríguez, subraya que este problema afecta a un gran porcentaje de documentos en archivos a nivel internacional y que la digitalización de estos documentos es crucial, ya que muchos están en riesgo de perderse para siempre. Sin embargo, incluso digitalizaciones antiguas pueden no tener la calidad necesaria, lo que resalta la importancia de herramientas como las propuestas en esta investigación. Este protocolo integral de inspección, que combina datos medibles y objetivos, ofrece una solución para priorizar la conservación de documentos y evaluar la efectividad de los tratamientos, contribuyendo significativamente a la preservación del patrimonio documental.
