La Universidad de La Laguna ha celebrado la tarde de este viernes 27 de junio el acto de reconocimiento a los 30 estudiantes que han obtenido las mejores notas de acceso a la educación superior en la fase general tras la convocatoria ordinaria de la PAU. El acto, que tuvo lugar en la Facultad de Bellas Artes, también contó con la presencia de las familias y representantes de los centros donde cursaron Bachillerato.
La vicerrectora de Estudiantes, Rosario Hernández, felicitó al alumnado agasajado, a sus familias, profesorado y los centros donde estudiaron, señalando que si estaban asistiendo hoy a este acto, era por su esfuerzo y motivación, los cuales pueden haber obtenido por diversas causas: el deseo de lograr una nota alta para asegurarse estudiar la carrera deseada, poder practicar la profesión de sus sueños o, simplemente, el hecho de hacer las cosas bien. Sea cual sea el motivo, la vicerrectora les informó que si mantienen ese esfuerzo y motivación del Bachillerato durante sus años universitarios, “ya tienen buena parte del camino hecho”.
Señaló que la universidad va a exigir mucho trabajo y concentración, pero también es una etapa para vivir experiencias personales enriquecedoras y, sobre todo, descubrir su autonomía y responsabilidad. Hernández Borges aprovechó la ocasión para invitar al alumnado que aún no ha decidido el destino de su nueva etapa académica a elegir la Universidad de La Laguna, cuya oferta de titulaciones abarca 46 grados y 7 dobles grados. E, incluso si deciden marcharse a otro centro, siempre podrán reengancharse a alguno de los numerosos posgrados del centro. También recordó que la Universidad de La Laguna es, igualmente, una buena opción para quienes deseen iniciar una carrera científica, pues está bien posicionada en los ránquines nacionales e internacionales y, “en España la investigación se realiza en la universidad pública”.
Antonio Adelfo Delgado Núñez, coordinador general de las pruebas de acceso en la Universidad de La Laguna, realizó una intervención en la cual reflexionó que este acto que celebra la excelencia académica es el reconocimiento a un esfuerzo sostenido que se forja día a día, y que supone el final de una etapa, pero el comienzo de otra más apasionante que va a exigir persistir en ese esfuerzo. “La excelencia no es fruto el azar, sino el resultado del trabajo, la disciplina, el orden y también del apoyo de familia, amistades y profesorado, sin obviar a los y las estudiantes su mérito personal”.
Compartió algunos aspectos organizativos de la PAU, explicando que las dos metas principales que se persiguen son la transparencia y la garantía de la igualdad de oportunidades. Es un proceso que comienza cada septiembre con la primera reunión de la comisión organizadora general y, a continuación, llegan las sucesivas reuniones de las comisiones de cada materia. Detrás hay un equipo de personas de diferentes sectores comprometidas con las pruebas y que trabaja duramente todo el año. “El folio de cada prueba es el fruto del trabajo de centenares de personas para crear los exámenes de todas las materias, 32 en total”.
Alicia Lorenzo Llarena, directora del IES Güímar, habló en representación de todos los centros educativos que han acompañado a este alumnado en sus años de formación. Reflexionó que la de estos 30 jóvenes es una trayectoria que demuestra que, con esfuerzo y constancia, es posible alcanzar metas que parecen lejanas. “Detrás de cada estudiante hay una historia de sacrificio, dudas superadas, ilusiones y confianza en uno mismo”. Tuvo palabras especiales para el profesorado, del cual señaló que no solo se dedica a transmitir conocimientos, sino que motiva y acompaña al alumnado en su crecimiento personal y académico. Y al alumnado le recordó que ha superado obstáculos muy grandes gracias a su excelencia, pero que si en algún momento no adopta la decisión correcta, siempre es posible rectificar y seguir adelante.
Por su parte, Aleix Gutiérrez Guerra, del Colegio La Salle San Ildefonso, habló en representación del alumnado. Dio las gracias a la universidad, al profesorado y a las familias, pero quiso reivindicar, por encima de todo, el gran esfuerzo personal que ha puesto cada estudiante de su parte para lograr sus objetivos académicos. “No ha sido un camino fácil, ha sido un trabajo duro y con mucha constancia, es algo que no se debe menospreciar”. Gutiérrez recordó que este Bachillerato fue especialmente complejo porque hubo que acostumbrarse a un nuevo modelo de PAU, pero al mismo tiempo agradeció que fue una etapa idónea para experimentar y aprender a adaptarse. Ahora él y sus compañeros tienen por delante un verano sin preocupaciones para descansar, divertirse y liberar la tensión acumulada, “un pequeño momento de libertad antes de la universidad”.
