Una investigación académica ofrece nuevas claves sobre el control de Trioza erytreae, un pequeño insecto conocido como psílido africano, que se alimenta de los brotes tiernos de los cítricos y que puede transmitir la bacteria causante del Huanglongbing (HLB), una enfermedad letal para estos cultivos.
La tesis doctoral “Bioecología de Trioza erytreae (Del Guercio, 1918) (Hemiptera: Triozidae) en cultivos de cítricos en Canarias”, defendida recientemente por José Ramón Estévez Gil, ha sido dirigida por Estrella Marina Hernández Suárez, Alejandro Tena Barreda y Juan Antonio Sánchez Sánchez y tutorizada por Raimundo Cabrera Pérez. La defensa se llevó a cabo en el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), en la modalidad de Biodiversidad y Conservación. En el tribunal participaron como secretaria Cristina Giménez Mariño, como vocal Jésica Pérez Rodríguez y como presidente César Monzón Ferrer.
Esta tesis de la Universidad de La Laguna surge ante la necesidad de entender el comportamiento poblacional del insecto en zonas donde ha sido introducido recientemente, como Canarias, debido a la falta de información específica. Este vacío motivó la realización del estudio detallado sobre la dinámica de la plaga y sus implicaciones para avanzar en su erradicación.
La contribución científica ha arrojado luz sobre el control sostenible de Huanglongbing (HLB), una de las enfermedades más agresivas y sin cura en cítricos. El estudio, desarrollado en Canarias, ha combinado el análisis poblacional del psílido, la identificación de sus enemigos naturales y el impacto de factores climáticos, con el objetivo de generar estrategias de manejo adaptadas y sostenibles.
Aunque la incidencia de Trioza eryteae en Canarias se ha reducido considerablemente y, desde 2021, su presencia es escasa y localizada gracias a la liberación de Tamarixia dryi, un parasitoide que actúa como control biológico natural del insecto, sigue constituyendo un riesgo elevado debido a que es el transmisor natural de la bacteria Candidatus Liberibacter africanus, agente causal de Huanlongbing (HLB). De esta misma forma, en Europa aún no se ha detectado HLB, sin embargo, la introducción del patógeno supondría pérdidas económicas irreparables y alteraciones ecológicas permanentes.
El trabajo académico se ha realizado a través de un seguimiento mensual durante dos años en ocho parcelas de cítricos localizadas en las islas de Tenerife y Gran Canaria, seleccionadas por presentar distintas condiciones climáticas. Para ello, se utilizaron métodos de muestreo como el aro, el muestreo en brotes tiernos y el método de golpe, que permitieron cuantificar con precisión la densidad poblacional del psílido. Los resultados mostraron variaciones significativas en la densidad poblacional de T. erytreae en función de las estaciones del año y las zonas climáticas, registrándose picos significativos en los meses más cálidos. Cabe destacar que la actividad reproductiva del insecto mostró una estrecha sincronización con la brotación del cítrico, lo que permite prever con precisión sus picos poblacionales.
Gracias a la investigación, se identificaron 18 especies de depredadores generalistas, incluyendo nuevas citas para Canarias, que serán clave para contribuir al control natural de T.erytreae. Tal y como expone José Ramón Estévez al comparar la gestión integrada con el uso de insecticidas, “aunque ambas estrategias muestran eficacia similar en el control directo de T. erytreae, la integrada resulta más sostenible a largo plazo porque preserva la biodiversidad y mantiene un control natural estable”.
Los agricultores, por su parte, pueden adoptar varias medidas prácticas para la prevención y reducción de la expansión de la plaga. Entre las recomendaciones se incluyen el monitoreo regular de brotes jóvenes, la elección de productos fitosanitarios compatibles con la fauna auxiliar, el fomento de infraestructuras ecológicas y la limitación del movimiento de material vegetal.
De cara al futuro, se pretende integrar aún más el control biológico por conservación, potenciando la presencia de depredadores y parasitoides como Tamarixia dryi, junto al desarrollo de bioplaguicidas basados en entomopatógenos, que son microorganismos capaces de infectar y eliminar plagas sin perjudicar al medio ambiente ni a otros insectos beneficiosos.
El estudio también destaca la necesidad de prepararse ante los efectos del cambio climático, evaluando cómo podrían comportarse las plagas y sus enemigos naturales en nuevas zonas con riesgo, como la cuenca mediterránea. En este sentido, el investigador subraya que “en paralelo, conviene avanzar en la combinación de portainjertos y cultivares menos susceptibles y en la capacitación de agricultores y agricultoras para implementar una gestión integrada”.


