Skip to main content

La Universidad de La Laguna, satisfecha con la retirada del modelo unilateral de distrito único

miércoles 25 de abril de 2012 - 15:15 GMT+0000

El Rectorado de la Universidad de La Laguna se ha mostrado satisfecho con la retirada por parte de la Consejería de Educación del modelo unilateral de distrito único universitario, toda vez que el proceso seguido para su implantación se ha manifestado improcedente y sin criterios contrastados, objetivos y trasparentes, lo que hacía inviable un acuerdo sustentado en un consenso previo entre las partes implicadas. Por lo tanto, el rector de la ULL ha expresado que si bien es de sabios rectificar, también es de responsables asumir las consecuencias de los propios actos y no proyectar las propias incoherencias en los demás.
 

La Universidad de La Laguna preinscribe y matricula, desde hace ya muchos años, con un programa informático denominado Universitas XXI, creado por la Oficina de Cooperación Universitaria (OCU), una empresa participada por las universidades que provee a los centros académicos de paquetes informáticos para sus gestiones administrativas, entre otras cuestiones. Universitas XXI es empleado en estos momentos por el 70% de las universidades españolas.

Se trata por tanto de una aplicación sumamente estandarizada y garantista, que persigue que el alumno opte en todo momento a la plaza que el estudiante ha designado en primer lugar y, por tanto, se le reserva su puesto y se matricula una sola vez con tal de conseguir este fin. Sorprende pues que algunos partidos políticos se hayan atrevido a afirmar, sin ningún criterio objetivo y fundamentado en evidencias, que el sistema que utiliza la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) es “más moderno”.

En todo caso, el eje central del problema no está tanto en la herramienta informática como en el procedimiento de preinscripción y la correspondiente toma de decisiones que habría que armonizar sobre los procesos de acceso de las dos universidades. En este punto cabe decir que la Consejería de Educación no ha propiciado el oportuno intercambio de pareceres sobre estos aspectos procedimentales.

Por otra parte, el director general de Universidades ha afirmado en varias ocasiones que se valoraron los dos modelos –cuestión de la que esta universidad no tiene conocimiento- y que se optó por el de la ULPGC al resultar “más barato”, ya que el de la ULL estaba “externalizado”. A la Universidad de La Laguna le sorprende nuevamente tal afirmación, ya que no es cierto ni lo uno ni lo otro.

El programa que utiliza esta universidad fue comprado a OCU, como se ha dicho, y, como tal, la ULL puede hacer pleno uso de él sin mayor problema. De hecho, es el que usan los funcionarios de esta administración para preinscribir, matricular, emitir actas y demás labores de tipo académico. Una vez que se ha comprado, como es lógico suponer, no se vuelve a pagar por él, por tanto resulta igualmente rentable, y tampoco está externalizado, ya que lo gestiona el personal de esta casa de estudios.

Al margen de estas cuestiones meramente técnicas pero sobre las que se ha vertido mucha información desde el desconocimiento, la Universidad de La Laguna quiere hacer constar su máximo respeto a la ULPGC, universidad con la que mantiene excelentes relaciones y con la que el ámbito de colaboración es muy estrecho.

También quiere hacer saber que en ningún momento esta universidad se ha mostrado contraria a la implantación del distrito único, cuestión que facilitaría enormemente el acceso a la enseñanza superior de todos los canarios y simplificaría los procesos de matrícula y preinscripción. Sin embargo, esta decisión no puede llevarse a cabo de cualquier manera, sin tener en cuenta a las universidades implicadas, y, sobre todo, desde un posicionamiento unilateral y falto de sentido institucional de quien debiera velar por el necesario equilibrio interuniversitario.

Lo suyo hubiera sido sentar a los responsables de las dos universidades y a sus respectivos equipos técnicos para consensuar un modelo y unos criterios conjuntos, dado que hasta el momento los procedimientos de preinscripción y matrícula de ambas universidades son completamente diferentes. En lugar de este modelo de trabajo, la Consejería de Educación optó por otorgar todas las perrogativas a una universidad sin que mediara un informe técnico que avalara el porqué de esa decisión ni explicara las mejoras que ello supondría.

Por tanto, lo que no cabe es hacer responsable del fracaso de esta iniciativa ni al rector ni a la Universidad de La Laguna, argumentando posiciones “pleitistas” que nada tienen que ver con las verdaderas razones de lo sucedido. A juicio de este centro docente, la responsabilidad debe recaer en quien promovió una iniciativa que estuvo mal planteada desde sus inicios y para la cual no se contó con la opinión, el asesoramiento y la participación efectiva de las universidades.

Con todo, el rector de la ULL manifiesta su compromiso para entablar un diálogo con su homólogo de la ULPGC y los responsables de la administración educativa para diseñar un modelo de distrito único basado en el necesario consenso.
 


Archivado en: Institución, ULL