Naturaleza gótica y fantasía: los caminantes blancos como agentes del miedo de la naturaleza en Juego de tronos
Resumen
A través de la aplicación de las siete tesis de Elizabeth Parker (2020) a Juego de Tronos como herramientas para identificar espacios góticos, sostengo que el gélido y aterrador entorno al norte del Muro se configura como una manifestación de la Naturaleza gótica, ya que cumple con las siete características en las que la naturaleza puede convertirse en una amenaza gótica. El espacio norteño se presenta como un entorno inhóspito, vinculado a un pasado postcolonial y relacionado con el inconsciente humano. La segunda parte del análisis se enfoca en los Caminantes Blancos como agentes de la Naturaleza y su representación como fuerzas terribles que transforman la vida (y la no vida) humana. Al introducir el concepto de transcorporealidad, se desmantela el dualismo entre lo humano y lo no humano, pues los Caminantes Blancos no son
fruto de un nacimiento natural, sino que se originan a partir de bebés humanos sacrificados. Los Caminantes Blancos y su ejército constituyen un hiperobjeto monstruoso que resalta cómo la humanidad está “a merced de fuerzas mayores de la naturaleza” (Smith y Hughes 2013, 6). Esta narrativa refleja nuestra responsabilidad en el cambio climático. En consonancia con la tradición gótica, la ecología oscura de la saga, difumina lo que Morton considera “las líneas entre el terror sublime y lo siniestro” (Tibbetts 2011, 5), destacando la agencia de la Naturaleza gótica y presentando a los Caminantes Blancos como un reflejo de nuestras ansiedades sobre el futuro del planeta.

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