Una lectura ecogótica sobre monstruos marinos: Deep Blue Sea (1999) and The Meg (2018)
Resumen
Aunque nuestro planeta está cubierto principalmente por agua, los mares y los océanos se consideran aún entornos inhóspitos en los que la fuerza de la naturaleza puede apreciarse en todo su esplendor. Es quizá este carácter inconquistable el que hace que los humanos perciban los ecosistemas marinos con una mezcla de admiración y horror, unos sentimientos que pueden verse acrecentados si pensamos en las criaturas desconocidas que habitan en las profundidades del océano. Este artículo explora dos películas que retratan tanto las maravillas como los horrores de los paisajes náuticos, Deep Blue Sea (1999) y Megalodón (2018), y lo hace desde un enfoque ecogótico. El análisis se centrará en por qué estas películas pueden catalogarse como ecogóticas observando ambientaciones, personajes y el desarrollo del argumento. También se analizará cómo los humanos se relacionan con los entornos marinos y con sus habitantes, especialmente con los tiburones, y su antepasado el megalodón, poniendo énfasis en cómo estas relaciones tienden a ser una lucha por el control. Además, la agencia de estos animales no-humanos también se tendrá en cuenta de cara a promover cierta concienciación sobre los peligros que suponen los intentos del ser humano por controlar y manipular la naturaleza.

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