Islas volcánicas: el aislamiento como motor de la evolución

La gran mayoría de las plantas canarias presentan sus parientes más próximos en regiones cercanas. Sin embargo, las plantas que en su momento llegaron a las islas tuvieron que adaptarse a un nuevo ambiente, evolucionando y mostrando, a lo largo de mucho tiempo, cambios genéticos, morfológicos, fisiológicos, químicos, ecológicos, etc. dando lugar a la flora actual de Canarias.

Los procesos que comprenden la evolución de las especies se conocen con el nombre de filogenia. La filogenia puede ocurrir por anagénesis (una especie evoluciona y da lugar a otra, desapareciendo la original) o por cladogénesis (una especie evoluciona y da lugar a otras por ramificación).

Según David Bramwell (1986), las más de 1200 plantas nativas y más de 500 endémicas conocidas de Canarias, surgieron de unas 186 “plantas madres”. Por tanto, debe haber sido el proceso de cladogénesis el que mayor contribución ha tenido en el origen de la flora canaria que actualmente conocemos.

Para que el proceso de evolución tenga lugar, los cambios en el material genético (mutaciones) que se dan en los individuos se van acumulando a lo largo de las generaciones, hasta originar una variabilidad genética (a veces conllevando cambios en su fisiología, bioquímica, morfología, etc.) que se puede traducir en una serie de ventajas adaptativas:

  • mayor capacidad de supervivencia de los individuos en su ambiente, 
  • mayor capacidad para colonizar nuevos ambientes, 
  • mejor adaptación ante cambios ambientales naturales (por ejemplo, un aumento de la aridez),
  • etc. 

Así, los individuos mejor adaptados al ambiente perpetúan sus genes (y por tanto sus rasgos beneficiosos) en la descendencia (conllevando en algunas ocasiones el proceso de especiación), mientras que aquellos que no presentan rasgos beneficiosos para adaptarse al ambiente, tienen mayor problema para perpetuar sus genes en la población, terminando por desaparecer.

En resumen…
Cuando la diáspora de un taxón llega a una isla y logra establecer poblaciones estables, no se diferencia de la planta origen continental, pero al adaptarse a este nuevo ambiente insular (con el paso del tiempo), y gracias a procesos naturales evolutivos, la población o poblaciones comienzan a diferenciarse de los individuos originales, e incluso de los individuos de otras poblaciones coetáneas. 

En el caso en el que todos las poblaciones sean iguales, pero diferentes al taxón original, se habla de anagénesis y es la deriva genética el motor más importante de especiación en estos casos (ej.: Navaea phoenicea, Plocama pendula, Bosea yerbamora, etc.). 

En el caso en que las poblaciones divergieran entre sí, dando lugar a taxones diferentes, se hablaría de cladogénesis o radiación adaptativa, siendo la selección natural el motor principal de este tipo de especiación (ej.: Aeonium, Argyranthemum, Echium, Limonium, etc.).