Invisibles: mujeres y conocimiento

LA CIENCIA DEL SIGLO XIX:
LOS COMIENZOS DE LA ESPECIALIZACIÓN DISCIPLINAR

La ciencia de la Ilustración daba paso a la del Romanticismo y los comienzos de la Revolución Industrial, confiada en el progreso por medio de la razón mostraba su rendimiento teórico y práctico. El modelo del mundo parecía cerrado, pero aún quedaba mucho que observar en los cielos y en nuestro mundo.

Caroline Herschel, hermana de William Herschel, aprende matemáticas y astronomía con su hermano y de forma autodidacta. Observa las estrellas cada noche con los telescopios cada vez más grandes que de forma experimental construye Herschel. En 1786 obtiene el reconocimiento público por la observación de un cometa y se le asigna un salario por parte de la corona, siendo la primera vez que una mujer lo logra. Completó los catálogos británicos de estrellas y un catálogo con las posiciones de unas 2.500 nebulosas.

Mary Somerville, llamada “la reina de la ciencia en el siglo XIX” es conocida por ser la traductora de Mécanique Céleste, de P. S. Laplace, con el título The Mechanism of the Heavens (1831). En esta obra incluyó una Disertación Preliminar y se convierte en texto central en los cursos de matemáticas en Cambridge. En 1834 publica On the Connexion of the Physical Sciences, un amplio tratado sobre la interdependencia de los fenómenos físicos y las conexiones entre las ciencias físicas. Faraday revisó varias ediciones de la obra, que llegaron a diez, además de las traducciones al francés, alemán e italiano, y de la que se venden más de 15.000 ejemplares.

En 1848 ve la luz Physical Geography. La obra estaba lista para la imprenta cuando se publica el primer tomo del Kosmos de Humboldt, lo que estuvo a punto de hacer que Mary destruyera la obra quemándola. Pero la envía a J. Herschel, quien recomienda su inmediata publicación. Se convierte también en el texto de referencia en las universidades inglesas durante los siguientes cincuenta años. Humboldt le escribe señalándole su más absoluta admiración y afirma que su texto es aún mejor que el suyo.

Mary Somerville instruye a la joven Ada Byron Lovelace. En 1841, Babbage presenta el proyecto de fabricación de su ingenio analítico y se publica en francés un artículo sobre la máquina. La contribución de Ada al proyecto fue particular. Traduce el texto al inglés, titulado Sketch of the Analytical Engine, e incluye sus originales ideas sobre la computación. Las notas, que triplican el texto, incluyen una variedad de programas para la máquina. Uno de ellos servía para computar los números de Bernoulli y es considerado el primer programa de computación. Ada escribió en las notas a la traducción: Resulta muy adecuado decir que el Ingenio analítico teje pautas algebraicas, al igual que el telar de Jacquard teje flores y hojas. (Nota A)

En la segunda mitad del siglo XIX, Darwin publica La descendencia del hombre y la selección en relación al sexo (1871), doce años después de la publicación de El Origen de las especies. La obra está dedicada al estudio detallado de la explicación de las diferencias sexuales de los animales según una línea evolutiva progresiva.

Los machos de la especie humana, afirma Darwin, desarrollaron no sólo tamaño y fuerza sino “razón, invención e imaginación”. Con el evolucionismo, las mujeres, perfectamente adaptadas para cumplir con sus funciones biológicas, no debían malgastar sus fuerzas y energía en la dedicación al estudio, debían reservarla para un fin superior: la conservación de la especie.

La Psicología construye una psique femenina de acuerdo con la visión cultural prevaleciente sobre la feminidad. La infantilidad de las mujeres era la marca de su inferioridad: física, psíquica, mental y moralmente. Los cuerpos de las mujeres se someten a las teorizaciones del médico que diagnostica de histeria femenina cualquier comportamiento asociado a la irritabilidad. Se practicaron multitud de histerectomías y se aplicaba electroestimulación en los genitales para liberar la libido reprimida.

Antoinette B. Blackwell responde a los argumentos de Darwin en Sexes Throughout Nature (1875), destacando los sesgos sexistas de la interpretación darwinista, y Helen H. Gardener estudió con rigor las supuestas diferencias entre cerebros, y en Sexo y cerebro (1888) denunció los prejuicios sexistas de las teorías sobre la inferioridad intelectual de las mujeres. Son los primeros de la multitud de estudios que se desarrollarán para analizar la presencia de prejuicios y estereotipos en muchas teorías científicas.

Harriet Matineau, Charlotte Perkins Gilman, Jane Addams y el grupo de las mujeres de Chicago, Marianne S. Weber, son algunos de los nombres de las mujeres que ofrecen en sus obras sociológicas detallados estudios de las situaciones de desigualdad social y las claves de la superación. Harriet Taylor influye en John Stuart Mill y su denuncia de la situación de las mujeres en The subjection of Women. Son las pioneras de las Ciencias Sociales.

Caroline Herschel recibe medallas de oro y reconocimientos de todas las sociedades científicas europeas y abrió el camino a las mujeres en la astronomía del XIX, como la estadounidense María Mitchell. En 1835 la británica Real Sociedad de Astronomía decide nombrar a Caroline Herschel y a Mary Somerville miembros de honor de la sociedad.

Las respuestas de las mujeres a esta supuesta inferioridad se producen a lo largo del S. XIX, desde el inicial texto de Mary Wollstonecraft, Vindicación de los derechos de las mujeres (1792) a la primera convención feminista Seneca Falls (1848) en EEUU.