El escritor, politólogo y diplomático José María Ridao ofreció el pasado miércoles, 25 de abril una conferencia en el auditorio de la Biblioteca General y de Humanidades con motivo de los actos institucionales del Día del Libro. Titulada «Galdós y Clarín: la novela de la excepción», la ponencia ofreció una visión de algunas novelas del naturalismo y el realismo español de finales del XIX, reivindicando su pertenencia a la tradición literaria europea de signo liberal y tolerante.
Ridao explicó que cuando Leopoldo Alas «Clarín» publicó el primer tomo de La Regenta en 1884, la crítica del momento acusó a la novela de ser una copia de Madame Bovary de Flaubert; tanto es así que el propio Clarín, que entonces estaba acabando el segundo volumen de la obra, pensaba que era un error haberla escrito. Tras la muerte de Clarín, en 1901 se publicó la segunda edición de la obra con un prólogo de Galdós en el cual, según el ponente, se excluye toda idea de copia y, por el contrario, sitúa la novela en la tradición española que arranca desde Cervantes y que tiene sus continuadores en Cadalso, Blanco Withe y, sobre todo, en el propio Galdós.
Esta tradición cervantina basada en el dominio de la estrategia narrativa que permite afirmar una cosa y la contraria, no surge en Cervantes, sino que tiene su antecedente en el Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam. Esa tradición está basada en una actitud narrativa mediante la cual la presentación de la realidad se lleva a cabo desde dos perspectivas diferentes y contrarias.
Ridao explicó cómo la influencia de esa tradición hispana que arranca desde Cervantes se extendió por varios países de Europa, principalmente Inglaterra, Portugal y Francia y, desde luego, llegó a Flaubert. El propio Galdós, refiere el conferenciante, cuando estaba escribiendo el prólogo a La Regenta también estaba defendiendo en él su propia novelística, la posterior a la de los Episodios nacionales, que no fue tan bien acogida por la crítica y, sobre todo, pensaba ya en su gran novela: Fortunata y Jacinta.

