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Científicos de la ULL investigan sobre el origen de las colas de los asteroides

miércoles 20 de febrero de 2013 - 13:02 GMT+0000

Científicos de la Universidad de La Laguna, en colaboración con investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía y el de Canarias,  han realizado diversos estudios sobre el nacimiento de las colas en los asteroides, un trabajo para el que han necesitado mucho tiempo de observación desde el Gran Telescopio Canarias, situado en La Palma. Fernando Moreno, director del CSIC de Andalucía, ha explicado al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) cómo se ha seguido la trayectoria del asteroide P/2012 F5 en torno al 1 de julio de 2011.

 

Al equipo le llamó la atención la presencia de este apéndice en algunos asteroides, ya que ésta no es una característica habitual de estos astros, a diferencia de los cometas, que sí suelen poseerlo. Por ello, han trabajado en una investigación que trata de averiguar el origen de las colas, compuestas de polvo y gas, de los asteroides que las poseen. Las peculiaridades de estas colas (brillo, anchura, etc.) han permitido obtener una deducción sobre las características y proporciones de sus componentes.

También han concluido al tamaño aproximado que debe tener el asteroide (de 100 a 150 metros de radio), y, en consecuencia, la cantidad de polvo liberada, la cual se calcula que pueda llegar al medio millón de toneladas. Estos datos han sido publicados en “The Astrophysical Journal Letters”.

Los investigadores han derivado de la observación de los datos obtenidos dos posibles hipótesis que podrían explicar el origen de la cola del asteroide. Por un lado, exponen  que puede haber surgido por colisionar con otro asteroide, o por una ruptura al realizar el propio movimiento rotacional. La segunda opción podría ser el progresivo desprendimiento de materia del astro, debido a una rotura parcial del mismo, que posiblemente sea producido por el movimiento giratorio a gran velocidad que realiza en su desplazamiento, y que supondría en algunos casos la pérdida de alguna de sus partes.

“Hemos comprobado que la dependencia de la velocidad de eyección de las partículas con su tamaño es muy débil, en concordancia con lo que ya obtuvimos para otro asteroide de este grupo: el 596 Scheila, que probablemente sufrió una colisión”, ha declarado Moreno.

Según sus observaciones a lo largo del tiempo, aunque no es la primera vez que se puede contemplar un asteroide con cola, la duración de las mismas no es siempre igual en todos. Además, aunque este fenómeno no sea muy corriente, consideran la aparición de más asteroides con esta característica en un futuro próximo.
 


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