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‘El eterno anfitrión’ o cómo demostrar que el teatro puede ser inclusivo

viernes 08 de febrero de 2019 - 10:14 GMT+0000

Cartel de El Eterno AnfitriónUn reparto integrado por personas invidentes, otras con resto visual y otras con su capacidad de ver intacta se subirán este sábado, 9 de febrero, al escenario del Paraninfo de la Universidad de La Laguna para representar El eterno anfitrión, un texto teatral que el escritor canario Luis Alemany concibió en 1994.

La obra, una alegoría calderoniana sobre la existencia humana, dibuja un mundo tenso, absurdo y bastante disparatado del que no queda más remedio que reírse. Con sugerentes cuestiones de fondo, como si basta solo con no ver para ser ciego o si es posible hacer una crítica del sistema sin caer en el panfleto político, los diferentes personajes plantean cómo se construyen las convenciones, clichés, creencias y etiquetas de las que las personas acaban siendo prisioneras. No obstante, queda un espacio para la risa y, por tanto, una oportunidad para la esperanza y el renacimiento.

El Cuadro Escénico Ángel Guimerá, uno de los grupos de teatro con mayor trayectoria dentro de la ONCE, está detrás de esta versión particular que demuestra que la cultura en general, y el teatro en particular, pueden y deben ser inclusivos. Dirigida por la actriz tinerfeña Lioba Herrera e interpretada por Andrés Guillén, Sandra Santana, Octavio Carballo e Isidoro Padilla, la adaptación de El eterno anfitrión es la expresión manifiesta de que las fronteras o limitaciones para hacer teatro no las ponen los textos, sino nuestras cabezas.

“Los ciegos totales nos apoyamos en diversas técnicas y, sobre todo, en la presencia y la voz de los compañeros para no perder las referencias sobre el escenario”, cuenta Andrés Guillén, que interpreta al anfitrión. “Lo más importante es superar los miedos, confiar en que eres capaz de hacerlo y tener una mucha complicidad con el equipo. Actuar en el Paraninfo no es cualquier cosa, por eso vamos antes, hacemos una labor de reconocimiento del espacio y ensayamos más para que no haya problemas, sobre todo en las entradas y salidas de escena”, explica.

El anfitrión es un personaje soñador, inmerso en su propio mundo para el que lo único importante es cumplir una extraña misión para unos emisarios. El contrapunto pragmático y realista lo pone su esposa, interpretada por Sandra Santana, que intuye que las intenciones de los supuestos emisarios no están del todo claras.

Para ella, que perdió la vista a los 34 años, esta será su segunda obra y su primer papel largo desde que hace dos años se decidió a formar parte del Cuadro Escénico Ángel Guimerá. “Es un reto y una satisfacción subirme al escenario y actuar delante de mucha gente”, reflexiona, “porque, a pesar de que al principio pensé que no sería capaz, me gusta, me desestresa y me ayuda a desenvolverme mejor en público”.

Sandra Santana tiene claro que la capacidad de ver “no te da ni te quita nada”. En su caso, nunca se ha sentido inferior ni añora su vida anterior, cuando veía. “Lo único que echo de menos es conducir, pero del resto, no me ha resultado difícil aprender a vivir de nuevo. Asumí la situación, busqué ayuda y comencé una nueva etapa”.

Tanto Sandra Santana como Andrés Guillén celebran que las personas con discapacidad sean cada vez más visibles por sus logros. Premios como el de su compañero Jesús Vidal –Goya 2019 al mejor actor revelación por la película Campeones de Javier Fesser- no son habituales y, precisamente por eso, saben mejor. “Es importante que la sociedad no nos vea como a cositas raras o como un mueble arrimado”, afirma Sandra Santana. Para Andrés Guillén “es tremendamente positivo contar con historias así, sin un tratamiento lastimero de la discapacidad y con una visión que echa mano del humor”.

De las tres palabras que Jesús Vidal eligió en su discurso –diversidad, visibilidad e inclusión- ambos coinciden. “La verdad es que Jesús escogió muy bien los conceptos, pero lo fundamental es la inclusión, sentir que formamos parte de un todo en el que ni me cuidas ni me dejas de cuidar”, argumenta Guillén. Por su parte, Sandra Santana aboga también por que la inclusión sea la prioridad, especialmente en el terreno laboral: “No se están cumpliendo los porcentajes de contratación y no podemos depender de nuestras familias o de una mísera pensión no contributiva”.

Como desde hace cinco décadas, el Cuadro Escénico Ángel Guimerá de la ONCE representará el sábado una ficción que se parece demasiado a una realidad llena de claroscuros, aunque esta vez vuelve a ganar la inclusión.

El eterno anfitrión se presentará el sábado, día 9 de febrero, a partir de las 20:30 horas. Las entradas tienen un precio de 5 euros y están a la venta en la página web del Paraninfo en Tomaticket o en la taquilla del recinto 60 minutos antes del espectáculo.


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