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Docencia sin aditivos: los mejores TFG de Educación

viernes 20 de julio de 2018 - 10:58 GMT+0000

Su visión dista mucho de la que tienen los “maestros tradicionales”. Quieren acabar con ese sistema educativo tan formalizado que ha imperado hasta ahora. No pretenden cambiar el mundo pero sí, y en la dosis adecuada, romper con las dinámicas de rutina instaladas en las aulas, un territorio por conquistar al que ya se asomaron casi todos al hacer las prácticas de fin de grado. Allí tendrán que enfrentar los desafíos de la educación y el aprendizaje, que no son pocos. Y todo eso en una sociedad en constante transformación que les exigirá estar siempre al día.

Haciendo honor a la generación Z a la que pertenecen, Ruth Eva, Sara, Carolina, Yeray, Agustín y Anabel aspiran a convertirse en maestros y profesores ‘post-millennials’ con un objetivo claro: conseguir que los estudiantes desarrollen habilidades de una manera menos reglada y más natural en un país (España) en el que hay 18 sistemas educativos diferentes, donde los docentes han perdido un 25% de su capacidad adquisitiva desde 2010, y en el que sus sueldos varían notablemente de una comunidad autónoma a otra.

Aunque los datos son contundentes y apuntan a un debilitamiento de la profesión docente durante estos últimos años, ‒ un 33 % de los profesores de
educación primaria a secundaria tenía, al menos, 50 años en 2015‒, ellos son conscientes de dónde se están metiendo: “La gente piensa que ser maestro es
fácil y no es así; cada vez tienes que tener en cuenta más cosas, tienes que estar formándote constantemente”. “Lo fácil es coger el libro que te da la
editorial y ponerte a darlo”.

Así de claro lo tienen Carolina Arteaga Montesinos y Yeray Crisóstomo Baute. Ambos se convirtieron en maestra y maestro en Educación Primaria el pasado

Carolina Arteaga y Yeray C. Baute Suárez

curso tras presentar su Trabajo de Fin de Grado (TFG) y ambos están de acuerdo en que hay que “cambiar la metodología e ir adelante sin miedo”. Defienden a capa y espada una profesión que ha de ser “vocacional porque, si no, te amarga la vida”. Para que eso no ocurra abogan por que los maestros asuman un nuevo rol basado en una “educación vivencial” que ayude a los alumnos a ir motivados a clase.

Y en la defensa de esa educación vivencial, así como en su afán por añadir más dosis de realidad a las aulas, llamaron «Discover Tenerife» a su TFG. Un proyecto (inicialmente en inglés) en el que los niños de primero a sexto de primaria trabajaron seis situaciones de aprendizaje relacionadas con seis recursos naturales de la isla de Tenerife. Una vez definidos los contenidos que sobre Canarias se imparten en los colegios, establecieron una situación por
curso.

En el CEIP Camino Largo, donde pusieron en práctica su TFG, abordaron ‘¡Climatízate!’ con los alumnos de tercero, una experiencia que Carolina califica
de “genial porque se rompió con lo establecido y a los niños les encantó”. La situación ¡Señor Teide, allá vamos!’, que dio pie a la construcción de un volcán
para saber cómo se habían formado las islas, la pusieron en marcha con los niños de quinto curso.

Sin perder de vista que “la vida es muy diferente a la escuela”, Yeray está “haciendo cosas” similares en el CPEIPS San Pablo que compagina con sus
estudios de idiomas y Carolina cursa el máster de educación y TIC de la ULL. Los dos creen firmemente que con “motivación, creación y colaboración” es
posible dibujar la escuela del futuro, que ya está perfectamente trazada en sus cabezas.

Maestras de Infantil

Ruth Eva González y Sara García

En España 1,7 millones de niños fueron matriculados durante el pasado curso escolar 2016/2017 en 22.475 centros de Educación Infantil (públicos y privados) repartidos por toda la geografía nacional. De ese 1.775.264 de alumnos, 57.535 pertenecen a centros ubicados en Canarias en los que se imparten clases de primer y segundo ciclo a niños de edades comprendidas hasta los tres años y desde los tres hasta los seis, respectivamente.

Es el escenario en el que van a desenvolverse Ruth Eva González Pérez y Sara García Morales. Ambas son plenamente conscientes de la importancia de esta etapa, en la que se ahonda en el crecimiento afectivo de los niños, en su integración y en la conquista de su propia autonomía. Por eso las dos, aunque
de diferente manera, se decidieron por los estudios de Grado en Maestro de Educación Infantil de la ULL sin ninguna duda: querían estar con niños, enseñarles para, a la vez, aprender de ellos porque lo que verdaderamente importa es “el aprendizaje y no los resultados”, algo que en el sistema educativo actual no ocurrirá hasta que “haya un cambio” en las leyes vigentes.

Su TFG «El tratamiento de la diversidad en los centros escolares: diferencias en los entornos urbanos y rurales» les valió una merecidísima Matrícula de
Honor (MH). Les suscitó curiosidad que no hubiese demasiada información al respecto y centraron su investigación en los centros educativos en los que
hacían las prácticas: los CEIP Camino de La Villa, Francisco Afonso Carrillo, Ernesto Castro Fariña, María Isabel Sarmiento y el IES Domingo Pérez Minik.
En todos ellos entrevistaron a profesores y padres para saber hasta qué punto influye el entorno en la educación de los niños y cómo de implicadas están las familias en la formación de sus hijos. ¿La conclusión? Que actualmente están igual de concienciados los padres que viven en zonas rurales y los que lo
hacen en la ciudad, aunque estos últimos tengan más medios, quizá tienen menos tiempo, al llevar una vida más ajetreada.

Implicación y vocación son conceptos clave para Sara y Ruth, que cuando se dio cuenta de que el derecho no era para ella se empeñó en ser maestra al
descubrir que “la docencia es una rama preciosa” pero que “necesita una reforma, más ayuda a los niños y más apoyo por parte del maestro”,
respetando siempre el ritmo de aprendizaje del alumnado. Las dos, como Yeray y Carolina, confían en que cada vez haya menos “profesores de la vieja
escuela y profesores sin vocación”, que ven la carrera solo como una salida profesional más.

Ellas contemplan la Educación Infantil como algo decididamente vocacional. Ahora lo que toca es seguir formándose. Acaban de terminar un máster en
estudios avanzados de la Universidad de Salamanca, piensan prepararse oposiciones y centrarse en la búsqueda de un trabajo que, a otro compañero,
Agustín Cristóbal García San Millán, le llegó, precisamente, de la mano de su TFG: «Aplicación del modelo sport education para desarrollar la motivación en
Educación Física».

Sport education

‘Aprender a enseñar la educación física’ es lo que hace el experto Daryl Siedentop desde mediados de la década de los 90, cuando publicó su famoso

Agustín García

método (sport education), reeditado hasta la saciedad, y en el que explicaba un novedoso sistema que Agustín, alumno de cuarto de Magisterio en Educación
Física, quiso abordar en su TFG.

Después de realizar un análisis de los proyectos educativos basados en ese modelo en todo el mundo, encontró centro para desarrollarlo: el colegio La Milagrosa de La Orotava. Allí lo experimentó con alumnos de sexto de Primaria que practicaban atletismo. El resultado no pudo ser mejor, sobre todo porque continuó trabajando durante el curso escolar gracias a la estupenda impresión que causó su iniciativa: “La motivación aumentó en comparación con las clases impartidas con una metodología más tradicional”. Por tanto, el modelo es “efectivo” porque incrementa la “autonomía e implicación” del alumnado.

Lo que diferencia al ‘sport education’ del modelo de enseñanza tradicional en el que el profesor asume siempre el rol protagonista es que “con este método el
protagonismo recae en el alumnado”, dice Agustín. Ese intercambio de papeles se vivió como si de una temporada real se tratara. Los alumnos crearon los
equipos de atletismo, se repartieron los roles como entrenador y preparador físico y jugaron las fases como una auténtica pretemporada. Hasta hubo
celebración final y entrega de premios.

Agustín estaba tan convencido del método ‒a pesar de ser poco conocido en España‒como de quién iba a ser su tutor: Francisco Jiménez Jiménez. “Con él vale la pena embarcarse en cualquier cosa porque forma parte de “uno de los mejores equipos docentes que hay en el ámbito nacional”. Su intención ahora
es desarrollar este método en la ULL y hacer un máster para perfeccionar su formación docente: “Los alumnos necesitan de tu mejor versión estés bien o
estés mal, por eso es muy importante ser conscientes del papel que tenemos como maestros”.

Devoción y vocación

Anabel Bethencourt

Quiere devolverle a la Universidad de La Laguna lo que ella recibió como alumna de Pedagogía, rama en la que se graduó el pasado curso y por la que siente verdadera devoción. Y quiere hacerlo como profesora, dando clases en la misma facultad en la que se estudió. Sabe que es difícil pero no va a parar
hasta conseguirlo porque a Anabel Bethencourt Aguilar lo que le mueve es la pasión, la única cosa capaz de “impulsarte para conseguir tus objetivos”.

Y todo esto lo dice una alumna distinguida con el premio extraordinario de fin de titulación de la Universidad de La Laguna y autora del mejor TFG de su rama, «Las TIC en la educación escolar: una revisión teórica y bibliométrica de las publicaciones académicas en español», un proyecto en el que contó con la ayuda de su tutor, Víctor Hernández Rivero, con el que sigue aprendiendo ya que está vinculada a su trabajo y al de otros profesores que conforman el grupo de investigación EDULLAB, Laboratorio de Educación y Nuevas Tecnologías de la ULL. Gracias a ellos ha podido observar la realidad del profesorado con los ojos y la mirada de un investigador.

Para su TFG, Anabel decidió embarcarse en una revisión bibliográfica y teórica de varios artículos de investigación. Examinó y extrajo las conclusiones sobre
diferentes tópicos: la coordinación, el asesoramiento, cómo impactan en el aprendizaje las TIC, cuáles son los resultados, sus beneficios en el aprendizaje
de los alumnos, la opinión de los docentes… Un examen concienzudo que le ha servido como paso previo al doctorado que quiere comenzar tras terminar el
máster online en educación digital por la Universidad de Extremadura.

En no demasiado tiempo se adentrará en un universo educativo en el que los profesores y maestros son, sin ninguna duda, la columna vertebral que lo
sostiene. Cambiante, apasionante y complejo, el mundo de la enseñanza comienza a allanarse sobre un terreno en el que estos nuevos docentes
enseñarán desde el impulso a la motivación, la curiosidad y la creatividad del alumnado. Todo un reto en el que tendrán que emplearse a fondo.

Fuentes consultadas en este reportaje: Indicadores Educación OCDE 2017; Informe curso escolar 2017/2018 (Ministerio de Educación); Informes Educación UGT

Gabinete de Comunicación


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