Las papas azucenas blancas y negras, la papa negra, la torrenta y los distintos tipos de papas bonitas son algunas de las variedades antiguas cultivadas en Tenerife. Este tubérculo fue introducido en Canarias desde América. “Aquí llegaron variedades procedentes de los dos centros de origen de la papa en América: la cordillera de los Andes y la isla Grande de Chiloé, en Chile, durante el siglo XVI y en los siglos posteriores. Desde Canarias, las papas fueron llevadas a Europa”, explica Domingo José Ríos Mesa, investigador del Departamento de Ingeniería Agraria y del Medio Natural de la Universidad de La Laguna.
Este fenómeno no fue exclusivo de la papa, sino que también ocurrió con muchos otros cultivos que llegaron de América o partieron desde Europa. Así, Canarias tuvo un rol fundamental como punto estratégico en el intercambio agrícola entre continentes. Precisamente, el 30 de mayo, Día de Canarias, también se celebra el Día Internacional de la Papa. En diciembre de 2023, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) designó esta fecha con el objetivo de concienciar sobre los múltiples valores nutricionales, ambientales y culturales de la papa, así como su contribución como fuente de alimento e ingresos para muchas familias y productores rurales en todo el mundo.
Según Ríos Mesa, las variedades tradicionales de papas de Tenerife guardan un cierto parecido con las existentes en los Andes y en la isla Grande de Chiloé. Sin embargo, algunas de estas han evolucionado hasta conformar un grupo de variedades antiguas único a nivel mundial. De este modo, las variedades canarias constituyen un reducto diferenciado del resto de las papas del mundo.
En este sentido, Ríos Mesa cuenta que diversos estudios genéticos han demostrado que las papas de Canarias representan una biodiversidad evolucionada a partir de las variedades que llegaron inicialmente al archipiélago. Esto ha llevado a considerar a las islas como un posible centro secundario de origen de este tubérculo. De hecho, algunas investigaciones señalan que ciertas variedades de papas de Tenerife son híbridos de origen desconocido o presentan características genéticas y fenotípicas únicas a nivel mundial.
El banco de la diversidad agrícola
En relación con la singularidad genética, la labor del Centro de Conservación de la Biodiversidad Agrícola de Tenerife (CCBAT), del que Ríos Mesa es director, resulta clave. Este centro actúa como el principal guardián de la diversidad agrícola del archipiélago y, en particular, de la papa. “Se trata del banco de germoplasma agrícola más importante de Canarias y uno de los más relevantes de toda España, siendo además banco de referencia nacional en la conservación y estudio de las variedades de papa”, expone Ríos Mesa. Actualmente, el CCBAT conserva más de 120 accesiones de este tubérculo, muchas de ellas únicas no solo a nivel regional, sino también nacional e incluso mundial.
Sin embargo, la conservación de esta riqueza genética no depende únicamente de su preservación en bancos como el CCBAT. También resulta fundamental su conservación in situ, es decir, el mantenimiento activo de estas variedades en manos de los agricultores y agricultoras, quienes las cultivan, seleccionan y comercializan en sus entornos. “Su conservación depende de la competitividad del sector y de la adopción de medidas especiales que protejan tanto al agricultor o agricultora como a la biodiversidad agrícola de las medianías”, señala Ríos Mesa. Uno de los principales retos es el cambio climático, que puede provocar el desplazamiento de parte de esta biodiversidad. Aun así, Ríos Mesa afirma que muchas de las variedades locales han demostrado una mejor capacidad de adaptación a estos entornos.
A la presión ambiental se suman los retos económicos y sociales que enfrentan los agricultores y agricultoras que apuestan por las variedades tradicionales frente a las comerciales. “Desde mi punto de vista, las papas comerciales y locales en Tenerife, y en Canarias, se pueden complementar, siempre que seamos capaces de conservarlas, ya sea cultivándolas o en bancos de germoplasma como el CCBAT”, afirma. Además, las variedades comerciales y locales se diferencian en sus usos y en los segmentos de mercado a los que se dirigen. “En muchas ocasiones, se trata de mercados diferenciados”, sostiene.
Las medianías de secano en Canarias son un ejemplo de cómo las variedades locales de papa juegan un papel importante en la sostenibilidad de los agrosistemas tradicionales. Estas variedades no solo son parte esencial del paisaje agrícola, sino también muestran una alta adaptabilidad a las nuevas condiciones climáticas. Esta capacidad de adaptación convierte a la papa local en un cultivo estratégico para afrontar los retos que plantea el cambio climático. No obstante, Ríos Mesa reconoce que la papa presenta una fuerte interacción genotipo-ambiente, lo que significa que su desempeño depende directamente del lugar y las condiciones concretas del cultivo.
La lucha contra la polilla guatemalteca
La polilla guatemalteca, introducida en Canarias a finales del siglo XX, se ha convertido en una de las plagas más destructivas para el cultivo y almacenamiento de la papa en Canarias. A diferencia de la polilla que estaba anteriormente (Phthorimaea operculella), cuya fase aérea facilita el control químico, la polilla guatemalteca (Tecia solanivora) desarrolla casi todo su ciclo en el suelo o dentro del tubérculo, dificultando el uso de pesticidas convencionales, cuenta Raimundo Manuel Cabrera Pérez, investigador del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de La Laguna.
Por ello, Cabrera Pérez señala que cuando empezaron a investigar esta plaga, decidieron apostar por métodos de control integrado, con un fuerte énfasis en el control biológico. Entre las estrategias empleadas destacan el uso de trampas con feromonas para atraer y capturar a estas polillas, la aplicación de productos naturales, como el aceite de neem, para repeler la plaga y la introducción de enemigos naturales, como himenópteros parasitoides, que afectan a los huevos de esta polilla.
Estos métodos, probados en zonas como La Juncia (Tierra del Trigo) e Icod el Alto, lograron reducir significativamente las pérdidas totales de papa hasta menos de un 5% (cuando anteriormente pasaban del 50-60% aproximadamente). “En la zona de Icod el Alto participaron casi 100 agricultores y allí soltamos insectos copidosoma, se hacía trampeo masivo en las parcelas, se aplicaban medidas culturales recomendadas por el Cabildo de Tenerife”, cuenta Cabrera Pérez. Sin embargo, la persistencia de focos donde no se realizaba ningún control dificultaba el éxito total del programa. “Había agricultores que dejaban las papas bichadas sobre el terreno y eso se transformaba en un foco”, cuenta Cabrera Pérez.
Aparte de la polilla guatemalteca, los agricultores y agricultoras canarios han aprendido a manejar otros problemas como los pulgones o la virosis con una gestión constante y la selección cuidadosa de semillas sanas. En este sentido, el Cabildo insular ha realizado una labor importante ofreciendo asesoramiento y seguimiento técnico a los agricultores y agricultoras.
Finalmente, la vigilancia fitosanitaria es crucial para evitar la entrada de plagas, como el escarabajo de la papa, que aún no ha llegado a Canarias gracias a las estrictas medidas de cuarentena, evitando que entren papas de zonas afectadas. “Hasta ahora, eso ha funcionado”, afirma Cabrera Pérez.
El rico valor nutricional de las papas
Las papas canarias destacan por su valor nutricional, especialmente por la calidad de su proteína. Aunque no tienen un alto contenido proteico, sí aportan aminoácidos libres que, si bien mejoran su valor nutricional, favorecen la formación de acrilamida (una sustancia tóxica considerada potencialmente cancerígena) al freírlas. “Por eso, estas papas son mejores cuando se consumen cocidas o arrugadas”, afirma Beatriz Rodríguez Galdón, investigadora del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología Farmacéutica de la Universidad de La Laguna.
El tipo y cantidad de aminoácidos también permite estimar su calidad nutricional. “La papa posee una calidad media-alta si la comparas con otras proteínas vegetales”, afirma. “Las de origen animal son mejores porque tienen todos los aminoácidos esenciales, las vegetales, en cambio, suelen ser deficitarias en algunos de ellos”, añade.
“Entre las variedades de Tenerife, la papa negra yema de huevo es la más rica en proteína, aminoácidos y almidón, además de ser muy cremosa”, señala la investigadora. Otras, como la borraja, tienen niveles más bajos. La composición química varía según factores ambientales como suelo, clima o cultivo.
Rodríguez Galdón señala que las papas locales tienen menos agua y más nutrientes que las comerciales. “Aunque las papas de fuera destacan por tener más vitamina C, las canarias aportan más antioxidantes y fenoles, beneficiosos frente a enfermedades como el cáncer, la diabetes o el Alzheimer”, sostiene. Y agrega: “Incluso presentan niveles de vitamina C muy elevados, superiores a los de un plátano o una manzana”.
Conocerlas para protegerlas
Todos estos estudios han servido para reforzar la Denominación de Origen Protegida (DOP) de las papas antiguas de Canarias. “El objetivo era identificar las variedades, clasificarlas agronómicamente y conocer su valor nutricional”, afirma. “Todo esto sirvió para crear una marca de calidad y evitar que se abandonen, que se sigan cultivando”, explica Rodríguez Galdón.
Además, los análisis químicos permiten proteger al consumidor frente al fraude, un fenómeno cada vez más frecuente. “Hay muchas papas de fuera que se venden como si fueran de aquí. Las importan, las envasan aquí y las venden como papas canarias”, cuenta.
Con proyectos como “Diseño y desarrollo experimental para caracterizar la huella dactilar de la papa cultivada en Canarias con la finalidad de certificar su autenticidad y origen geográfico, para proteger a productores y consumidores de potenciales fraudes”, desarrollado en colaboración con el Instituto Tecnológico de Energías Renovables (ITER), el equipo de investigación trabaja en la creación de una huella química que permita verificar el origen real del cultivo.
Por último, Rodríguez Galdón reflexiona: “La papa es un alimento muy completo, pero está un poco olvidado. Tiene menos del 0,1% de grasa, aporta vitaminas, compuestos fenólicos y almidón, que es un carbohidrato complejo. Debería ser un alimento básico en nuestra dieta, y, sin embargo, se está dejando de lado por productos ultra procesados”.
(Este reportaje es una iniciativa enmarcada en el Calendario de Conmemoraciones InvestigaULL, proyecto de divulgación científica promovido por la Universidad de La Laguna).
Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (Cienci@ULL)