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MIC viaje a las instituciones europeas

miércoles 04 de mayo de 2016 - 12:50 GMT+0000

Tribunal de Justicia

La visita a las instituciones representó para mis compañeros y para mí una experiencia única. No podemos negar que los días que antecedieron al viaje estuvieron acompañados de nervios y ansias. Nadie estaba muy seguro de qué esperar del viaje, si bien nuestros profesores insistían en que era una de las mejores partes del MIC.

El programa de la semana incluía visitas a la Comisión y el Parlamento en Bruselas y al Tribunal en Luxemburgo. Así, con maletas e incertidumbre al hombro, tomamos nuestros respectivos vuelos.

Los primeros tres días estaban dedicados a la Comisión. El primer día, recibimos algunas charlas introductorias con las cuales pudimos conocer más sobre el funcionamiento de la Dirección General de Interpretación (o SCIC) y su proceso de selección de intérpretes. Después, algunos compañeros tuvieron la oportunidad de hacer una simulación de una prueba de acceso. Con sus pros y sus contras, los que participaron se llevaron un buen sabor de boca al haber podido recibir comentarios de expertos ajenos al MIC, pudieron localizar no sólo errores a corregir para los exámenes finales sino aciertos que han de explotar a lo largo de su carrera. Estar frente a un jurado nunca es fácil, es salir de nuestra zona de confort, pero como bien nos dijeron los miembros del jurado, a veces no nos damos cuenta del progreso que logramos y dudamos de nosotros mismos; esta experiencia deberá servir para darnos cuenta de que podemos enfrentarnos a un tribunal en un futuro y de que como estudiantes aún tenemos un poco más de tiempo para refinar nuestra técnica; no aprobar un examen no tendría por qué desanimarnos sino impulsarnos a mejorar.

El segundo y el tercer día tuvimos la gran oportunidad de hacer cabina muda en la Comisión. Pudimos echar un vistazo de cerca a la dinámica de las reuniones y de los intérpretes, todo parece tan normal y cotidiano. El ver a estos intérpretes haciendo su trabajo de diario, revisando los documentos que les daban y maniobrando con los discursos nos recordó que la práctica (y la documentación) hacen al maestro. En lo personal, la cabina muda me permitió marcarme nuevos parámetros y objetivos sobre mi labor, y es que hay una gran diferencia entre conocer en la teoría qué nivel tenemos que alcanzar y escuchar a qué suena ese nivel.

Luego llegó el tren a Luxemburgo, donde acudiríamos a una vista en el Tribunal. No voy a mentir, desde el primer segundo de la vista y hasta el último quedamos abrumados. A las reuniones de la Comisión que a ratos nos sonaban accesibles les pasaron por encima toda la terminología y la velocidad que un intérprete puede temer. La sesión duró menos de lo esperado y luego nos reunimos con dos de los intérpretes de cabina española. Estaban ahí para responder a nuestras preguntas, pero cómo plantear la pregunta más básica: ¿cómo lo hacen? Una vez más, la respuesta era muy simple: no perdamos de vista el objetivo de nuestra labor, comunicar. Marina Pascual, de la cabina española, enfatizó que nuestra función es “parar el golpe” para el cliente, hacerle el mensaje digerible, independientemente de su complejidad.

Este viaje fue una de las razones por las que elegí el MIC. Confieso que mi tirada no es precisamente trabajar para las instituciones europeas (por lo menos no en este momento), pero desde que comencé la carrera y gracias a todo lo que escuché durante mi licenciatura en México, las cabinas de sedes tan importantes como son las instituciones europeas me despiertan admiración (para todo aquel al que le interese, recalco que en el viaje también me enteré de que la presencia de intérpretes de Latinoamérica en las instituciones europeas no deja de ser relevante). Ver con mis propios ojos cómo es la vida ahí dentro definitivamente es una oportunidad que no todos tenemos.

Fueron varios los aprendizajes que nos dejó este viaje, pero sobre todo nos recordócosas que es fácil perder de vista cuando estamos sujetos a una evaluación constante. Al convivir con todos estos intérpretes de las instituciones pude darme cuenta de que ellos también estuvieron en mi lugar y tuvieron que recorrer un largo trecho para llegar a donde están. Me recordaron que durante como estudiantes nuestra tarea es no sólo ubicar nuestros puntos débiles, sino trabajarlos y como profesionales debemos aprender a corregir los errores.

Quizá lo más importante sea haberme dado cuenta de que para los intérpretes, desde la cabina española hasta la china, el objetivo siempre será el mismo: comunicar.


Archivado en: Máster Propio en Interpretación de Conferencias