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La economista Genoveva Roldán demuestra en Campus América que los argumentos xenófobos de Trump son falsos

lunes 16 de octubre de 2017 - 18:50 GMT+0000

Genoveva Rolldán

Genoveva Roldán Dávila, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha participado hoy, lunes 16 de octubre, en las jornadas sobre Migraciones, Género y Derechos Humanos con la ponencia “Trump y los escenarios migratorios”. En ella, desmontó con varias gráficas y datos cuantitativos que esa idea de que los mexicanos migrantes “roban” el empleo de los estadounidenses que sustenta el actual inquilino de la Casa Blanca es falsa.

Así, expuso una gráfica comparativa de la tasa media anual de empleo en EEUU entre 1994 y 2012, en la que una línea representaba a los trabajadores nativos y otra los migrantes, con cifras extraídas de bases de datos oficiales americanas y de organismos internacionales. Se verificaba a simple vista que ambas iban a la par, es decir, que en los años en los que había un repunte de trabajo de nativos, también lo había de migrantes, mientras que, si en otro año bajaba el empleo entre los primeros, también lo hacía entre los segundos.

“Si el relato de Trump fuera cierto, lo que tendría que ocurrir es que cuando el empleo nativo bajara, subiera le de inmigrantes. Pero no es así”. El mismo comportamiento se dio en otros gráficos expuestos, como el de la tasa de crecimiento de migrantes en EE.UU., que alcanzó su cénit en 2001, con la llegada de la crisis de las “puntocom” y, desde entonces, se ha mantenido estacionaria. Es decir, que en los últimos quince años no ha crecido el empleo migrante.

Pese al título de su ponencia, Roldán Dávila no quiso focalizar todo el interés en Trump. De hecho, lo citó como un ejemplo más del rebrote de ciertas políticas de ultraderecha con discursos xenófobos que se están dando en todo el mundo, con ejemplos como los de Macri en Argentina, Le Pen en Francia, Orbán en Hungría o los defensores de “Brexit” como Farage.

En su opinión, este fortalecimiento de políticos que fijan en los migrantes el origen de todos los males en sus respectivos países se debe a la búsqueda de una excusa que enmascare el verdadero mal: la crisis profunda del capitalismo desde hace 30 años.

No sin cierta ironía, Roldán Dávila interpeló al público: “¿Se acuerdan hace 30 años, cuando llegó la globalización? ¿Cuando se hablaba del fin de la historia y de la aldea global? ¿Qué ha pasado con todas esas promesas? No se han cumplido y, de hecho, no sólo no hemos logrado el crecimiento anunciado, sino todo lo contrario: nunca ha tenido la historia de la humanidad los niveles de desigualdad de hoy”.

Además, según la economista, los datos de organismos como el Banco Mundial o la OCDE señalan claramente que donde más desigualdad se ha producido no es en México, sino en países como Estados Unidos o España.

En la actualidad, México es un país en el que se dan las cuatro grandes circunstancias de los procesos migratorios: es país de origen, de tránsito, de retorno y también de destino, pues recibe en la frontera sur a miles de inmigrantes de Guatemala. La ponente trazó la analogía que México es para Estados Unidos lo que Turquía es para la UE: el “dique” para frenar la llegada de inmigrantes, de Centroamérica en el primer caso y de Siria en el segundo.

La economista mexicana también se detuvo a hablar del papel de la mujer en el proceso migratorio, revelando que, inicialmente, su presencia estaba totalmente invisibilizada, puesto que el fenómeno estaba totalmente masculinizado: ellos se iban a trabajar y ellas eran meras acompañantes. Sin embargo, ha habido épocas en las que el empleo femenino ha subido, pero siempre de manera puntual e interesada.

En ese sentido, estableció una relación directa entre los términos “capitalismo” y “patriarcado”, y señaló que para el sistema económico desde finales del siglo XIX, las mujeres han sido el gran nicho de trabajo fluctuante. Cuando hacían falta, se las llamaba y, cuando ya no eran necesarias, se las devolvía al hogar: ocurrió en la Revolución Industrial; de nuevo en las guerras mundiales, cuando los hombres estaban en el frente y se recurrió a las mujeres para el trabajo industrial; y en los años 70, cuando el trabajo dejó de ser industrial y requería una mano de obra más precisa.

La ponente señala que en estos momentos está volviendo a ocurrir lo mismo, y, por ello, empiezan a proliferar discursos que, nuevamente, señalan que no hay trabajo para los jóvenes y que, quizás, la mujer debería volver a las casas. Algo que, en opinión de la experta, sería un retroceso social inadmisible.


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