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El consultor José Luis Chong sitúa la creatividad en el centro de los procesos de transformación digital

martes 02 de julio de 2019 - 13:22 GMT+0000

El especialista en transformación digital de la compañía Ernst & Young en México José Luis Chong Tenorio ha sido el ponente que ha abierto hoy, martes 2 de julio, el seminario de Campus América “Transformación digital de las personas. Estrategias para la innovación, investigación y validación de productos y servicios digitales”. En su intervención analizó qué es y cómo se debe abordar el tránsito tecnológico de las empresas y, aunque abordó varios aspectos, puso especial énfasis en la creatividad, entendida como “un proceso que se puede enseñar y entrenar”.

Para contextualizar su charla, el ponente clarificó que la trasformación digital no se refiere únicamente a lo tecnológico, sino que supone un cambio de cultura organizativa que deben afrontar las empresas para adaptarse a esta nueva era, caracterizada por el cambio continuo. Chong Tenorio la definió como “una estrategia de estrategias para mejorar la experiencia del cliente, mejorar la eficiencia interna y, eventualmente, transformar el modelo de negocio”.

Para encarar esa trasformación, el ponente opina que es importante que cada empresa cree una cultura que favorezca esa evolución. Y los cambios “comienzan por las personas, que deben adquirir ciertas habilidades y trabajar bajo un liderazgo que es el que crea e impulsa esa cultura”. Por ello, a la hora de implementarla, es necesaria especificar qué tecnología se va a utilizar, así como analizar si es necesario modificar los procesos y modelos de gobierno.

En ese cambio personal, hay que tener en cuenta que las habilidades necesarias hoy podrían muy bien cambiar en cinco años, por lo que la evolución ha de ser constante. El especialista citó un estudio que señala que, en 2020, serán especialmente determinantes características como la resolución compleja de problemas; el pensamiento crítico, para analizar las situaciones desde diferentes puntos de vista; la inteligencia emocional, para ser capaces de controlar las propias emociones ante tanto cambio; la flexibilidad cognitiva, que facilita la empatía; y la ya citada creatividad.

Sobre ésta última, Chong Tenorio recalcó que sobre ella hay muchos mitos que trató de desmotar. Así, se cree que es innata y, si bien es verdad que hay individuos que nacen con esa capacidad muy desarrollada, lo cierto es que se puede entrenar. También se suele asociar al arte, pero se da en todas las áreas del ser humano. Otra creencia es que los niños son más creativos, pero lo que sucede realmente es que a esa edad tienen menos bloqueos mentales. Se cree, igualmente, que es lo mismo que la originalidad, cuando, según el ponente, es más bien “la intersección entre la novedad y la utilidad”.

Se detuvo a explicar cómo introducir las metodologías creativas en el trabajo dando una serie de pautas sobre una de las técnicas más conocidas, el brainstorming que, pese a su popularidad, se suele aplicar mal. Es importante que en esa lluvia de ideas no haya juicios, es decir, que se dejen expresar todas las ideas, por muy peregrinas que puedan parecer. Resulta relevante favorecer que aparezcan las ocurrencias porque está estudiado que, durante los tres primeros minutos de este proceso, las ideas que surgen se basan en la experiencia y, por tanto, no son creativas. Asimismo, es importante que en total no superen los siete minutos. Lo normal es que, bien desarrollado, puedan aflorar hasta quince ideas creativas.

La segunda parte del proceso es más reflexiva, pues consiste en seleccionar las ideas más importantes, tratando de ser afirmativo, es decir, buscando lo positivo de cada propuesta y buscar las novedosas, a pesar de que el ponente lamentó que, en esos procesos, esas suelen ser, precisamente, las primeras que se desechan “porque suenan muy locas”. En todo caso, en esta selección hay que tratar de ser reflexivo y siempre pensar en el objetivo.

Si bien la creatividad es un valor muy apreciado para el nuevo tipo de empresa disruptiva, lo cierto es que no se suele dar entornos adecuados para desarrollarla. El espacio para la creatividad está estudiado desde los años 60 por teóricos como Göran Ekvall, y debe permitir el desafío, la libertad, el aperturismo e incluso lo lúdico, todo lo cual casa mal con la típica oficina llena de cubículos.

Otro aspecto que desarrolló Chong Tenrorio es cómo el modelo VUCA va a sustituir a la matriz DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades). Creada en 1973 por las academias militares de Estados Unidos, ese término se refería a las condiciones que un comandante podría encontrarse en el campo de batalla: “Volatility”, “Uncertainty”, “Complexity” y “Ambiguity”. Actualmente, se habla de darle la vuelta, (o “flip the VUC”), para convertir sus iniciales en las de otras características que pueden contrarrestar las originales: “Velocity”, “Unorthodoxy”, “Cocreation” y “Abundance”, en referencia a la abundancia de ideas.


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